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El rabel es un cordófono frotado con arco procedente de la cultura islámica. Fue adaptado en Europa, especialmente en España, a partir de la dominación mora que se vivió por siglos, para ser tocado con arco hacia el siglo X, ya que anteriormente se trataba de un instrumento punteado. Su nombre español proviene de la voz árabe “rebâb”.
En el norte de África se sigue utilizando un instrumento prácticamente idéntico al rabel morisco de la España Medieval, del que más adelante se podrá escuchar algún ejemplo.
Penetró en la península ibérica hacia el siglo XI, especialmente por la cordillera Cantábrica (sobre todo en Cantabria, Palencia, Asturias y León, y en un ámbito más disperso en Ávila, Cáceres, Zamora, Burgos, La Rioja y Toledo), donde se tocó de manera culta, hasta que se usó por manos populares, tomando entidad propia y mezclándose con otros instrumentos de los que recibió grandes influencias. Fruto de este mestizaje es la supervivencia de este instrumento en manos de pastores e intérpretes populares, que hoy en día siguen sirviéndose del rabel para interpretar sus coplas.
El instrumento suele representarse con dos cuerdas, una caja armónica excavada en un solo bloque alargado y ahuecado casi hasta el clavijero, que está inclinado casi 90º. Las clavijas son laterales y las cuerdas, de tripa, no se aprietan sobre un batidor, sino que se digitan en el aire, hecho que la da al sonido un timbre especial y obliga a un modo de interpretación lleno de glisandos. La tabla armónica es doble. Su parte inferior es de piel curtida en pergamino (es aquí donde descansa el puente) y la parte que correspondería con hipotético mástil es de madera calada con rosetas y oídos circulares. El arquillo es de varilla doblada y de reducidas dimensiones.
Pasó luego, a partir del siglo XVI, desde España al continente americano, llevado por los conquistadores. Hoy día en América Latina se encuentra puntualmente en Panamá y en el sur de Chile, específicamente en la Isla Grande de Chiloé.
Ejemplos de la sonoridad de este bello instrumento pueden escucharse hoy en la música de Egipto, en las pistas 1 y 2