Ágora*
Guido Mora
guidomoracr@gmail.com
Tradicionalmente la sociedad, al igual que la familia, tiende a emular los actos que observa en el ejemplo que, los líderes sociales o políticos en el caso de la sociedad o los padres y las madres, en el caso de la familia, les muestren en su comportamiento diario.
Es así que los seres humanos tendemos a repetir las frases inteligentes, contundentes o ciertas, consideradas como “célebres”, de quienes han ocupado alguna posición de privilegio en la ciencia, la política, la economía o cuanta actividad humana hayamos desarrollado y tenga impacto en el desarrollo histórico de la sociedad.
De alguna manera, el comportamiento de estos líderes históricos se convierte en un ejemplo a seguir, en un comportamiento a emular o en un conjunto de acciones que la sociedad tiende a reproducir, bajo la premisa de que ese comportamiento favorece el bienestar de las grandes mayorías.
Se supone que la combinación de la formación, la experiencia, la capacidad y la inteligencia de las personas que ocupan puestos de privilegio en la sociedad, los convierte en modelos a seguir por todos los habitantes de ese conglomerado social, o bien por quienes desarrollan actividades relacionadas con la disciplina en que se especializan.
En Costa Rica, lamentablemente, parece ser que no opera esta afirmación. Da la impresión de que esta premisa no es válida y que quienes ocupan puestos de privilegio en la organización del Estado y los Poderes de la República, orientan su comportamiento, no a convertirse en ejemplo para la sociedad, sino en satisfacer sus intereses particulares.
Veamos.
En los últimos años, hemos tenido expresidentes de la República, que han ido a parar a la cárcel, sospechosos de recibir comisiones y dineros, provenientes de empresas extranjeras, para favorecerlas en las relaciones comerciales que han mantenido con el Gobierno.
Otro, a pesar de no haber estado en la cárcel, se vio involucrado en la recepción de dinero por parte de la misma empresa transnacional, que supone el pago de favores, destinado al tráfico de influencias.
Estos expresidentes hoy están libres por tecnicismos legales. Sin embargo, ante la opinión pública continúa pesando la duda sobre su comportamiento ético.
A pesar de esto, los expresidentes y otros presuntos implicados son hombres libres y hasta tienen participación activa en la política nacional.
En otros países más serios, los representantes de una transnacional, que promovieron esos sobornos fueron encontrados culpables y sobre ellos ha caído todo el peso de la ley. Edgar Valverde, y Christian Sapsizian, fueron demandados por estafa por Alcatel, por desvíos de dinero y asociación ilícita por 14.7 millones de dólares (1).
De igual manera, una juez de Florida condenó en el 2008, en el juicio USA vrs Sapsizian, “al ex directivo de la empresa francesa de telecomunicaciones Alcatel a 30 meses de cárcel por corromper a funcionarios de Costa Rica… Christian Sapsizian, de origen francés, deberá también pagar una multa de 261.000 dólares (178.000 euros) y cumplir tres años de libertad vigilada una vez concluya su condena en prisión, según la sentencia emitida… La sentencia sostiene que Christian Sapsizian, vicepresidente adjunto de Alcatel para Latinoamérica, conspiró para sobornar por 2,5 millones de dólares (1,7 millones de euros)… El objetivo del soborno era que el ICE ejerciera su influencia a favor de Alcatel en un proceso de licitación”.(2)
Pero eso no sólo es realidad con los expresidentes. Diputados y exdiputados, ministros y ex ministros, presidentes de instituciones autónomas y múltiples jerarcas políticos han sido cuestionados por sus acciones.
De igual manera se han visto cuestionados pública y privadamente, candidatos que han invertido recursos para concluir la construcción de sus casas de habitación; de desviar recursos de la deuda política para supuestos programas de formación política, para financiar sus actividades privadas o sencillamente, algunos quienes pesa la sospecha de pedir miles de dólares de un partido político, so pretexto de financiar un proceso electoral que finalmente no culminan.
Pero lamentablemente esta situación no se queda en “lo político”. Las manifestaciones de los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, de la Magistrada Presidente, el Presidente de la Sala Constitucional y de otro Magistrado, sobre el régimen de pensiones y la publicación realizada el día de ayer por la Nación, que denuncia que el Poder Judicial infló en más de 70 millones de colones el costo de los pluses salariales, de los que se benefician; refleja el deterioro y la concepción sobre “el ejemplo” que estas personalidades políticas proyectan ante la opinión pública.
Definitivamente, estos “líderes de opinión”, operadores del mundo político, jurídico o económico, se mantienen muy lejos de la concepción tradicional de “predicar con el ejemplo”.
Su instrucción parece ser: “hagan lo que yo digo, no lo que yo hago”.
Esta prédica impacta también a la sociedad civil, manifestándose en lo que Zygmunt Bauman en su libro “Ceguera Moral”, sostiene: “Los actores de esos campos de acción (por ejemplo, los actores de la política) ignoran y prescinden de todo compromiso moral. Pueden hacer lo que quieren y les conviene a sus respectivos intereses egoístas, sin que se les ocurra ni permitan que a otros se les ocurra o intervengan, para poner orden y sanción a sus comportamientos corruptos”.
El contagio continúa a toda la sociedad, en vista de que “La ceguera no está solamente en los ojos morales de los actores en esos sectores, (sino que) está contagiándose también en toda la sociedad, que contempla pasiva y permisivamente la corrupción y nada hace para impedirla, incluso es tanta la ceguera y torpeza que a la hora de las elecciones para las responsabilidades políticas no son capaces de ver que vuelven a elegir a los mismos corruptos que les están robando dinero, oportunidades y esperanzas”.
La ética de la acción política costarricense, para desgracia de nuestra realidad sociopolítica, lejos de ser digna de emular, es vergonzosa. Ese comportamiento no es un ejemplo a seguir y lamentablemente, el mal está contagiando a toda la sociedad.
Nuestros líderes hace muchos años dejaron de predicar con el ejemplo.
Notas:
1. http://star.worldbank.org/corruption-cases/node/19798 y http://www.abc.com.py/edicion-impresa/internacionales/alcatel-demanda-en-costa-rica-a-dos-ex-jerarcas-por-escandalo-de-corrupcion-798437.html
2. http://economia.elpais.com/economia/2008/09/25/actualidad/1222327973_850215.html
* El Ágora era el centro de la actividad política, administrativa, comercial y social de la antigua Atenas.