Cambio Político Opinión, análisis y noticias
José Francisco Bolaños Arquín
Desde hace unas dos décadas, ha estado en estudio y discusión la necesidad de dotar al Gran Área Metropolitana de un sistema moderno de pasajeros, un tren urbano, rápido y eléctrico, que venga a solucionar en buena medida, el caos vial a la que tenemos que enfrentar a diario todos los ciudadanos.
La flota vehicular activa es de alrededor a 1.300.000 que transitan por nuestras estrechas carreteras. En el 2014 se importaron unos 49.571 vehículos y en este 2015 aumentó en un 18%, para 58.365, donde un 31% son usados y el 69% son nuevos.
Ante esta realidad el país debe decidir si está dispuesta a hacer las altas inversiones requeridas con los escasos recursos existentes, para un tren moderno cuyo costo asciende a cientos de millones de dólares, o hacerlo a través de una licitación pública con participación de empresas privadas, compañías internacionales especializadas con mucha experiencia, que se encargue de todos los procesos: estudios, financiamiento, construcción y operación del sistema.
De acuerdo con los medios de comunicación, la operatividad del tren se ha venido deteriorando en relación con años anteriores, poco mantenimiento del equipo tractivo, rodante y vías, aumento en el número de accidentes, demoras y suspensión de servicios, lo que ha generado desconfianza de los usuarios habituales y un porcentaje cada vez mayor ha optado nuevamente por el uso del bus, sus propios autos o motocicletas.
Debemos tener presente que los trenes utilizados por la Institución, son de los años 70 y algunos más antiguos y no se adaptan para un tren urbano de pasajeros, no fueron construidos para ello. En relación con las unidades compradas a España, sin ninguna duda, han prestado un valioso servicio, sin embargo son equipos que cumplieron su vida útil de más de 20 años en ese país y por política son sustituidos.
La Institución continúa atravesando por una crisis financiera y operativa, situación algo similar, pero con otros argumentos de peso, para que el Consejo de Gobierno de ese entonces tomara la determinación de efectuar el cese de operaciones en junio de 1995. Esta situación que se venía agravando, con pérdidas diarias de unos ₵4.5 millones de colones. De abril de 1990 a abril de 1995 eran mayores a ₵7 mil millones de colones.
Los resultados de operación de INCOFER de los últimos años, en cuanto a las pérdidas son las siguientes: en 2013, (₵1.582.839.754.24), en 2014, (₵2.262.951.319.29), y en 2015 hasta junio, (₵1.874.167.750.53).
Debido a esto, se debe dotar al Instituto Costarricense de Ferrocarriles, de los recursos necesarios para brindar un adecuado mantenimiento a la infraestructura ferroviaria y equipo tractivo y rodante. Además de una mejora en la ejecutividad gerencial para dar un servicio de calidad a los usuarios y se aumente el número de clientes; elemento necesario para hacer atractiva un licitación internacional en caso de tomar el Gobierno esta opción.
Es vital incrementar la seguridad en todo el recorrido y reducir el número de accidentes en el trayecto, ya que algunos han tenido lamentables consecuencias. Se debe implementar la construcción de túneles o puentes elevados, sobre todo en lugares con mucho flujo vehicular, como por ejemplo en La Sabana, el Museo Nacional y la Universidad de Costa Rica, entre otros.
El INCOFER cuenta con un valioso derecho de vía entre San José, Heredia y Alajuela y San José – Cartago, pudiéndose ampliar a otras comunidades cercanas, inclusive en un futuro cuando se construya el nuevo aeropuerto en Orotina.
Es necesario aplicar otras medidas, de manera que los buses no entren al centro de la capital. Se deben construir aparcaderos para los buses en los cuatro puntos cardinales, dos de ellos cerca de las estaciones del INCOFER (el Atlántico y Pacífico). Se debe mejorar e incentivar una mayor utilización de la periférica y las líneas intersectoriales.
“No debemos pretender solucionar los problemas de transporte de pasajeros en el mediano y largo plazo con vieja tecnología, si queremos convertirnos en un país desarrollado”.
– Administrador de Negocios y expresidente Ejecutivo de INCOFER
