Otro carrito

Volví a Suiza No. 6

Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro.salazar@gmail.com

Mauricio Castro

Después de todas las peripecias que hemos pasado haciendo compras, yendo de allá pa´ca y de acá pa´llá, pareciendo hormigas jalando hojas o como extranjeros…y una voz fuerte no me dejó seguir…“Castrosalazar: diay ahora te sentís suizo, ¿cómo que usas en forma tan fea “extranjeros”, qué te crees?—me dijo mi vocecita interna, que no perdona ni un safis

“No, no, no…digo…sorry sorry, es que solo los extranjeros venimos cargados como locos del súper o en los trenes o en los buses, los suizos para nada viajan así…”-dije tratando de aclarar y pareciera que la aclaración hizo efecto…
De repente vimos que “el carrito de jalar” no era suficiente, yo un toque rejego porque –aunque me viera como un viejito de compras– me parecía súper cómodo y barato. Un buen día compramos un aterro de lámparas porque las casas de alquiler las dan solo con los alambres, el socket y un bombillo y parecía un salón comunal desvalijado…

Fuimos a un almacén y el gerente del piso, un tipo grandote buena gente y amable, nos dijo que en lugar de jalar todo en “el carrito” o pagar un transporte para que nos llevará las cosas a la casa (livraison) nos saldría muchísimo más barato alquilar “un bus” del mismo almacén y yo asentí por default…

“Castrosalazar no sea creído, ud no sabe que es “un bus”, mejor pregunte”—me dijo en forma de recriminación mi vos interna.

Como el fulano grandote y buena gente me dio las explicaciones de lo cómodo y fácil que era, y me preguntó nada más si tenía licencia, no pregunté nada y procedimos a alquilar “le bus”, yo pensando en un carrito pequeñito de carga, cerrado, como los uno ve por Chepe….Nos recomendó que lo alquiláramos una hora, que era suficiente para ir y volver…por lo que potis lo alquilamos 2, por aquello de perdidas y falta de experiencia….

“Castrosalazar: a confesión de partes relevo de pruebas”—como dicen los abogados, me dijo mi voz interna para recalcar lo de la falta de experiencia.

“PUUTA cuando lo vimos: era un tráiler aquello, como un camión viejo de la Dos Pinos, sin ventanas a los lados, un cajón cerrado, nunca había manejado un chunche ni parecido, ni siquiera me lo había planteado alguna vez…”—

El fulano grandote, sí el mismo gerente, nos ayudó a jalar y a acomodar las cosas y me dio la llave, firme y jálese…
Para no cansarlos con el cuento, porque ese no el cuento que les quiero contar…fallamos en el cálculo: tardamos 4 horas. ¡Una perdida de padre y señor mío!, sumada al desconocimiento de velocidades y vías más óptimas, a pesar de Waze!
“Castrosalazar: que exagerado, ¿un camión de la Dos Pinos? Te acepto que era grande, pero NO TAAAN grande como un camión de Dos Pinos…como una perrera de la policía quizás…”—me reclamó mi vocecita.

“Okay, pero grande”—dije

Previo a eso habíamos pensado en alquilar un carro, en un rent-a-car, teníamos todo listo, tarjeta pasada y firmada, pero se nos ocurrió preguntar dónde lo dejábamos el sábado por la tarde y nos dijeron en la calle, okay okay dijimos y ya listos a revisar el carro…

De repente oí: “Castrosalazar: en la calle dónde, no me pareció que la agencia tuviera algún espacio especial”—
Y yo en un diálogo interno repliqué: “claro que tienen que tener, sino sería un multón de sábado a las 3 de la tarde (a partir de las 7 pm es gratis) a lunes a las 10 am que abren (a partir de las 8am los parquímetros funcionan) un montón de plata, aquí eso no puede suceder”—

“Castrosalazar: mejor pregunte”—insistió

No podía creer la respuesta: sí lo deja en la calle y recibe las multas….

“¿QUEEEEEEEÉ?”—con sorpresa pregunté…

Sí, ponen multas y se le cargan a la tarjeta y ya, no pasa nada, me explicó el muchacho del rent-a-car.

Nos cayeron todos los miedos: expulsión del país, llamada de atención, sanciones…Comprenderán que desistimos…

“NO sea burro, ya estoy encendido”—oí que me dijeron y no supe con certeza si fue el carro quien me habló o mi vocecita jugándome una broma, haciéndome pensar que es el carro.

Y todavía desconcertado, busqué y busqué primero quién me habló, segundo si era verdad que estaba encendido…comprobé y estaba encendido: el nuevo carrito cuando está en modo eléctrico no se oye…

“Castrosalazar: tenés que tener cuidado, vos estás acostumbrado a chunches diésel que suenan como un ´Magiruz´, así que pela el ojo bien”—me advirtió mi vocecita.

Las cosas han cambiado radicalmente con el otro carrito… Veo hasta el paisaje más bonito, no sé si es una mezcla de que todos los chunches que uno compra los puede traer de una vez o quizás la tranquilidad que da el no tener que correr de tren en tren o en las estaciones o simplemente por el viejo dicho machista aquel “un carro es ………..”

El nuevo carrito es un híbrido, mis miedos se han ido quitando poco a poco, me imaginaba tener que ir cambiado de gasolina a electricidad o de electricidad a gasolina…

“Castrosalazar: no seas polo, disimulá por lo menos, cómo se te ocurre que eso no sea automático, ¡que polo!”—me regañó…
Ahora el tema de la preocupación por los cambios de trenes cambió a buscar parqueo…no solo el tema del lugar como tal sino el sí en ese lugar se puede…Hay una tarjeta que se le paga a la policía de tránsito (“macaron pour résidents”) que permite parquearse en espacios pintados de azul en la zona en que vivís.

No es un permiso “tipo 007” sino que tiene sus limitaciones y que por mis limitaciones en francés y en el conocimiento de la ciudad no me permiten todavía manejar el “macaron” a plenitud.

“Castrosalazar: me parece que estás esquivando contar tu primera experiencia recargando el carrito”—me dijo en tono de burla mi vocecita

La verdad es que contar peladillas de trasero no es bonito…me dije

“Castrosalazar: ¿peladillas?, no jodás, peladota…”—me replicó…contá…

“okay…Llegamos a un parqueo de un centro comercial, llenísimo por demás, saqué los cables, los conecté, leí que el máximo de tiempo era por 3 horas, yo calculé que la carga estaría completa a las 3 horas, hice un doble check de todo, apreté bien los cables y me fui….regresamos a las 3 horas y para mi sorpresa no se había cargado nada, nadita de nada”—esa fue la peladilla

“Castrosalazar: No, no, no, la PE-LA-DA no fue esa, fue que no pre-pagaste por no leer en francés, creíste que estabas en Multiplaza….que mae más polo”—me vaciló mi vocecita.

Ciertamente ahora tengo más cuidado, no me siento con confianza todavía en las recargas, pero ya aprenderé.

Como no tenemos parqueo en el edificio hemos estado tentados en pegar un montón de extensiones para cargar el carro cuando lo dejamos cerca de alguna de nuestras ventanas, solo que el cable pasaría por la acera, yo me he tratado de convencer que si lo forro de algo fosforescente no pasaría nada, pero luego me acuerdo donde estoy…

“Como es que dice nuestro pueblo Castrosalazar: ¿machete estate en tu vaina? ¡Ni se te ocurra conectarte así!”—me previno

Pero confieso que ya tengo ubicado el enchufe más cercano a la acera y tenemos las extensiones compradas….
El complemento de “el carrito” y “el otro carrito” es un éxito…

Mina

¿Verdad?

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