Por Verena Schmitt-Roschmann (dpa)
Coblenza (Alemania), 6 oct (dpa) – Más de mil nombres figuran en las 19 páginas estrechamente mecanografiadas. Más de mil judíos que escaparon de la maquinaria asesina de los nazis alemanes durante la Segunda Guerra Mundial porque el empresario Oskar Schindler los declaró trabajadores esenciales para la guerra en su fábrica y así los salvó.
«La lista de Schindler» cobró fama mundial en 1993 gracias a la película homónima del director estadounidense Steven Spielberg. Pero la historia del dueño de la fábrica aún no se había contado del todo.
En 1999 se encontró en un desván de la ciudad de Hildesheim, en el centro norte de Alemania, una maleta con 7.000 documentos del patrimonio de Schindler, incluida una versión de la famosa lista.
Con motivo del 50 aniversario de la muerte de Schindler, el Archivo Federal de Alemania presenta en línea parte de este hallazgo y de la saga de este héroe contradictorio.
Schindler, entonces un nacionalsocialista de 31 años, se sintió atraído por la Polonia ocupada por Alemania poco después del inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1939 con la esperanza de obtener beneficios.
Arrendó una fábrica cerca de Cracovia y produjo ollas, platos y cuencos esmaltados para la Wehrmacht (el Ejército nazi). Empleó como mano de obra barata a judíos polacos de la región privados de sus derechos.
El compromiso de Schindler y su esposa Emilie con los trabajadores judíos comenzó cuando crecía la presión de los ocupantes nazis para exterminarlos.
Al principio, Schindler construyó alojamientos en su «Deutschen Emailwarenfabrik» (Fábrica Alemana de Esmaltes) para no enviarlos a un campo de trabajo. Con el tiempo, empleó a más y más judíos con el argumento de que eran necesarios para una producción esencial para la guerra.
En algunos casos, Schindler les inventó profesiones para conservar a los empleados. «Todos habrían muerto si Schindler no se hubiera ocupado de ellos de este modo», declaró a dpa el jefe de departamento del Archivo Federal, Tobias Herrmann.
Cuando Schindler trasladó su fábrica a la región de los Sudetes (hoy República Checa) al final de la guerra por el avance del Ejército soviético, llevó con él a sus «judíos de Schindler».
800 hombres y 300 mujeres figuraban en sus listas. En 1945, Oskar y Emilie Schindler acogieron también a los denominados judíos de Golleschau, un grupo de personas que realizaban trabajos forzados procedentes de un subcampo del campo de exterminio de Auschwitz y que habían sido transportados sin rumbo en vagones de ganado.
Tras la capitulación alemana, los Schindler huyeron al sur de Alemania. Perdieron sus posesiones. Oskar Schindler nunca más volvió a tener mucho éxito económico. Recibió apoyo financiero de organizaciones judías y de algunos de sus antiguos empleados que había rescatado. Vivió un tiempo en Argentina y retornó en 1958 a Alemania.
En Israel se le concedió el título honorífico de «Justo entre las naciones» en 1962. Su esposa Emilie, de quien se separó tras la guerra durante su estadía en Argentina, recibió este título en 1994.
El publicista Michel Friedman, hijo de uno los judíos rescatados, conoció durante su infancia a Oskar Schindler en la ciudad de Fráncfort.
«Conocí a un alemán que era tan sorprendente y convincente en su sencillez», dijo Friedman en una ocasión. «No era un intelectual, no era un hombre culto, no era un hombre que hubiera estudiado nada», recordó.
Friedman dijo que Schindler «no estaba especialmente bien considerado moralmente», era un «borracho, tenía muchas, muchas esposas». Pero a diferencia de todos los «moralistas», Schindler ayudó a la gente arriesgando su vida, acotó el publicista. Al hacerlo, sostuvo, demostró que esto también era posible bajo el régimen nazi.
¿Cómo terminó la maleta con los bienes de Schindler en el desván de Hildesheim?
Schindler tenía allí una habitación en casa de un amigo. Su hijo encontró los documentos 25 años después de la muerte de Schindler, que había fallecido en Hildesheim el 9 de octubre de 1974.
El Archivo Federal conservó los documentos en microfilm y los transmitió al memorial del Holocausto Yad Vashem de Jerusalén. Desde allí, el Archivo Federal recibió una copia original en papel carbón de «La lista de Schindler», que ahora se conserva en Coblenza.