San José, 19 feb 2021 (CPNews/MCJ).- Más de 100 años de antigüedad, mucha humedad y los daños provocados por el comején, amenazaban con traerse al suelo al antiguo Mercado Municipal de Orotina, que poco a poco se convertía en un espacio inadecuado para sus usuarios, tanto comerciantes como clientes.
Hoy día, este inmueble patrimonial luce remozado, pintado de amarillo; pero, lo más importante, es mucho más seguro. La restauración hecha por el Centro de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura y Juventud, logró, entre las obras más relevantes, cambiar las piezas de madera dañadas en la estructura de techos, e instalar un nuevo sistema eléctrico que cumple con la normativa actual.
“En cuanto a las mejoras, creo que era muy necesario que se hicieran, porque el mercado estaba muy comido de polilla, un insecto que no se ve, pero estaba dañando la estructura. Estaba muy dañada, de manera que la vida útil que le quedaba no iba a ser, calculo, que ni de cinco años. Ya se oían rumores de que estaban recomendando mejoras, porque si no, colapsaba y de aquí dependemos, directamente, unas 32 familias, más todos los colaboradores”, manifestó Mario González, inquilino de un local del mercado, desde hace 30 años, quien además se mostró muy agradecido.
La inversión correspondió a ¢150 millones de colones provenientes del premio, como proyecto ganador del certamen “Salvemos Nuestro Patrimonio Histórico-Arquitectónico”, pero, además, la Municipalidad de Orotina, propietaria del inmueble, se unió al rescate del inmueble y aportó en la remodelación de las áreas externas del mercado, como la plazoleta y área de juegos infantil con ¢190 millones de colones; además, la pintura de la fachada, por ¢5.1 millones de colones, y un nuevo y más seguro sistema de gas para los locales comerciales, que ascendió a ¢15.5 millones de colones.
“En el caso del Mercado de Orotina, recientemente restaurado, confluyeron dos hechos de importancia: por un lado, fue un edificio ganador del certamen ‘Salvemos Nuestro Patrimonio, y por otro, la Municipalidad de Orotina hizo un valioso aporte´, invirtiendo principalmente en sus espacios externos. De esta manera, la comunidad salió ganando, pues ahora cuenta con un bellísimo patrimonio recién restaurado y los espacios urbanos que lo circundan, tienen un nuevo impacto en la comunidad, al ofrecer espacios de descanso y esparcimiento, así como baños públicos”, destacó Diego Meléndez, director del Centro de Patrimonio Cultural.
“Consideramos que este tipo de alianzas son vitales para potenciar el impacto de las intervenciones en edificios patrimoniales, pues de esa manera, los fondos invertidos benefician a la ciudadanía al ofrecerles nuevos y mejores espacios para disfrutar. Agradecemos el aporte hecho por la Municipalidad de Orotina e instamos a que más municipios apuesten por la inversión en mejoras a los ambientes circundantes de sus valiosas edificaciones patrimoniales”, agrego el director.
Según destacó Óscar Salas, arquitecto del Centro de Patrimonio Cultural a cargo de la supervisión de las obras, el Mercado Municipal se construyó en el año de 1915; posee técnicas constructivas en desuso, como lo son sus paredes de ladrillo de barro cocido y una estructura en madera sólida que conforma la cubierta o techo, en un área de 1450 metros cuadrados.
Según informó el Centro de Patrimonio, en esta restauración se buscó rescatar, principalmente, la estructura interna de madera, característica de la época de construcción. Este proceso fue todo un reto, ya que se debió hacer un análisis de la resistencia de la madera presente en la estructura del mercado, para poder sustituir piezas o reforzarlas, logrando conservar el particular sistema constructivo del mercado y preservarlo tal y como se construyó originalmente. “Era importante no perder esa memoria colectiva del mercado que poseen los orotinenses”, apuntó el arquitecto Salas.
Parte de las obras realizadas fue la sustitución del piso de los pasillos, sin valor patrimonial, por pisos antideslizantes, asegurando el tránsito de las personas dentro del mercado. Se cambió todo el techo y se ampliaron los aleros del mercado a las zonas de las plazas contiguas, con el fin de integrarlas al edificio y brindar mayor comodidad a las personas usuarias. Se colocó iluminación exterior y se restauraron las puertas y ventanas de todo el mercado. Además, se readecuó todo el sistema mecánico, tanto de los locales, como del propio mercado.
Finalmente, también se conservó, sin uso y solo como testigos de la época de construcción, muchos de los elementos originales de porcelana del antiguo sistema eléctrico, como puentes y cajas fuses.
“El reto más grande fue trabajar dentro de las instalaciones del mercado manteniéndolo abierto al público, según fue la petición de los inquilinos, para sobrellevar la grave situación que generó el Covid-19 en el país. Por esta razón, las obras se atrasaron en tiempo, pero se cumplió con la faena. En este momento es un inmueble seguro estructuralmente, equipado con sistemas de gas, contraincendios y eléctricos, acordes a las normativas vigentes, corrigiendo una medida sanitaria que presentó el Ministerio de Salud. También se cumplió con la Ley de Accesibilidad 7600 y hoy en día el mercado posee todos los ingresos adecuados a esta ley”, amplió Salas.