Plaza de la Fábrica: Parque España

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Carlos Revilla Maroto

Carlos Revilla

Anteriormente les había escrito sobre el Parque Nacional, y en esta oportunidad voy a hablarles un poco sobre sobre el Parque España, uno de los más emblemáticos y con más historia del centro de San José. Antiguamente fue conocido como la Plaza de la Fábrica y la Plaza de la Concordia durante los años de la dictadura de los Tinoco.

Camino a la escuela Buenaventura Corrales, siempre pasaba por ahí, así que lo conozco desde siempre, y he sido testigo de todas sus remodelaciones desde los años 60 del siglo pasado, hasta la última que fue en 1994, que para mi ha sido la mejor. Después de la escuela, era de rigor ir a jugar mejenga al parque, por supuesto algo inconcebible ahora, pero muy normal en aquellas épocas. La fuente siempre fue un misterio, ya que no había como subir, era una gran proeza escalar la pared y llegar a ella; por dicha esto lo “arreglaron” en la última remodelación, y ahora hay unas amplias escaleras que conducen a la fuente y la estatua de Juan Vasquez de Coronado, tal y como era en sus orígenes.

En el centro del parque había también una gran rueda celeste del Club Rotario (Club Rotaract) con unas letras enormes, supongo emulando su logo, a la que uno podía subirse, y darle vueltas estando arriba. Era un completo adefesio, y por dicha se la “volaron”. Según recuerdo conmemoraba una gran convención rotaria que hubo en el país en los años 60 o por esas fechas. Siempre queda la referencia a los rotarios con varias placas, y lo que parece una miniatura de la rueda, donde está plantado el “árbol de la amistad”.

Los edificaciones y construcciones en los cuatro costados del parque son especiales. En el costado sur está el histórico “Puente de la Fábrica” en el Paseo de las Damas, quizás el primer viaducto que hubo en San José. En el costado este, está el antiguo edificio de la Fábrica Nacional de Licores, y actualmente sede del MCJ (Ministerio de Cultura y Juventud) y el CENAC (Centro Nacional de la Cultura). En el costado norte, tenemos la Casa Amarilla, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, y el edificio del INS (Instituto Nacional de Seguros). En el costado oeste, por supuesto, el Edificio Metálico y el kinder Maternal, fundado por Carmen Lyra. También en este costado es donde inicia o acaba (da lo mismo) la Avenida 5, y que una placa dice que lleva el nombre de Mauro Fernández.

A la entrada del edificio del INS, está la escultura “El Monumento a la Famila” de Francisco Zúñiga, develada en abril de 1978; y al fondo en una de las paredes, una frase muy hermosa, recogida por el poeta Isaac Felipe Azofeifa:

De veras Hijo.
Ya todas las estrellas han partido
Pero nunca se pone más oscuro
que cuando va a amanecer

En la continuación de la calle 11, que se corta por el parque, crearon el “Paseo de la República de Argentina”, inaugurado en 1992, que remata en la vieja entrada del Parque Bolivar en Barrio Otoya, y que tiene sendos monumentos del General don José de San Martín, y del cantante de tangos Carlos Gardel. Por cierto, el busto de Gardel me impresionó, por la cantidad de placas que hay en su base, testimonio inequívoco de que “el zorzal criollo” aún sigue teniendo una gran cantidad de seguidores, que lo recuerdan con gran cariño.

El parque posee varios monumentos: tres bustos de bronce, obras del escultor Juan Ramón Bonilla, inaugurados el mismo año, 1918, dedicados al presbítero Cecilio Umaña, que se desempeñó como Capellán del Ejército de Costa Rica, durante la Campaña Nacional 1856-1857; el político Rafael Barroeta Baca, considerado un benefactor social y cuya escultura es una réplica de la que existe en el Cementerio General, y el filántropo estadounidense Andrew Carnegie, quien donó el dinero que se utilizó para construir la Casa Amarilla, antigua sede de la Corte Centroamericana de Justicia.

También hay un monumento a Tomás Soley Güell y el tres veces presidente de Costa Rica, Ricardo Jiménez Oreamuno, ambos gestores e impulsores del Instituto Nacional de Seguros. La efigie en bronce de Soley, obra del escultor Ólger Villegas Cruz, fue colocada en 1974, al cumplirse el cincuentenario de dicha institución.

El monumento a Juan Vázquez de Coronado, que está en la explanada de la fuente, es una estatua de cuerpo entero de tres metros de alto, esculpida por el español José Antonio Márquez. El busto en bronce de la Reina Isabel la Católica fue esculpido en Madrid por José Plañez. Este monumento tiene en su base una placa que conmemora el quinto centenario de la llegada de Cristóbal Colón a América. Ambos monumentos fueron una donación del Instituto de Cultura Hispánica de Madrid. El busto de la Reina Isabel, estuvo por muchos años en la pequeña plaza enfrente de la iglesia de El Carmen, la que queda cerca del correo, y que ahora se llama “Plaza Tiradentes” en honor a Joaquin Jose da Silva Xavier «El Tiradentes», mártir de la independencia de Brasil. Este «traslado» fue muy acertado, pues ahora está en el lugar que le corresponde.

En la esquina noreste del parque, se halla un pequeño Pabellón (algunos lo llaman quiosco, aunque no lo es) diseñado por el arquitecto José María Barrantes, decorado con mosaicos y azulejos que recuerdan escenas de la vida costarricense, como el hallazgo de la Virgen de los Ángeles o la Iglesia de Orosi. Fue un obsequio de la Fabrica Nacional de Licores a la ciudad de San José, en la navidad de 1947. La decoración sobre azulejos fue hecha en la Ladrillera La Uruca de Adolfo Sáenz G. y decoró Francisco Ulloa B. Hace algunos años lo restauraron, pero ya se ve un poco deteriorado, y le faltan algunos azulejos, lo cual es una lástima. De mi época de escuela, recuerdo que el sistema de agua funcionaba, pero los vertederos a las piletas ya no están, porque probablemente se los robaron para vender el metal con que estaban hechos. Este Pabellón es una pequeña joya.

En el costado oeste del parque hay dos placas que recuerdan el lugar, en 1903, donde los niños de las escuelas de San José cantaron por primera vez el Himno Nacional de Costa Rica.

El 18 de diciembre de 2020, en el Día Internacional del Migrante, se develó una bonita placa en el costado norte, en homenaje a los emigrantes españoles. La iniciativa fue del Consejo de Residentes Españoles en Costa Rica y la Embajada de España.

También hay que mencionar las dos bellas glorietas que tiene el parque, con un piso de mosaico, que no he visto en ningún otro parque. Una está al costado norte y la otra al costado oeste. Junto con la explanada de la fuente, son los únicos lugares en el parque que tienen poyos para sentarse, muy elaborados por cierto. Todo el resto del parque lo que tiene es en la mayoría de las isletas, una especie de cornisa alrededor, que sirve para sentarse con comodidad.

En cuanto a los árboles y plantas, quedé muy gratamente sorprendido por la variedad. Desde el frondoso Laurel de la India en el costado sureste, hasta la Llama del bosque, pasando por una gran Palma real cerca de la entrada a la fuente. Incluso, el Bambú amarillo, que sobrevive desde mi época de escolar hace ya muchos lustros. La lista completa de especies es la siguiente: Laurel de la India (Ficus benjamina), Bambú Amarillo (Bambusa vulgaris), Hiedra (Hedera Helix), Dama (Citharexylum donnell–smithii), Llama del bosque (Spathodea campanulata), Mango (Mangifera indica), Heliconia avecilla (Heliconia Psittacorum), Palmera enana (Phoenix roebelenii), Pacaya (Chamaedorea costaricana), Corcho (Melaleuca quinquenervia), Antorcha (Alpinia purpurata), Casco de venado (Bauhinia purpurea), Palma real (Roystonea regia) y Cedro (Cedrela odorata).

Por medio de la CNFL, y el aporte de la Unión Europea con el proyecto PRUGAM, el parque está totalmente iluminado. También se ve que le dan buen mantenimiento. Eso si, hay que estar atentos, pues en general se nota que empiezan a deteriorarse algunas secciones como las glorietas, especialmente la del sector oeste.

Sobre la historia del Parque, considero que lo mejor es transcribirles lo que dice al respecto el libro “El patrimonio histórico-arquitectónico y el desarrollo urbano del distrito Carmen” de Gerardo A. Vargas—Carlos Ml. Zamora, publicado por el MCJ en el año 2000.

Plaza de la Fábrica: Parque de la Concordia, Parque España

La primera referencia que se encuentra de la Plaza de la Fábrica como espacio abierto, quedó constando en el testimonio dejado por el Ing. Francisco Kurtze, Director de Obras Públicas en su informe de labores de 1862, cuando expresó que …enfrente de la Fábrica de Licores se ha abierto una plaza pequeña y se espera que entre la estación de las lluvias para plantar árboles y arreglar una alameda. Pese a esta disposición, la plaza continuó por muchos años sin arborizar y más bien estuvo cubierta simplemente de zacate y al servicio de las actividades ligadas a la Fábrica de Licores.

Al lugar llegaban gran cantidad de carretas desde diferentes partes del Valle Central, transportando el dulce o panela que servía de materia prima en los procesos productivos de alcoholes y licores. La razón fundamental para la creación de este espacio abierto, fue la necesidad de que la industria de licores poseyera un área de sesteo para carretas y bueyes. Precisamente con el fin de que los boyeros contaran con el suministro de agua para sus animales, en 1870 la Municipalidad de San José, autorizó al gobernador para que contratara con el Ing. Amadeo Luis Langy la instalación de una fuente pública en la Plaza de la Fábrica; así también en las otras plazas existentes en la ciudad de San José; a saber: la del Mesón (actual Parque Braulio Carrillo), de La Merced (hoy Plaza Castro Madriz, costado oeste del Banco Central), de Dolores (frente a la Iglesia de la Virgen de La Dolorosa), del Carmen y de La Soledad. De acuerdo con el documento consultado, cada fuente costaba 275 pesos, aclarando en este caso, que fuente no se refiere a un elemento ornamental, sino a una pileta.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, el surgimiento y consolidación de las plazas públicas en la ciudad capital, cumplió una importante función económica y el uso dependió de la ubicación con respecto al centro de la ciudad. En el caso de la Plaza Principal, ésta perdió su función de lugar para mercado público al convertirse en Parque Central. Las actividades de mercado se trasladaron, primero, a la Plaza de la Artillería y luego al sitio conocido como Plaza Nueva (actual Mercado Central). Mientras que, en 1872 las plazas localizadas hacia la periferia de San José se destinaron a otros usos; por ejemplo, la venta de ganado en pie para la Plaza de la Fábrica y la venta de leña en la Plaza del Hospital (actual sitio Iglesia de La Merced). Las plazas antes citadas junto con la Sabana, fueron utilizadas alternamente para realizar las fiestas provinciales con corridas de toros y juegos artificiales. En 1879 la Plaza de la Fábrica también se destinó a la venta de leña que ingresaba proveniente del norte y este, para el uso de los habitantes de la ciudad.

La plaza poseía una topografía irregular, que facilitaba la acumulación de aguas de lluvia en algunos sectores de la misma, causando brotes de mosquitos y con ellos la propagación de focos de infección. Para resolver este problema, en 1892 se aprobó la desecación, relleno y nivelación de la plaza. Seis años después, se realizó la excavación y macadamización de las calles que formaron el circuito de esta, así como la construcción de los cordones de piedra (aceras y caños). Estos trabajos permitieron una diversificación en los usos de la plaza: se instalaban circos, se jugaban partidos de fútbol los fines de semana y con la apertura de las Escuelas Graduadas en el Edificio Metálico, fue utilizada para los ejercicios de calistenia de los escolares.

En 1916 se terminó la construcción del Palacio de la Paz, sede de la Corte Centroamericana de Justicia (actual Casa Amarilla). Este hecho le sirvió al dictador Federico Tinoco Granados (1917-1919), como pretexto para la formulación del decreto del 23 de marzo de 1917, creando en la antigua Plaza de la Fábrica un parque que se bautizó con el nombre de Plaza de la Concordia. Entre las razones dadas, se argumentó: 1) mejorar el ornato de la capital y el entorno del edificio de la Corte de Justicia y 2) dar un justificación al golpe de estado, cuando se menciona …que por su denominación esa obra debe conmemorar la unión de la familia costarricense, resultante de los acontecimientos políticos que se han desarrollado en el país a partir del 27 de enero del año en curso… Asimismo, se dispuso la colocación de los siguientes bustos: a Andrew Carnegie, John Rockefeller (no se instaló), Cecilio Umaña, Rafael Barroeta, Adolfo Carit (tampoco se instaló) y la escultura de Mauro Fernández, la cual se ubicaría en el centro de la plaza. Las obras de construcción de la Plaza de la Concordia fueron dirigidas por el Ing. Enrique Capella.

La dictadura de Tinoco fue derrocada por un movimiento revolucionario conocido como la Revolución del Sapoá, dirigido por Julio Acosta García, quien después ocupó la presidencia de la República entre 1920 y 1924. Entre las medidas tomadas por Acosta, estuvieron la derogación de la Constitución de 1917 y el decreto de creación de la Plaza de la Concordia, en un afán de borrar el nefasto legado de Tinoco. En lo que concierne al parque, el 9 de octubre de 1920, se decidió bautizarlo como Plaza España. Como excusa para el cambio de nombre, se adujo: ….que en obediencia a un justificado y vehemente sentimiento del pueblo costarricense, el gobierno deseaba hacer un homenaje a nuestra Madre Patria y aprovechar para ello, el día de la próxima Fiesta de la Raza…

En el 2020 cortaron el Laurel de la India que estaba en el costado sureste del parque, lo cual es una lástima, pues era muy bonito. La municipalidad adujo cuestiones de seguridad.

 

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Actualizado el 30-04-2021

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