¡Qué tirada con Trump! ¡Pero…qué tirada con Hillary!

Heiner F. Rojas

Una amiga compartió hace unos días un artículo de Chopra donde, mi resumen, se nos hace ver que Trump es una escapada de sus (…y nuestros) bajos instintos, de lo irracional que normalmente sometemos para poder vivir en sociedad, pero que a veces dejamos salir… con resultados nefastos. Es la “sombra” en el lenguaje de Carl Jung, uno de los padres de la sicología moderna. Todos llevamos un troglodita dentro…¡y a veces se nos escapa!

La “sombra” incluye no sólo lo salvaje, sino lo transgresor y lo egoísta, lo que conscientemente no queremos que otros vean. Cada sociedad tiene su propia sombra. Sino que lo digan los alemanes con su fiebre de nazismo en los años 30, o los rusos con su tradicional afición a los gobiernos autoritarios, que dan la sensación de que todo está “bajo control”… aun cuando nada esté bien. Las sociedades occidentales pretendemos ser “civilizadas”… y nuestra sombra es lo contrario, recuerden las crueles dictaduras latinoamericanas (con su derroche de tortura y sadismo), o la salvaje Guerra Civil española, o la de EEUU, etc. Etc.
Y casi toda la prensa le achaca algo de esto a Trump, en estos días. Seguro que algo o mucho de cierto tiene la crítica. El sujeto recurre demasiado a lo instintivo, como para que pensemos que es sólo una casualidad, o que ese día amaneció de malas. Algo de cierto hay en que en él gobierna la sombra, o que él se aprovecha de la sombra de la sociedad.

¡Pero había otros 16 pre-candidatos en las primarias republicanas! ¿Cómo es posible que esto ocurra? Esta pregunta se la hacen muchos.

En mi opinión la mera existencia de 17 pre-candidatos YA AVISABA QUE HABÍA UN PROBLEMA: en ese partido político se perdió el liderazgo. Su último Gran Líder fue Reagan, hace 30 años. Desde entonces, realmente ninguno ha alcanzado la estatura para guiar un proyecto político de largo plazo que sea integral.

A su vez la pérdida de liderazgo la atribuyo a la pérdida de Norte Ideológico. ¿Es realmente el Partido de Abraham Lincoln?, ¿es realmente un partido que busca “emancipar” a los oprimidos? Y en Economía, ¿realmente es EL partido que defiende al Libre Mercado?, ¿o más bien es el partido que se deja guiar por un oportunista como Bush hijo a una guerra sólo para recetarle mega-contrataciones a sus corporaciones amigas? Por cierto este postulado del libre mercado era más reciente en la historia del GOP: una parte importante de sus bases era aislacionista y proteccionista.

En este momento casi nadie puede contestar la pregunta simple de “¿Cuál es la ideología del Partido Republicano?”. Y eso es muy malo, porque de repente acceden al “botón nuclear”. Si un partido de un paisito tropical pierde el norte ideológico…¡el mundo sigue tan campante! De hecho en los últimos años, muchos de nosotros seguimos estancados en discusiones de hace 50 años… y el mundo no se detuvo a esperarnos. Qué mundo tan histérico, que no nos esperó!

En un partido sin ideología clara, el vacío lo puede llenar la sombra. Observé con atención el discurso de aceptación de la candidatura de Trump, y no logra identificarse algo parecido a un “Programa de Acción”. Muchos adjetivos para desacreditar a los que no piensan como él, pero casi nada programático. Algunas cosas que dice pueden tener cierto atractivo… pero aun así no llegan a formar un “núcleo ideológico”.

Entonces, ¿la solución es votar por Hillary? ¡Qué tirada! Porque si el GOP no tiene ideología, yo pregunto, ¿cuál es la ideología del Partido Demócrata? ¿Es socialdemócrata? NO. Sanders podría definirse como socialdemócrata, pero para muchos dentro de su partido…es un “vulgar” socialista, infiltrado en su muy-decente-partido-no-socialista.

¿Sólo porque apoyaron algunos TLC’s son de “libre mercado”? Diría que hay estar loco para creer eso.

Ciertamente no están en una bancarrota ideológica tan clara como sus rivales. Pero las últimas primarias y su desenlace con la renuncia de dirigentes del partido por sesgar la competencia a favor de Hillary, demuestran que están en serios problemas.
Entonces, también se genera un vacío. Y de una clase que en América Latina deberíamos reconocer fácilmente. Veamos.

¿Qué puede saber Hillary de Banca que valga millones? Pues le pagaron sumas astronómicas por dictar varias “conferencias” a banqueros. Perdón, pero eso son contribuciones mal disimuladas de Wall Street, ¿por altruismo?. Y se le vincula con otros poderosos que sueltan dinero a manos llenas, de nuevo: ¿será por altruismo que le “ayudan”?

Justamente en América Latina reconocemos estos juegos de intereses a primera vista. Y son los que permiten a Trump decir que ella está “comprada y pagada”.

En el caso demócrata el vacío ideológico lo llena de momento este juego de intereses. Pero puede empeorar. Así como del otro lado escogieron a un fanático de derecha, medio loco, medio malvado, otro día podría ser que los demócratas escojan similarmente mal a su candidato. Ojalá que no.

¿Moraleja? La ideología importa, y mucho. Los partidos deben renovarse en su ideología, para adaptar sus soluciones a un mundo cambiante. Pero no pueden renunciar a ella. De lo contrario corren el riesgo de convertirse sólo en la plataforma de algún extremista u oportunista.

El relativismo moral que permea tantos campos de nuestra cotidianeidad es quizás el Enemigo Público N° 1 de la ideología. Debemos atrevernos a tener valores, a JUZGAR la realidad y opinar sobre ella.

Y ni qué decir de la Educación. Si en algún campo hemos fallado es en la Educación. ¿O por qué se venden tantos pasquines, en lugar de periódicos de verdad?, ¿tendremos el coraje de admitir que si tenemos gobernantes de mala calidad es porque los elegimos nosotros mismos? Deben rescatarse las lecciones de la Historia en nuestros programas educativos, para que los futuros votantes puedan reconocer a un lunático cuando lo vean. También debe inculcarse activamente el amor por la Democracia y el respeto por los demás.
Por lo pronto, supongo que es menos mala una persona con “intereses” que el lunático. Pero qué jodido tener que escoger entre estas alternativas.

– Economista Agrícola.