Ramzy Baroud
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, visitó Israel el 19 de julio para reunirse con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y otros cargos. La visita de Orban no sería de tanta importancia si no fuera porque el líder húngaro se caracteriza por sus repetidos comentarios racistas y antisemitas.
Así que, ¿por qué Orban se reúne y cena con los líderes del llamado ‘Estado judío’?
La respuesta no sólo incumbe a Orban y a Hungría, sino también a la actitud general de Israel hacia los movimientos de extrema derecha en Europa. Netanyahu y los líderes sionistas de todo el mundo no sólo son conscientes de este cambio político extremo en Europa, sino que, de hecho, también trabajan diligentemente para utilizarlo en beneficio de Israel.
En su visita a Israel, Orban afirmó que los ciudadanos húngaros judíos pueden sentirse a salvo en su país, una afirmación curiosa, dado que fue el partido de Orban el que privó a muchos judíos y miembros de otros grupos minoritarios de cualquier sensación de seguridad.
Aún así, Netanyahu ha recibido a Orban como un “verdadero amigo de Israel”, y Orban ha pedido a sus homólogos europeos que brinden más apoyo a Israel. Misión cumplida.
Netanyahu visitó Budapest en julio de 2017, pero esa visita supuestamente histórica no cambió en nada el discurso oficial de Hungría, plagado de racismo y antisemitismo. De hecho, en marzo de 2018, Orban se burló de los judíos, criticando particularmente a financieros judíos como George Soros.
Durante un mitin en campaña electoral, Orban dijo: “Luchamos contra un enemigo distinto a nosotros. No es abierto, se esconde; no es sincero, es astuto; no es honesto, es falso; no es nacional, es internacional; no cree en el trabajo pero especula con dinero; no tiene una patria propia pero piensa que domina el mundo entero.”
Sabemos que Israel y los líderes sionistas son bastante selectivos a la hora de manipular la definición de ‘antisemitismo’ para servir a sus intereses políticos, pero la actitud de Israel frente a los movimientos racistas de extrema derecha de Europa lleva esta realidad a un nivel totalmente nuevo.
De hecho, la ‘relación especial’ entre Netanyahu y Orban sólo es la cima del iceberg. Durante años, el Israel de Netanyahu ha estado ‘tonteando’ con los movimientos de derecha radical en Europa.
Por supuesto, la inconfundible estrategia israelí tiene su propia lógica. Los líderes israelíes creen que el cambio de Europa hacia la extrema derecha es irrevocable, y quieren beneficiarse todo lo posible del sentimiento anti musulmán que acompaña a este cambio.
Además, la determinación de la UE de etiquetar los productos de asentamientos ilegales y la negativa a desplazar sus embajadas de Tel Aviv a Jerusalén empujan a Netanyahu a explorar estos nuevos caminos.
Durante su visita a Hungría, Netanyahu se reunió con los líderes del llamado Visegrad-4; Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia.
En esa visita, Netanyahu esperaba encontrar nuevos canales de apoyo en la UE, ejerciendo presión al utilizar sus nuevos aliados en esos países. En una grabación de audio obtenida por Reuters, Netanyahu reprendió a Europa por atreverse a criticar el terrible historial israelí de violaciones contra los derechos humanos, políticas de asentamiento ilegales y ocupación militar.
“Creo que Europa tiene que decidir si quiere vivir y prosperar o si quiere marchitarse y desaparecer,” dijo.
La arrogancia de Netanyahu no tiene fin, especialmente cuando la censura emana de un líder que representa a un Estado etnonacionalista, que acaba de eliminar cualquier referencia a la democracia con su nueva Ley del Estado-Nación Judío.
Esta nueva ley define a Israel con una entidad étnica, no con valores democráticos. Ahora Netanyahu está más cerca de los grupos racistas de extrema derecha europeos que de cualquier modelo democrático liberal, gracias al ‘coqueteo’ entre Israel y estos países.
De hecho, el término ‘coquetear’ es un eufemismo, considerando que los lazos de Israel con varios partidos de extrema derecha, neonazis o fascistas requieren de una coordinación política a alto nivel y, en particular en el caso de Ucrania, de un suministro de armas
Hace poco, varias ONGS solicitaron al Alto Tribunal Israelí que pusiera fin a la exportación de armas de Israel a grupos neonazis.
El acercamiento de Israel a la extrema derecha toca a casi todos los países europeos, incluidas Italia y Alemania, cuya historia con el nazismo y el fascismo ha causado la muerte y la miseria de millones de personas.
En Italia, la conexión entre los partidos de extrema derecha italianos e Israel se remonta a principios de la década de los 2000, cuando el líder post fascista Gianfranco Fini intentó renovar su movimiento.
Al principio, Fini era el líder del Movimiento Sociale Italiano, que se consideraba a sí mismo como el “heredero del Partido Fascista”.
La renovación del partido requirió del viaje de Fini a Israel en 2003, tras cambiar el nombre de su movimiento a Alianza Nacional. Curiosamente, durante esta visita Fini fue acompañado por Amos Luzzatto, el líder de la comunidad judía italiana.
Como era de esperar, el líder de la extrema derecha Matteo Salvini, el actual ministro del Interior de Italia, pasó por el mismo bautismo político del Israel sionista que Orban y Fini y visitó Tel Aviv en marzo de 2016 para impulsar su carrera política y declarar su amor eterno por el Estado judío.
La escena se repite en Alemania, donde el partido de extrema derecha – Alternativa para Alemania (AfD) – ha aumentado su popularidad hasta el punto de casi derrocar al gobierno de coalición liderado por la canciller Ángela Merkel.
AfD tiene más cosas en común con Israel aparte de las opiniones anti musulmanas y anti inmigrantes. El partido “ridiculizado por sus visiones antisemitas y xenófobas que evocan a los nazis, también es un firme partidario de Israel,” informó The Times of Israel.
El pasado abril, el partido alemán antisemita e islamófobo comenzó una campaña entusiasta en favor del reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel, a pesar de la opinión contraria de Merkel.
Pero la historia no acaba ahí. Lo que empezó como un ‘tonteo’ israelí con los movimientos racistas de extrema derecha es ahora la política oficial de Israel en cuanto a Europa. La misma historia, con diferentes actores y nombres, nos la encontramos con el Partido de la Libertad de Austria (FPO), el Vlaams Belang de Bélgica, y prácticamente en cualquier otro país.
Está por ver cómo acabará el acercamiento de Israel a la Europa fascista, tanto para Israel como para la Unión Europea. ¿Marchitará y desaparecerá la UE, o al fin Israel quedará expuesto por lo que realmente es, un Estado etnonacionalista con ningún interés por la verdadera democracia?
Fuente: monitordeoriente.com