Ocean Castillo Loría
“Luego pondré un sacerdote digno de confianza y que actúe de acuerdo con mi voluntad y criterio…”
1 Samuel 2: 35.
“Sométanlo todo a prueba y retengan lo bueno”
1 Tesalonicenses 5: 21.
I
El pasado 9 de junio nos enteramos de la muerte del ex canciller nicaragüense Miguel D’Escoto. El padre Miguel, como toda persona, como todo político, cometió aciertos y errores, su figura no es fácil de aquilatar, por lo tanto, partimos de la interrogante que encabeza este artículo para verificar su vida y obra. Luego del terremoto de Managua de 1972, Miguel D’Escoto, recaudó fondos desde Estados Unidos para las víctimas y en 1973, estableció la Fundación Nicaragüense Pro Desarrollo Comunitario Integral.
En 1975, comienza a colaborar con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), por medio del Comité de Solidaridad de los Estados Unidos, el 17 de octubre de 1977, el “Grupo de los Doce”, del que formó parte junto a otros intelectuales, llamaron a los nicaragüenses a tomar conciencia y a buscar una solución a la dictadura somocista, junto al FSLN.
En 1981, Nicaragua se postula como candidata a miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, la campaña diplomática fue inmensa, Estados Unidos estaba contra Nicaragua. Ella terminó ganando.
En 1983, Miguel D’Escoto denunció que agentes de la CIA en Nicaragua, habían intentado asesinarlo con una botella de licor envenenado, con lo que se generó un incidente internacional…
Siendo canciller, Nicaragua demandó a Estados Unidos en 1984, ante la Corte Internacional de justicia de La Haya, que condena a la potencia en 1986 por su agresión, y le condena a pagarle a nuestro vecino del norte, 17 millones de dólares de indemnización. Estados Unidos, desconoció la jurisdicción de la corte.
El 7 de julio de 1985, el entonces canciller sandinista, decía que se retiraba temporalmente de su cargo, para iniciar un ayuno por la paz y contra el terrorismo en Nicaragua (Es notable, cómo se renunciaba a servir desde el poder, para servir desde la debilidad). Ese acto era una denuncia de lo incorrecto y un anuncio de la esperanza para su país y para toda Centroamérica. El 6 de agosto de ese año, tuvo, por recomendaciones médicas, que interrumpir el ayuno, pero la insurrección no violenta que se había propuesto, había iniciado.
El ayuno fue alerta ética mundial de los ataques de Reagan, a la revolución sandinista. La acción del padre Miguel, era un modo de hacer ver que el Dios en el que él creía, era un Dios comprometido con los pobres y contra el imperialismo, es el mismo Dios, que se le presenta a Moisés, contra el imperio egipcio (Éxodo 3)
Este Dios, no es Dios de resignación, no es el que dice a las víctimas, a los humillados, que carguen su cruz, para tener su “premio” en la vida eterna. Para el padre Miguel, no se justificaba que sus compatriotas siguieran muriendo, “para que una nación no fuera destruida” (Juan 11: 50) En este aspecto, Miguel D’Escoto confesaba a Jesús, frente a sus enemigos, despreciando la honra de los hombres y prefiriendo la de Dios (Contrario a lo que hacían otros: véase Juan 12: 42) Al padre Miguel, la sangre de sus hermanos le gritaba desde la tierra (Génesis 4: 10)
El Obispo Pedro Casaldáliga, ya le había dicho a Ronald Reagan en un poema, que la tierra no estaba para imperios, que Dios hacía salir el sol y llover sobre todos, por lo que Estados Unidos, debía respetar a los demás.
Por otro lado, así como lo incómodo para el sistema de dominación es bloqueado. Así, fue ignorado por muchos medios de comunicación el gesto y mensaje del padre Miguel.
En el texto que publicó D’Escoto:
• Se denuncia y condena la arrogancia prepotente del gobierno de los Estados Unidos, frente a la Nicaragua de mediados de la década de los 80.
• Contra Nicaragua, se decía se estaba ejecutando un terrorismo de Estado.
• Había gobiernos centroamericanos que habían sido cómplices de los intereses de los Estados Unidos.
• Había cristianos que guardaban silencio frente al terrorismo que vivía Nicaragua.
• El ayuno y la oración, eran para pedir perdón por los asesinos del pueblo nicaragüense.
• Se trataba de iniciar una revolución evangélica.
Resulta lamentable, de esto hablaremos más adelante, que D’Escoto y sus compañeros de lucha política, se hayan apartado de ese camino inicial liberador, que les ponía mano a mano, pie con pie, con los humildes y necesitados.
Pero en aquel momento, el padre Miguel, invitaba a las mismas estructuras de la Iglesia Católica conservadora a ayunar y orar por la paz, lamentablemente ellas no le respondieron, cosa que sí hicieron los sectores progresistas. Así se enfrentaba uno de los inicios de lo que luego sería una de las bases del discurso de Reagan, mirar a la “Contra”, como los “paladines de la libertad”.
Y es que las estructuras conservadoras de la Iglesia Católica, lo habían condenado ya, pese a que el padre Miguel, había asumido la cancillería nicaragüense, con permiso de su orden religiosa, el papa Juan Pablo II, lo suspendió indefinidamente de su sacerdocio. Se dice que la suspensión se debió a que D’Escoto, guardó silencio, sobre la persecución del gobierno sandinista a la Iglesia Católica, el canciller inclusive, desafió a Juan Pablo II apoyando a la iglesia popular.
A D’Escoto se le criticó que el ayuno que Dios quería era el de lograr la justicia, liberar a los oprimidos, compartir el alimento, hospedar a los que no tienen casa, vestir a los desnudos y no ser egoísta (Isaías 58: 6 – 7)
En esta línea, cuando se habla de liberar a los oprimidos, los críticos del padre Miguel, lo que señalaban era que el totalitarismo sandinista, generaba esa opresión y por ende, la oposición de lo que podemos denominar “La Contra” y el gobierno de los Estados Unidos.
Aquí es donde se abría una realidad que es muy propia del plano religioso: la multiplicidad en la interpretación de los textos…
Otros criticaban que D’Escoto hiciera público su ayuno, recordaban la crítica que Jesús hacía a los fariseos al respecto (Mateo 6: 16 – 18); el asunto aquí es que si el gesto no era público, no habría denuncia profética.
El padre Miguel, aclararía los malentendidos: el ayuno era un signo comunitario del dolor, producto del hambre y la guerra, que era impuesto por el imperialismo; el ayuno era un signo de que se estaba dispuesto a entregar la vida por Nicaragua, era un signo por la paz y por la justicia social.
En el ayuno y la oración, se comparte el dolor de los pobres, se denuncia las causas de ese dolor, entre las que está el imperialismo. Además se denuncia la soberbia del imperio, se denuncia el escepticismo hacia el proyecto político sandinista (Valga decir, que con el pasar del tiempo, ese escepticismo está completamente justificado)
Lo que sí resulta cierto, es que el ayuno y la oración de D’Escoto, eran una denuncia de la cultura de la muerte… la denuncia llegaría a tal grado, que al finalizar el ayuno, Miguel D’Escoto acusaría al cardenal Miguel Obando y Bravo, de “tener las manos manchadas de sangre” y de “recibir dinero de la CIA”.
En ese momento, políticamente, el canciller D’Escoto, había visto como inclusive gobiernos socialdemócratas, cedían a las presiones de los Estados Unidos sobre el tema Nicaragua. Para 1987, se sabría que por ejemplo, el “Grupo de Contadora”, había fracasado y el relevo era tomado por los planes de Esquipulas.
Hay otro punto clave en el ayuno y la oración de D’Escoto, el cual es su renuncia temporal a su cargo, con lo cual, denuncia la confianza absoluta que algunos tenían sobre el proceso sandinista. Esto lamentablemente, cambiará años más tarde (El mismo sacerdote, sería gran defensor de Daniel Ortega)
Lo duro de todo esto, es que un proceso histórico, que se suponía era en pro de la dignidad y de la vida, se ha tornado en una dinámica indigna en Nicaragua, de esto hablaremos más adelante…
Volviendo a la historia, con la llegada del gobierno de Reagan, Nicaragua vuelve a la lógica del conflicto. Es la disyuntiva entre socialismo y capitalismo, donde no había espacios para las reformas.
La inteligencia de Miguel D’ Escoto, quedó clara cuando estando lista el Acta para la Paz de Contadora, el canciller nicaragüense la criticó, con tal de que el representante de Honduras, la aceptara y se avanzara en el camino de la paz.
Será años después que a Centroamérica y a Nicaragua, se le permitiría construir la paz. Será años después que en Nicaragua, el gobierno dice respetar al pueblo, pero esto, no pasa de ser discurso.
II
Después de la derrota del sandinismo en 1990, el padre Miguel, pasó a ser consejero político de Daniel Ortega en la esfera internacional. En el Congreso Sandinista de 1994, es nombrado miembro de la llamada Dirección Nacional.
Dos años después, Miguel D´Escoto, diría que Daniel Ortega, representaba “Al Mesías que Jesús eligió para llevar a Nicaragua a la tierra prometida”.
En 1998, Zoila América Narváez, hijastra de Daniel Ortega, lo denuncia por violación, el padre Miguel, evade la acusación, inclusive parece que le dijo en privado a Zoila, que “debía resignarse a su cruz”. La denuncia profética, parecía cosa del pasado. Narváez acusó en carta pública al cura (En 2001), de encubrir la situación.
Para las elecciones del 2001 (Si no, desde antes), D’Escoto, había olvidado su denuncia sobre la confianza absoluta que algunos tenían sobre el proceso sandinista. El ex canciller llegó a decir que Daniel Ortega, era el mejor intérprete de los objetivos del FSLN, pero la denuncia antigua quedaba más enterrada, cuando D’Escoto, decía que Ortega había sido el presidente que más había querido hacer por Nicaragua, pero la intromisión extranjera, se lo había impedido.
Seis años después, Ortega regresa al poder y entonces D’Escoto, en vez de renunciar al poder, es nombrado asesor en asuntos limítrofes y relaciones internacionales. Ese año, 2007, Ortega declara que los atentados de las Torres Gemelas, eran en términos de víctimas insignificantes, en relación a lo sucedido en Hiroshima y Nagasaki. D’Escoto, diría a televisoras norteamericanas, que Ortega se quedó corto en sus declaraciones.
Al 2009, D’Escoto, fue Presidente de la Asamblea de Naciones Unidas (Al presentarse esa candidatura, Estados Unidos calificó a D’Escoto como un despreciador de la democracia, los derechos humanos y el Estado de Derecho Internacional. De hecho, para Estados Unidos, D’Escoto, había participado en el pasado en actividades terroristas, pero no tenía pruebas de ello)
En esa organización, habló de dejar de hacer la guerra a los pobres, diciendo que esa es la paz fundamental que hace falta. Pero a la hora de mirar en el reformismo una posibilidad de cambio, D’Escoto, seguía abrazando lo que el ex presidente Daniel Oduber, llamara “la revolución imposible”.
Para alguna gente cercana al sacerdote, éste había cometido errores graves y había jugado con su sacerdocio, el carisma profético de D´Escoto, quedó en idolatría, no por un proyecto político, no por un partido político, sino, por un hombre: Daniel Ortega.
El FSLN del pasado ha muerto, Miguel D´Escoto, perteneció a ese pasado, pero también acalló la denuncia de lo incorrecto en un FSLN, que es hoy, un partido familiar y empresario.
Aunque parezca fácil criticar a Ocean, por forma y estilo, este artículo tiene un alto contenido informativo. De allí su valor. Felicitaciones.
Luis Fernando Díaz
Gracias Luis, muy agradecido…