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Mauricio Ramírez Núñez
En pocas palabras, están politizando en el peor momento coyuntural, un proceso claramente abierto, legal y dentro del marco jurídico comunitario que rige la integración centroamericana. Además, existe consenso de los otros países sobre el tema. A continuación expongo brevemente algunas de las incongruencias y desconocimiento de los señores y la señora expresidenta.
La actual elección del Secretario General parte de un consenso adoptado hace 5 años por el SICA, donde Luis Guillermo Solís, entonces presidente de Costa Rica presidió de manera Pro Tempore el SICA y promovió el acuerdo que otorga a Nicaragua el derecho a ejercer la Secretaría General en este nuevo periodo. Cito textualmente el punto 6 del acuerdo firmado por el presidente Solís: “Continuar la rotación geográfica para la Secretaría General del SICA, de conformidad con los principios de rotación, equidad, proporcionalidad, equilibrio geográfico, oportunidad, publicidad, transparencia, equidad de género, NO discriminación, probidad, mérito e idoneidad que rigen la elección de titulares del SICA, siguiendo el orden en el que se ejerce la presidencia pro témpore, correspondiendo la candidatura de Nicaragua a partir del 2021. Lo anterior mediante la presentación de un tema, con entrevistas a los candidatos propuestos”. Documento firmado en San José, Costa Rica el 29 de junio de 2017.
Actualmente, se ha tenido un impase de un año debido a que las propuestas presentadas por Nicaragua no habían satisfecho las expectativas del resto de países, sea porque implicaban una relección que no tiene asidero legal o bien porque los candidatos de la terna no cumplieron con los requisitos mínimos.
La última terna presentada por Nicaragua, el llenar los requisitos técnicos es considerada por el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores del SICA, como un filtro previo a la Reunión de Presidentes y al momento de recomendar a uno de sus integrantes, deja de ser candidato de un país para convertirse en recomendación del órgano comunitario. Otro aspecto, sino el más relevante, y deja pensando mucho sobre el conocimiento de los reglamentos y mecanismos legales de integración por parte de quienes suscriben la carta, es que el artículo 27 del Protocolo de Tegucigalpa establece que el Secretario General actuará únicamente en cuenta a servicio exclusivo al Sistema de la Integración Centroamericana y no solicitarán ni recibirán instrucciones de Gobierno alguno, esto es un precepto que libera al funcionario de presiones nacionales y lo obliga en su institucionalidad frente a los órganos, organismos, instituciones y países que conforman el SICA.
Lo grave de la ausencia de un Secretario General, como representante legal del Sistema, implica el entorpecimiento de las relaciones con los socios para el desarrollo, al punto que en este momento peligran más de 157 millones de dólares de la cooperación para el desarrollo en los países miembros del SICA. Recordemos la difícil situación global que vive el mundo por la guerra en Ucrania y lo que implica para nuestros países perder en este momento esa cantidad de dinero destinado para invertir en desarrollo. Señora y señores, yo les pregunto: ¿están entendiendo la diferencia entre una cosa y otra? Porque yo creo, con todo respeto, que están confundiendo gordura con hinchazón y eso es muy delicado.
En la carta emitida, argumentan de manera muy contundente que votar por el candidato de Nicaragua es sinónimo de votar por ese gobierno. Pero omiten señalar un acuerdo adoptado por los presidentes centroamericanos en 2017, en la cual Luis Guillermo Solís, ratificó el derecho a Nicaragua de ejercer este puesto. Tampoco dicen que el cargo del Secretario General una vez electo por el órgano supremo no responde a un país, sino a los intereses comunitarios.
En esta carta señalan su férrea oposición a legitimar el gobierno de Nicaragua, pero nuestro país recibió la presidencia pro témpore del SICA en enero de 2021 de manos de Nicaragua, siendo entonces jefe de Estado el señor Carlos Alvarado Quesada. Entender que existen puntos de vista diferentes no implica de ninguna manera que todo lo relacionado con quien se tiene esa diferencia debe ser rechazado a priori, entendiendo que existe un ordenamiento jurídico y procedimientos administrativos contundentes para llevar a cabo este tipo de designaciones.
Ahora bien, se está planteando ante esta situación, un escenario algo diferente pero que no nos saca de las incongruencias, pues, de cara a la urgencia de la cooperación, algunos piensan en buscar la designación de administrador temporal, figura que no es reconocida en la normativa comunitaria y que para crearla requiere el consenso (8 votos) para su concreción (incluida Nicaragua), lo cual nos lleva a un cuento de nunca acabar porque estarían legitimando la participación de ese país en esa nueva decisión.
Señores y señora expresidenta, esto no es un tema de legitimar un gobierno o una línea político ideológica, no se trata tampoco de someter nuestros más altos y respetados valores democráticos y mucho menos principios que han regido nuestra política exterior, por dar el apoyo a un candidato propuesto por Nicaragua, ustedes mejor que nadie saben muy bien, porque lo han vivido y nadie se los ha contado, en este caso muy puntual, la realidad dista por mucho de las argumentaciones que ustedes hacen en esa carta y más bien, pareciera verse como un acto de discriminación que efectivamente, no va con nuestros principios ni nuestros valores que nos han caracterizado históricamente y de los cuales todos nos sentimos orgullosos y orgullosas.
Esto no se trata de estar a favor o en contra de un gobierno u otro, por eso les invito a mirar desde otras perspectivas la realidad, ustedes lo saben y lo entienden, las diferencias políticas se dirimen en otros espacios de diálogo, respeto y consonancia con el derecho internacional, como países civilizados, no en los mecanismos objetivos de integración regional de una Centroamérica cada vez más divida y en búsqueda de acuerdos mínimos para sacar la tarea en medio de una coyuntura de crisis profunda que vivimos, sedientos de unión y marcada por la pandemia y el conflicto en Europa.
– Académico.
