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Carlos Revilla M.
En realidad es solo Pancho López, que es el título de una canción de Trini López que estaba de moda por ahí de los años sesentas del siglo pasado. La canción la escuchaban a cada rato mis hermanas mayores —que tenían el disco de 45 r.p.m.—, yo era un chiquillo y muchas partes de esta me quedaron grabadas en mi memoria.
Y ya se deben estar preguntando ¿Y cuál es la relación de esto con el PLN? Pues bien, resulta que los últimos acontecimientos políticos, aunque parezca extraño, me recordaron mucho la letra de esa ya vetusta canción. Creo que lo mejor es empezar transcribiendo la letra de la canción —ya al inicio puse un vínculo al video para que la oyeran cantada— y que puedan empezar a darse una idea de que estoy hablando.
Nació en Chihuahua en novecientos seis
en un petate bajo un ciprés,
a los dos años hablaba inglés,
mató a dos hombres a la edad de tres.
Pancho, Pancho López,
chiquito, pero matón.(x2)
A los cuatro años sabía cantar,
tocar guitarra y hasta bailar,
a treinta yardas podía atinar
un ojo a un piojo y sin apuntar
Pancho, Pancho López.
se fue a la revolución.(x2)
A los cinco años sabía montar,
la carabina sabía pulsar,
y su papá lo dejaba fumar
y se emborrachaba con puro mezcal.
Pancho, Pancho López
chiquito pero matón(x2)
A los seis años se enamoró,
luego a los siete, pues se casó,
y lo que tenia que pasar pasó,
a los ocho años papá resultó.
Pancho, Pancho López.
valiente como un león(x2).
Y aquí la historia se terminó
porque a los nueve Pancho murió,
la moraleja de la historia es:
no vivas la vida con tanta rapidez.
Pancho, Pancho López,
viviste como un ciclón(x2)
Resulta que en mucho la vida del PLN se me parece a la de Pancho López. En muy poco tiempo el partido hizo grandes logros. Básicamente la Costa Rica de hoy es obra de Liberación Nacional. En sus 62 años de vida ha pasado de todo, muchos aciertos y algunos yerros, pero como se dijo alguna vez «solo son sombras en un pasado luminoso». Todo muy al estilo del personaje Pancho López.
Y ya el PLN cumplió 62 años, que para mi, y dada la situación actual, se podría ver como nueve años «lopecianos» que es cuando la canción llega a su final con la sentencia «Y aqui la historia se terminó porque a los nueve Pancho murió…».
Pero hasta aquí llegan las similitudes. Por lo menos de mi parte no quiero que este sea el final del PLN —que podría serlo—, pero SI cambiarlo y reformarlo.
Desgraciadamente a Johnny Araya le reventó todo lo que se venía acumulando no de ahora, sino desde hace mucho tiempo. Esta acumulación de males se había diagnosticado correctamente ya en el 2002 (Nopal) y 2005 (Congreso Nacional) y se plantearon los correctivos necesarios como el Código de Ética, reforma estatutaria, fortalecimiento del ICARF y muchas otras cosas más, que lastimosamente las guardaron en una gaveta, esto hasta el día de hoy, y nunca han querido dar explicación alguna del porque ese proceder.
Por ejemplo, quisimos conversar con Antonio Calderón flamante Secretario General, para hablar de estos y otros temas de interés para el liberacionismo, pero después de varios meses de insistir, desistimos al no obtener ninguna respuesta de su parte, y eso que lo intentamos tocando varias puertas.
La miopía de la dirigencia del PLN ha sido mayúscula y desgraciadamente ha primado el interés personal sobre el partidario, ahí están las asambleas que no han hecho nada por el partido, pero si mucho por su beneficio personal (asambleistas). El partido como estructura política esta paralizado, salvo claro la parte electoral, que aun mantiene alguna vigencia, pero tambíén cada día pierde relevancia por la obsolecencia de la propia dirigencia.
También se le suma a la debacle actual los errores de bulto de la actual campaña, que junto con lo anterior hicieron una tormenta perfecta de la que ya estamos viendo los primeros resultados nefastos.
En una próxima columna espero escribir sobre lo que creo se debe hacer para sacar al partido del enorme hueco y postración en el que esta sumido y que si no se hace nada, se podría cumplir la sentencia «el partido que nació con la segunda república y que podría morir con ella».
El mal es endémico, y la única forma de evitar que al PLN le pase lo mismo que a Pancho López —que se termine la historia porque murió— es aplicar el bisturí a fondo.