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Carlos Revilla M.
Dentro los parques y plazas de San José, hay uno muy especial. Es un pequeño triángulo que está en avenida 10, calle 17, y que ni siquiera tiene nombre, simplemente es el lugar donde está el monumento a José de San Martín, prócer de la independencia suramericana, que comparte con Bolívar el título de Libertador de América. La avenida 10 también fue bautizada en su honor como “Avenida San Martín”, supongo que por la misma época en que se develó el busto del libertador; aunque ya no se usa mucho el nombre, ahora es solo Avenida 10. Para los efectos de este artículo, estoy asumiendo que se llama “Plaza San Martín”.Es muy especial, por lo menos para mi, porque el personaje me trae muchos recuerdos, de cuando estaba en la escuela y la gesta de San Martín y su ejército atravesando lo Andes para liberar Chile y posteriormente Perú, es algo imborrable en mi memoria. Recuerdo vividamente, de aquella increíble revista Argentina Billiken, la figura de San Martín, emergiendo de los grandes picos nevados de la imponente cordillera, al mando de su ejército, que se inmortalizó con el nombre de “Ejército de los Andes”. Esta hazaña de San Martín, pasó a la historia mundial como una de las más grandes, junto —entre otras— a la de Aníbal, el general Cartaginés que atravesó los Alpes para atacar a Roma en una de las guerras púnicas, o la Gran Marcha de Mao Tse Tung al comando del Ejérctito Roja Chino, durante la guerra civil de ese país.
Recordar a Billiken me trajo a la memoria “La Casa de las Revistas” de Eleazar Calvo Brenes, que estaba al costado este de la que hoy es la Plaza de la Cultura en el centro de San José, si no me equivoco donde hoy existe un restaurante de comida rápida. Cuando iba al centro de San José, siempre pasaba y ojeaba las revistas, y por supuesto salía con el nuevo número la revista, que su colección era uno de mis tesoros más preciados.
Conozcamos un poco de quien fue José de San Martín con la ayuda del “El Día histórico” de La Nación:
Nació en Yapeyú, Argentina, en 1778, en un hogar de españoles. Cuando tenía ocho años sus padres se trasladaron a España; estudió en el Real Seminario de Nobles de Madrid y siguió la carrera de las armas. Sirvió durante 20 años en el ejército español, en cuyas filas participó en la campaña de Africa, en la de Rosellón, en las de Portugal y en las principales operaciones de la guerra de independencia espartóla (Arjonilla, Túdela. Albuera y Bailén).
Cuando se produjo en Buenos Aires, Argentina, el grito emancipador, renunció a su cargo en el ejército español, regresó a América y puso su espada al servicio de la causa independemista. Aceptados sus servicios en 1813, derrotó al general Zavala en San Lorenzo de Paraná, y dio inicio a una larga serie de triunfos militares en suelo americano.
En 1814, tras los reveses sufridos por el Ejército del Alto Perú, sucedió a Belgrano, con el cargo de general, en la jefatura Ejército del Norte. Entregado a la magna empresa de liberar a Chile y Perú, organizó en Mendoza el famoso Ejército de los Andes, compuesto por 5.20O hombres, con el que escribió una de las páginas más brillantes de la historia militar americana.
En 1817 acometió con su ejército la travesía de los Andes; un mes después obtuvo la victoria de Chacabuco, a la que siguió la ocupación de Santiago. La victoria de Maipú, el 5 de abril de 1818, lograda por San Martín y O’Higgins, dio a Chile la independencia definitiva. Dejando el mando del país en manos de O’Higgins, San Martín decidió llevar la guerra al virreinato del Perú y preparó la expedición que zarpó de Valparaíso en 1820, contando con la colaboración del famoso almirante inglés Lord Cochrane.
Tras desembarcar en Perú con cuatro mil soldados, en su mayor parte argentinos, logró derrotar a los españoles en Palpa, Nazca y el Pasco, entrando triunfalmente en la ciudad de Lima, el 6 de julio de 1821 a proclamar la independencia de Perú.
Como Protector Supremo del nuevo estado emprendió la organización política y administrativa del país, poniendo de manifiesto extraordinarias dotes de gobernante. El general Sucre, que luchaba en el sur de Colombia, solicitó su ayuda. Con los refuerzos que le envió San Martín logró la victoria de Pichincha, que dio la independencia a Ecuador.
Considerando la conveniencia de aunar esfuerzos en pro de la independencia americana, celebró en Guayaquil una famosa entrevista con Bolívar, después de la cual se retiró de la contienda. Tras haber impulsado la independencia de medio continente, San Martín renunció a la vida pública y se trasladó a Europa, donde sufrió grandes penurias económicas. Falleció en Francia en 1850. Sus restos fueron repatriados a Argentina en 1880 y descansan en la Catedral de Buenos Aires. Uno de los 23 departamentos del Perú, lleva su apellido (San Martín).
Hasta aquí la breve biografía.
El busto del General José de San Martín, cuyo autor se ignora, fue obsequiado por el Gobierno de la República Argentina. Esta obra escultórica fue trabajada en bronce, mide aproximadamente 75 cm de alto y se encuentra colocada sobre una columna de cemento armado. Su inauguración se produjo en los primeros años de la Administración Calderón Guardia (1940-1944). Me sorprendió la gran cantidad de placas que tiene el pedestal (sin contar la del nombre, son seis en total), casi que me atrevería a decir que tiene el “record” junto al busto de Carlos Gardel cerca del INS que tiene un número parecido, por lo menos en San José. Me habían comentado que los argentinos se especializan en poner placas, y creo que con esto se corrobora.
Como mencioné la plaza es muy pequeña, y la rodea una verja con un portón, que algunas veces tiene candado, que supongo lo cierran para que no ingresen indigentes. Tuve la suerte de pasar cuando estaba abierto y así pude fotografiar con mayor detalle el monumento. Tiene solo tres árboles, un lindísimo Ceibo Barrigón (Pseudobombax septenatum) y dos Jacarandas (Jacaranda caucana) rodeadas en su base por un pretil de piedra circular muy bonito. El resto es césped y solo hay un área central de cemento para el pedestal que sostiene el busto, con su corredor hacia la entrada, que es donde está el portón.
El entorno, no tiene casi nada destacable, salvo un edificio relativamente nuevo que alberga el Centro Nacional Especializado en Turismo (CENETUR) del INA y donde también están los estudios en San José del SINART. Hay algunos cafés cercanos como el Belgrano al costado sur. La plaza es como el punto de entrada para quienes vienen del oeste de la ciudad hacia barrio Luján.
Esta vez la galería es pequeña, el tamaño del lugar no da para mucho, pero ayuda para que se den cuenta que el sitio es muy bonito.