Ágora*
Guido Mora
guidomoracr@gmail.com
Al igual que lo hacen muchos enemigos del Partido Liberación Nacional, el Expresidente Oscar Arias se ha dado a la tarea, en múltiples ocasiones, de pronosticar la desaparición de ésta agrupación política.
En los grados más altos del despliegue de su inmodestia, ha expresado, de una u otra forma que, sin su presencia, participación o triunfo, o el de algún candidato o precandidato que él auspicia -defensor de sus intereses-, es inminente la desaparición de Liberación Nacional.
Es imprescindible recordarle a don Oscar Arias que el Partido Liberación Nacional nació mucho antes de que él integrara sus filas y que posiblemente, nos sobreviva a muchos de los hoy formamos parte de la sociedad costarricense.
Don Oscar, acuñando las más tradicionales concepciones políticas, presume que una agrupación como Liberación Nacional, depende de una persona en particular -de él o sus pupilos-, para no desaparecer.
Contrario a este criterio, tengo la impresión de que la valoración sobre el debilitamiento y la pérdida sustantiva de apoyo del Partido, entre los costarricenses, es responsabilidad directa de personas y grupos de individuos, que son sus acciones u omisiones, han perjudicado la imagen y la credibilidad de Liberación Nacional.
Los costarricenses sienten, y así lo manifiestan en los sondeos de opinión, que el Partido Liberación Nacional y sus representantes, han dado la espalda a sus verdaderas necesidades, no importa de qué región del país se trate. Con el tiempo, quienes han liderado el Partido, se han dedicado a tomar decisiones económicas, políticas y sociales que, contrario con la historia de Liberación Nacional, no han beneficiado a amplios sectores populares.
Ésta sí considero que es una verdadera amenaza a la existencia del Partido Liberación Nacional.
Los artífices de esta realidad no son sino quienes han encabezado las últimas Administraciones que ha dirigido este Partido.
Los líderes que, como don Oscar Arias, doña Laura Chinchilla, algunos de sus vicepresidentes, ministros, diputados y tantos otros dirigentes que a nivel nacional, provincial o cantonal se han hecho de la vista gorda, han dado un mal ejemplo o realizado acciones negativas, corruptas o cuestionadas, ante vecinos, coterráneos o amigos, son los grandes responsables del deterioro que sufre hoy la imagen del Partido Liberación Nacional.
Muchos otros dirigentes honestos y preocupados por el futuro del Partido se han convertido también en cómplices por su silencio. Algunos, por cálculo político y otros por complacencia, se han mantenido en silencio, convirtiéndose en espectadores mudos, ante el deterioro que sufre esta Institución otrora, instrumento de transformación socioeconómica, a favor de los sectores más desposeídos de la sociedad costarricense.
Hoy día, con el inicio de la lucha por las precandidaturas, muchos de quienes critican en la sombra, ya se han matriculado en tendencias de Precandidatos que no ofrecen ni propuestas novedosas, ni cambio generacional, ni nada.
Tan vacíos como los discursos que se pronunciaron en el día de la inscripción de precandidaturas, en donde el único que tuvo las agallas de tocar temas álgidos y complicados, aunque de manera tangencial por asunto de tiempo, fue el Doctor Sigifredo Aiza Campos.
Si queremos continuar con los ojos cerrados, podemos hacerlo. Esta actitud debilitará aún más al liberacionismo, ante la sociedad costarricense.
Sin embargo, creo que es momento de ser más exigente y menos dócil, más imaginativo y menos tradicional.
Si de algo estamos seguros es que, la actitud de asumir la política como si los costarricenses fueran un rebaño, no llevará nuevamente al Partido Liberación Nacional al poder.
Quien presuma o argumente que lo que afirmo es falso, no tiene sentido o es un cúmulo de mentiras, le invito a leer los comentarios que, en las redes sociales, emiten los costarricenses sobre el Partido Liberación Nacional y sus Precandidatos.
Llegó el momento de convocar, como los hicieron los líderes históricos en 1948, a una Nueva Revolución, para recuperar las banderas de lucha que dieron origen al Partido Liberación Nacional.
* El Ágora era el centro de la actividad política, administrativa, comercial y social de la antigua Atenas.