José Luis Callaci
“En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario”
George Orwell
Resulta realmente desconcertante que, en nuestro medio, haya quienes definiéndose como anti -imperio (no anti-americanos) y además progresistas, coincidan con los defensores del imperio y su stablishment. Esto nos hace recordar la anécdota de aquel diputado socialista francés que, desoyendo la opinión de sus compañeros, se empeñó en exponer en el parlamento algo que provocó una fuerte reacción de aplausos en la bancada conservadora. Ante esta clara y entusiasta manifestación de apoyo interrumpió de inmediato su intervención para exclamar: “perdonen compañeros, qué barbaridades estaré diciendo que nuestros enemigos me aplauden”.
Nadie aquí está defendiendo al actual presidente de los Estados Unidos. Pero ni él ni el Presidente de Rusia fueron quienes apoyaron los golpes de Estado genocidas en América Latina o, desde los inicios, a las organizaciones terroristas. Ni provocaron el total descalabro en África del Norte y el Medio Oriente con sus invasiones con el fin de destruir gobiernos y países reacios a subordinarse a esos persistentes intentos de hegemonía global que tantas víctimas inocentes y millones de refugiados está produciendo.
No fue el actual Presidente de los Estados Unidos quien inició la construcción del muro transfronterizo ni echó a más de tres millones de indocumentados en su país. Fueron otros que siendo lobos se visten con piel de oveja. ¿O no?
Que no vengan a hablarnos de Derechos Humanos quienes vienen cometiendo horrendos crímenes en el mundo. Precisamente en estos días uno de esos asiduos “analistas” de la CNN, sintiéndose arrinconado debido a algunos demoledores argumentos que le esputaron, reaccionó de manera airada dejándose decir “… Estados Unidos, a diferencia de Rusia, respeta en sus intervenciones militares a la población, civil…”
¿Respetaron a los cientos de miles de habitantes de Hiroshima y Nagasaki? Respetaron a la población civil vietnamita con sus bombas de Napalm y sus 20 millones de galones arrojados del conocido como Agente Naranja cuyo alto grado de dioxina arrasaron bosques, cultivos y miles de núcleos urbanos? ¿Respetaron a los pueblos árabes al formar y financiar mercenarios para cometer atrocidades en nombre del Islam?
¿Hasta cuando esa doble moral y tanta falsedad?
Sin referirnos a aquellos que más que ciudadanos de sus respectivos países gustan sentirse (¿irremediablemente?), sumisos y acríticos de la realidad, ciudadanos del imperio: ¿No es hora ya de pensar con cabeza propia nutriéndonos en todas las fuentes posibles de información a través de estas nuevas autopistas de la comunicación social como son las redes de Internet? Dejemos de ser incautos repitiendo los falaces argumentos y las falsas noticias que difunden solo una de las partes: los medios tradicionales sometidos al poder imperial.