Partido político ideológico y permanente

Política entre bastidores

Manuel Carballo Quintana

Manuel Carballo

Me correspondió el honor de convertirme en el primer Presidente de la Juventud Liberacionista en 1968, elegido -junto con el resto del Directorio, en el que también formaron parte, entre otros, Ángel Edmundo Solano como Vicepresidente, Jorge Vargas Roldán, Ricardo y Jorge Salazar Solís-, en la Primera Asamblea Nacional de la Juventud efectuada en La Catalina.

Anteriormente, el cargo más alto fue el de Secretario General, ocupado por Juan José Echeverría Brealey. Por cierto, dicha Asamblea promulgó la Primera Carta Ideológica de la Juventud Liberacionista, que produjo un tremendo revuelo y tribulación dentro del PLN e incluso editoriales venenosos del periódico La Nación.

Una de las tareas prioritarias y fundamentales del nuevo Directorio fue intensificar las actividades de formación política a lo largo y ancho del territorio nacional, entre las que destacaban el conocimiento de la historia partidista, de su Carta Fundamental y de sus logros para el bienestar del mayor número en la sociedad costarricense. Empezamos celebrando seminarios de formación en las cabeceras de provincias y cantones de alta densidad poblacional. Luego seguiríamos con el resto del país.

Una de los primeras actividades fue un seminario regional para la parte baja de Guanacaste en el cantón de Santa Cruz. Ahí se congregó durante tres días la dirigencia juvenil de los cantones de Carrillo, Nicoya, Santa Cruz, y Nandayure (Hojancha aún no era cantón). El encuentro fue coordinado por el recordado compañero guanacasteco y miembro del Directorio de la Juventud Ólger Ruiz Contreras (qdDg), quien fungía como coordinador de la provincia.

Fueron tres días de intenso trabajo acompañados de la inclemencia del calor Guanacasteco, en el cine de la localidad. Tuvimos algunos expositores y facilitadores invitados de la dirigencia nacional.

El programa estuvo constituido por ocho conferencias y talleres que incluían, entre otros temas, educación, economía, ética y transparencia, relaciones internacionales y necesariamente el desarrollo de los conceptos alrededor de lo que significa un partido político ideológico y permanente. La noción de ética, por un lado, y de partido ideológico y permanente se enfocaba transversalmente con el resto de la temática. Así, se predicaba que un partido político ideológico y permanente debía contar con al menos los siguientes componentes en su estructura: conocimiento e interpretación de la historia del país; conocimiento y diagnóstico permanente de la realidad política, social y económica; una visión clara del tipo de sociedad que se quiere construir; contar con una estructura de procesos de formación política e ideológica; órganos constituidos y con funcionamiento permanente, incluyendo su tribunal de ética. Decíamos que un partido político que carece de uno de estos componentes en realidad no es un partido, es una agrupación que incluso puede ganar elecciones, pero no es un verdadero partido político. Fueron tres días de estar machacando sobre los contenidos de ideológico y permanente.

Llegó el final del seminario y el acto de clausura, contando con la presencia de don José Figueres, don Daniel Oduber, don Luis Alberto Monge y don Alfonso Carro. Y para concluir con el importante encuentro, un refrigerio informal en una soda de la localidad, en el que se formaban grupos, se contaban chistes y se celebraba el éxito de la actividad. No podían faltar las discusiones acaloradas sobre el fútbol nacional entre saprisistas, heredianos, alajuelenses y cartagineses. Se me ocurrió preguntar por qué la filiación deportiva de cada uno. Los saprisistas dijeron que su equipo era el más joven y lleno de entusiasmo; los alajuelenses porque era el equipo de Alejandro Morera; los cartagos por tener en el equipo más antiguo de Costa Rica y a Fello Meza; y el herediano… ¡porque el Club Sport Herediano era el único equipo ideológico y permanente! ¡Habrase visto! Aquello fue una locura… carcajadas, gritos y burlas. (Claro está, el Herediano de esa época no perdía partidos por 4-0 como ahora).

Aunque no era más que un chiste, ya calmados le pedí al aficionado herediano que explicara su afirmación y esta fue la respuesta. “En Heredia conocemos su historia: hemos jugado y ganado a grandes equipos europeos. Los heredianos conocemos la situación actual: vamos encabezando la tabla de posiciones. Tenemos una visión del futuro: seguir ganando partidos y campeonatos. Contamos con procesos de formación en las ligas menores del club. Funciona permanentemente la estructura: tenemos junta directiva, asamblea y hasta comité disciplinario. Por eso digo -afirmó el seguidor herediano-, que somos el único equipo de fútbol ideológico y permanente de Costa Rica”.

Las risas y chascarrillos continuaron. Sólo yo permanecí serio, aunque en el fondo tenía una sonrisa de satisfacción. A pesar de lo chistoso y cómico del momento, ¡en mí quedó la idea de que la prédica de partido permanente e ideológico había calado profundamente, la asimilaron a cabalidad!

Exdiputado y exviceministro de la presidencia

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