Gilberto Jerez
Hoy, escuchando a los líderes del paro de mañana 30 de septiembre se me ocurre escribir un poquitín, no solo de lo que pienso, sino también de lo que escucho, veo y leo.Voy a inspirarme en el ridículo debate de anoche entre los candidatos a la presidencia de la que se autodenomina “la primera potencia del mundo”, algo que debería poner atención por donde va el mundo del cual somos parte.
Sabios y muchos hombres con sentido común tuvo nuestro país en el pasado.
Vale entonces mencionar aquí a don Joaquin García Monge quien bien decía que “un gobierno popular es imposible sin un régimen de gran publicidad, sin el tribunal de una prensa libre y sin el mitin de la deliberación”.
Todos elementos hoy ausentes en esta democracia de visión plutocrática, egoísta y codiciosa.
Interesante ver la falta de gente nueva en la organización de un paro tan importante, alguien en quien creer. Aún conscientes de que será minimizado, culpado y hasta estigmatizado por quienes hoy hacen del poder un nido de marionetas y testaferros al servicio de intereses que no son los de la mayoría.
Es tiempo de oler la sangre fresca corriendo en torrentes, luchando por los caminos de la justicia, la tolerancia, clara en la propuesta y consciente de que la finquita se nos encharraló por culpa de todos ¡Y DEBEMOS LIMPIARLA TODOS!
Tal vez sea por ello que la senectud intenta volver a fracasar tomando un timón que no le corresponde, esto a falta de nuevos pensamientos, visión y entendimiento de un mundo actual, joven, formado consciente, propositivo y vigoroso.
Una ocasión más, así lo intuyen y se muestran por ello interesadas y persistentes en el ánimo de realizar viejos sueños nunca materializados.
Una actitud egocéntrica que los hace incapaces de distinguir claramente la perspectiva propia de su tiempo y su muy particular manera de entender el mundo.
Gentes del pasado creyendo que sus perspectivas son las de los demás, algo que no es más que un intento de reafirmar un liderazgo que nunca fue tan grande como creían, pero que hoy les induce a aferrarse con todas sus fuerzas a la política para, como el famoso ceviche, VOLVER A LA VIDA.
Quien lesiona el alma del pueblo por interés propio, no solo es un traidor, sino que está destinado a fracasar estrepitosamente, sobre todo si es un reconocido político que ignora la sapiencia del soberano.
Y es que si lo vemos en la actual perspectiva, uno de los problemas más comunes de los viejos líderes políticos es la dificultad para adaptarse a las nuevas situaciones y a los inevitables cambios con visión colectiva en pro de intereses comunes.
Los intereses disminuidos de las mayorías, pero hay políticos que no aprenden ni a pescozones.
Algunos de estos señores, en sus añoranzas de sueños frustrados, apenas vislumbran un portillo abierto, olvidan el paso de los años y creen que la sociedad civil, supuestamente independiente, necesita de ellos para manifestarse.
No dudan en retar la suerte y ponen el pecho para que detrás de ellos se perpetren también recalcitrantes pseudo líderes creados por el mismo sistema que luego los ha desechado, pues ya no obedecen a sus intereses.
Hoy más que nunca, por la salud social del pueblo no deberían olvidar de que la protesta sin propuesta no tiene, en estos tiempos futuro.
Otros hábilmente buscan los atajos, creídos de que “siguen” contando con la aprobación de las mayorías; construyen así una estrategia donde el ambicioso, él testaferro y el servil son los alfiles que le podrían devolver su reinado.
Por lo menos en el campo de la influencia y la seguridad de sus intereses personales; pues bien que lo saben: no hay que estar en el gobierno, es suficiente tener amigos en el gobierno.
Ambos sugieren que sus tesis son las correctas, desestiman la inteligencia del pueblo y sueñan que su reclamo o “propuesta” luego puede ser tomado, o no, por el gobierno o por algún sector político que, ya no son los partidos en franca decadencia, los canalice de alguna manera hacia las estructuras donde se toman las decisiones del estado y por ese medio volver a soñar en gobernar al pueblo con ayuda de herrumbradas maquinarias electorales, hoy argollas, que funcionan y se estimulan por intereses personales.
Es importante entonces ver el paro de mañana y tener en cuenta que la huelga popular denominada paro, de hecho, es un derecho, una protesta justa sin sintetizar lo básico, lo justo, lo real y lo necesario que abrigue a sirios y troyanos.
Esto, indistintamente que lo quiera o no algún servil legislador que se crea presidenciable.
Es indiscutible.
Indistintamente que afloren los “ albinos” a la superficie o no lo aprueben los medios de comunicación al servicio de causas ajenas al interés ciudadano, hay que repetir que se trata de un medio legítimo para defender los intereses sociales y económicos del pueblo en este caso, en un marco de pandemia, desigualdad, falta de trabajo, manipulación mediática e intereses grupales sin escrúpulos que propician aquello de que el fin justifica los medios sin cargo de conciencia alguno.
Es, sin duda, el torbellino social de un país que está , innegable y evidentemente, muy fraccionado, intolerante y con la epidermis social muy sensible como la piel de los ancianos que no se ubican y se creen eternos.
La ambición y los sueños truncados de algunos viejos políticos dejan profundas y peligrosas huellas que desbordan la imaginación, mutilan al sano juicio entre los que creen lo que dicen, ahora.
Curiosamente tienen la receta que antes no tuvieron y nos invitan a “tragos amargos” si queremos ver la luz al final del túnel.
Algunas cosas son ciertas, otras no, por ello hay que tener mucha precaución con lo que dicen, proponen y hacen en estos tiempos de negociaciones con el FMI.
Nos debatimos entonces entre protestas que se podrían convertir en exhibiciones públicas organizadas por activistas o movimientos políticos en ciernes, el aumento las intolerancias, llevándonos por el cercano camino de la violencia; o, a la larga, podrían terminar de enterrar las justas esperanzas soberanas por un momento de cordura, sensatez y diálogo donde todas las partes depongan y pongan para seguir viviendo en una relativa paz.
Habrá que ver mañana si la protesta tiene propuesta a través de un acto social político de un numeroso grupo de ciudadanos que, hastiado de tanta manipulación y mentira, busca obtener un cambio en las mentes codiciosas y egoístas que se adueñaron del poder en el ánimo de defender su estatus y aprovecharse de una caótica situación económica para lograr modificar “democráticamente”, una determinada situación que llevan tiempo cocinando, la cual es literalmente adueñarse, al menor precio posible, de los activos de TODOS LOS COSTARRICENSES.
Desde el TLC, nuestra sociedad se polarizó, se distanció y la irrupción de las redes sociales aumentó ese grado de intolerancia que hoy nos lleva por rumbos desconocidos, caminos espinosos y una supina miopía ignorancia aldeana de quienes creen tener hoy la sartén por el mango.
Todo lo anterior no solo nos retrata de cuerpo entero, sino que nos presenta una cruel radiografía de la falta de rumbo, la carencia de escrúpulos, la importancia de la ventaja cuando se conquista el poder y se pone en manos de testaferros, serviles e inútiles de todos conocidos.
Ahí está el verdadero significado de una crisis fiscal que nos lleva al comienzo de este escrito donde los muertos políticos, habiendo ya estirado la pata, intentan resucitar con estrategias tanto perversas como mezquinas; todo por el “amor a la patria”!
Algunos me preguntan ¿Y los partidos políticos?
Sencillamente no están, no han estado durante mucho tiempo ni estarán ahora, se perdieron en el tiempo y en el espacio hábilmente minados por perversas estrategias como salidas de una historia de terror.
No estarán, ni aún con motivo de esta crisis económica que se viene viviendo al tenor de mentiras, suposiciones y teorías de asiduos testaferros de la mentira, los números aprendidos de memoria y sacados de la manga, las contundentes afirmaciones que tergiversan la realidad y que seguro llenan sus bolsillos y les permite, además de las palmaditas de sus amos; soñar hasta con la presidencia de la RES PÚBLICA.
Ya veremos mañana si los numerosos casos de corrupción política, la desvergonzada manipulación mediática, las injustas propuestas de hacer pagar al pueblo lo que otros debieran pagar, los velados recortes que el gobierno está realizando en áreas como la salud y la educación; hacen despertar a un pueblo que, pareciera, solo atina a ser sumiso.
Termino aconsejando, con algo muy cierto que hace tiempo leí por ahí, aunque sé que no me leerán quienes hoy, creo que por miopía, ambición y un poco de ignorancia hacen daño al país:
“NO PERMITAN QUE EL ECONOMISTA SUPLANTE AL POLÍTICO, EL PROBLEMA ECONÓMICO ES POLÍTICO Y LA POLÍTICA LA HACEN LOS POLÍTICOS”