Pensiones de la Caja: el zorro cuidando el gallinero

Luis Paulino Vargas Solís

Luis Paulino Vargas

Los recortes en las transferencias que, por ley, debe realizar el gobierno a la Caja, están teniendo graves consecuencias, las cuales hoy afectan de forma especialmente severa al seguro de pensiones (sistema de Invalidez, Vejez y Muerte, IVM), aunque también golpean el seguro de salud.

Este último tiene graves problemas, que derivan de la posposición, por muchos años, de las inversiones necesarias en hospitales, clínicas y equipos, agudizados, en el periodo reciente, por la fuga de personal calificado, inclusive especialistas, en lo cual incide la conflictiva y errática gestión de Marta Esquivel, así como el deterioro en las remuneraciones, derivado del congelamiento salarial impuesto al sector público desde hace varios años, y de los desincentivos que introduce la Ley del Empleo Público.

La situación del seguro de salud podría agudizarse aún más en el futuro, si persiste la negativa del gobierno a pagar lo que le corresponde, ya que ello dificultará hacer las inversiones y contrataciones necesarias.

En lo que el sistema de pensiones compete, la situación es hoy absolutamente apremiante. La negativa, cerrada e intransigente, del gobierno de Rodrigo Chaves a reconocer, ni siquiera parcialmente, las deudas, está obligando a recurrir al uso de las reservas, lo cual acrecienta el riesgo de que el sistema en poco tiempo se haga insostenible.

La Nación entrevistó a la superintendenta de Pensiones, la muy conocida Rocío Aguilar, sobre este asunto. Las propuestas de Aguilar, que son, en general, las que promueven los sectores de filiación ideológica neoliberal, apuntan básicamente en una dirección: restricción de derechos. O sea: cotizar más y por más años, pensionarse a una edad más avanzada y con una pensión más modesta.

Tener a Aguilar en el puesto que ocupa, es como tener al zorro cuidando el gallinero. La abulia e ineptitud con que ha manejado las desastrosas pérdidas de los sistemas de pensión complementaria así nos lo demuestra. Pero, en general, sus propuestas en esta materia, siendo de signo muy regresivo, tienden a ser omisas sobre las situaciones de fondo que subyacen a esta problemática.

No solo no dice nada sobre la deuda estatal con la Caja (que, bien lo sabemos, viene de años atrás), sino que, sistemáticamente, elude referirse al hecho de que la ruta por la que transita el desarrollo de Costa Rica, inevitablemente debilita la sostenibilidad de la seguridad social y, en particular, la sostenibilidad de los sistemas de pensiones.

Solo un ejemplo de esto último: el extremadamente anómalo comportamiento del empleo -al punto que se ha venido reduciendo el número de personas empleadas- inevitablemente debilita los ingresos que la Caja recibe.

Creo que a las personas pensionadas de la Caja todo esto debería preocuparnos vivamente. Creo que debería preocuparles, incluso más, a las personas jóvenes. Algún día serán viejas ¿querrían vivir una vejez despojada del derecho a una pensión?

Tomado de FB

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