Mayo 30, 2024
Karla Arévalo
El Corredor Seco de Centroamérica es una larga extensión de tierra que atraviesa varios países y que es vulnerable a sequías, un fenómeno que retrasa el inicio de las siembras agrícolas y pone en peligro la alimentación de unos 10 millones de personas.
GUATEMALA — El Corredor Seco de Centroamérica es un tramo de tierra de 1.600 kilómetros de largo, que atraviesa Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala, y donde ocurren eventos climáticos extremos, como largos periodos de sequía que afectan el bienestar y sustento de cientos de miles de personas.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, unos 10 millones de personas viven en el Corredor Seco centroamericano. Varios de ellos se dedican a la agricultura, en especial a la producción de granos básicos.
Debido a que al menos la mitad de ese territorio ha sido catalogado como «zona de sequía con efectos altos», la siembra de granos se retrasa, pues los agricultores esperan las primeras lluvias para comenzar la siembra.
Camotán, un municipio mayormente rural en Chiquimula, Guatemala, es un ejemplo de cómo la falta de lluvia ha retrasado la siembra de algunos cultivos.
«Mis tres hijos trabajan en la siembra y la corta, pero ahora no tienen trabajo porque no ha llovido, y si no llueve, no se siembra. Nosotros tampoco podemos sembrar así», dijo a la Voz de América María Carlota García, de 38 años, habitante de la aldea Lantiquin, en Camotán.
La agricultura de autoconsumo en esta región se compone mayormente de maíz y frijol, cuya siembra se realiza en dos ciclos, la primera de mayo a octubre y la segunda de agosto a diciembre.
Aunque el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología de Guatemala anunció el inicio de la época lluviosa para mayo, también advirtió que las precipitaciones estarían «debajo de lo normal» en algunos departamentos de Guatemala.
«La falta de lluvia le afecta no solo a los agricultores de subsistencia sino a quienes comercializan los cultivos, pues no se puede sembrar si no hay humedad en el suelo. La humedad activa los nutrientes de la tierra con los que se alimenta la planta», explicó a la VOA el ingeniero agrónomo Douglas González.
El principal responsable de la sequía en Centroamérica es «El Niño», un fenómeno climático que ocurre cada dos a siete años y que provoca episodios de sequías o lluvias descontroladas. Al menos en Centroamérica, ese fenómeno ya empeoró la situación alimentaria de millones de personas, sobre todo de aquellas que viven en el Corredor Seco, según un estudio publicado en mayo por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y Acción Contra el Hambre (ACH).
«Unas 486.000 personas en los cuatro países del Corredor Seco estuvieron expuestas a una sequía severa en 2023. Tras la aparición de El Niño, las precipitaciones totales alcanzaron niveles históricamente bajos en 40 años, en gran parte del Corredor Seco Centroamericano», explica el PMA.
Pero no solo Guatemala ha tenido menos lluvias. Honduras también reportó precipitaciones inferiores a la media e inundaciones localizadas. En consecuencia, 2,4 millones de hondureños, equivalente al 25 % de la población, estuvieron en crisis o inseguridad alimentaria aguda grave.
«Si bien la producción de granos básicos se vio afectada, el suministro se aseguró mediante importaciones», agregó el informe.
Contrario a Honduras y Guatemala, en El Salvador hubo aumentos de precipitaciones debido a la tormenta tropical Pilar, según estimaciones del PMA, por lo que la organización considera que lo que causó la inseguridad alimentaria en ese país fueron «los precios de los alimentos, que vienen aumentando desde 2021, y que afectan a las familias que dependen de la agricultura, la ganadería, la pesca y el comercio informal».
En Nicaragua, el Corredor Seco sólo recibió el 30 % de la precipitación estacional esperada, afectando unas 67.000 pequeñas granjas con agricultura de subsistencia.
Voz de América