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Por Christina Horsten (dpa)
El camino a los elevadores transcurre por un pasillo oscuro, iluminado intermitentemente por destellos de luz. «¡Esto parece un parque de diversiones!», afirma riendo un grupo de jóvenes mujeres. De fondo se escucha música. «Bienvenidos a la apertura de ‘Summit'», exclama una mujer que dirige a un grupo hacia un elevador que justo sube.
Las mujeres llegadas desde Florida se suben al elevador festejando y aplaudiendo, sacando fotos y haciendo videos con sus teléfonos móviles. En pocos segundos, alcanzan los 330 metros de altura y tienen el mar de edificios de la ciudad a sus pies. «¡Guau!», exclaman.
La «Summit One Vanderbilt» es la nueva atracción de Nueva York: una plataforma por encima del rascacielos «One Vanderbilt», directamente al lado de la estación Grand Central en Manhattan.
La plataforma, inaugurada hace poco, ofrece en tres pisos una vista panorámica sobre la ciudad, instalaciones de arte, terrazas exteriores y un elevador de vidrio.
Los precios de los tickets arrancan en alrededor de 40 dólares (unos 35 euros). Para acceder al lugar, hay que presentar un certificado de vacunación contra el coronavirus.
El lugar ya había sido visitado por cientos de personas en su inauguración, la mayoría de ellas neoyorquinos, pero también turistas de otras partes de Estados Unidos. Sin embargo, para las personas del resto del mundo, estaba prohibido ingresar al país debido a la pandemia de coronavirus.
Pero a partir del 8 de noviembre es nuevamente posible viajar a Estados Unidos. Un momento largamente ansiado por las muchas personas que trabajan en la industria del turismo de Nueva York y sufrieron como consecuencia de estas medidas.
La ciudad ya cuenta con varias plataformas de observación espectaculares: la del Empire State Building, la «One World Observatory» en el One World Trade Center y la «Top of the Rock» del Rockefeller Center.
Pocos días antes de la prohibición de ingreso al país en 2020, se añadió «The Edge» en el barrio de Hudson Yards, en el oeste de Manhattan. Y ahora, la apertura de «Summit One Vanderbilt» funciona como señal de que Nueva York finalmente vuelve a estar abierta para los turistas de todo el mundo.
Antes de la pandemia, el sector del turismo en Nueva York iba viento en popa. En 2019 se alcanzó el décimo récord anual consecutivo con 66,6 millones de visitantes. En 2020 viajaron a Nueva York solo alrededor de 22,3 millones de personas, la mayoría de ellas antes de las restricciones por la pandemia.
Para 2021, la Oficina de Turismo de Nueva York NYC & Company espera que sean 36,4 millones, la mayoría de ellas de Estados Unidos, y espera con ello poder salvar el tradicional negocio de Navidad.
La oficina de turismo promociona actualmente las visitas a la ciudad en varios países del mundo con los lemas «It’s Time for New York City» («Es tiempo de New York City») y «New York City Is Ready for You» («Nueva York está lista para tí»), en el marco de una campaña millonaria.
Cientos de miles de empleos dependen de la industria del turismo en Nueva York, entre ellos el de Sanel Huskanovic. Este hombre de 39 años, nacido en Bosnia y que luego llegó como refugiado a Alemania, tenía antes de la pandemia una oficina de turismo para viajeros de habla alemana cerca de Times Square.
«Estábamos completamente volcados al mercado de Europa y con la prohibición de viaje de repente no había menos clientes, sino ningún cliente», recuerda.
Huskanovic no pudo seguir pagando el alquiler de su vivienda y durmió varios de los últimos meses en los sillones de sus amigos. «Por un lado fue realmente terrible, porque todo por lo que había trabajado durante siete años se desvaneció en pocas semanas», afirma.
«Por otro lado, nadie la pasó bien. Me compré una bicicleta y andaba mucho por allí, iba casi todos los días a la playa. Uno establece nuevas prioridades acerca de qué es importante en la vida», opina.
Con el fin de la prohibición de viaje, Huskanovic espera ahora poder rearmar mejor su empresa, aunque con cambios. Es así como no quiere ofrecer en principio más un tour por los cinco barrios de la ciudad debido a la alta tasa de criminalidad en Nueva York.
Asegura que ya tiene reservas para los tours que sí piensa hacer. «Estoy obviamente muy entusiasmado y me alegro mucho. Estamos recibiendo una gran cantidad de mails y solicitudes», afirma Huskanovic.
«La gente extrañó Nueva York, esa ciudad que conocen de la televisión y las películas. No se trata de ir de compras y esas cosas, se trata de esta ciudad. Ahí se nota el poder de atracción que ejerce. Todos lo extrañaron y esperan volver a encontrar esa energía», asegura.
dpa
