Marzo 20, 2024
Por Joseph Chamie
PORTLAND, Estados Unidos – Las estimaciones de mortalidad en la guerra entre Hamas e Israel después de cinco meses de combates indican una tasa de mortalidad palestina 80 veces mayor que la tasa de mortalidad israelí. En términos absolutos, el número de muertes palestinas es 18 veces mayor que el número de muertes israelíes.
Se cree que la cifra de muertos palestinos en la Franja de Gaza es la tasa de víctimas civiles más alta del siglo XXI. Algunos han llegado a la conclusión de que el bombardeo israelí de Gaza es una de las campañas de castigo civil más intensas de la historia.
Incluso el principal benefactor y principal aliado de Israel, Estados Unidos, ha criticado el bombardeo de Gaza.
El presidente Joe Biden calificó la acción militar de Israel como “exagerada” y advirtió a Israel que estaba perdiendo apoyo internacional debido a su “bombardeo indiscriminado” de Gaza. El secretario de Estado, Antony Blinken, también le ha dicho a Israel que, en última instancia, no existe una solución militar para Hamás.
Aunque las cifras de muertes siguen actualizándose, las estimaciones actuales proporcionan una imagen inteligible de las consecuencias letales de la guerra en la vida humana entre el 7 de octubre de 2023 y el 7 de marzo de 2024, especialmente para la población civil de Gaza (Tabla 1).
Según funcionarios israelíes, el número revisado de muertes israelíes resultantes del horrible ataque de militantes liderados por Hamás el 7 de octubre de 2023 es de 1163. Alrededor de 70 % de las víctimas identificadas en el ataque eran civiles.
Entre los asesinados en Israel el 7 de octubre también hay extranjeros y personas con doble nacionalidad. Según las autoridades del país, murieron no menos de 31 ciudadanos estadounidenses, 39 ciudadanos franceses y 34 ciudadanos tailandeses. El ejército israelí también dijo que 1.500 combatientes de Hamas murieron durante el ataque del 7 de octubre.
Las autoridades israelíes informaron de que más de 240 personas de más de 40 países, incluidos niños pequeños y ancianos, fueron tomadas como rehenes el 7 de octubre y se cree que están retenidas por Hamás en Gaza.
Se estima que posteriormente murieron 32 rehenes, 112 rehenes han sido liberados, 70 % de los cuales eran mujeres y niños, y aproximadamente la mitad de los rehenes permanecen en Gaza.
Además de esas muertes, no menos de 535 soldados israelíes han muerto desde que comenzó la invasión terrestre y la gran mayoría murió el 7 de octubre. Además, al menos 12 israelíes murieron en Cisjordania y aproximadamente 6900 israelíes resultaron heridos desde la misma fecha.
En respuesta al ataque de Hamás del 7 de octubre, el número de muertos en Gaza a causa de las operaciones militares israelíes, según el Ministerio de Salud de Gaza, que la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha descrito anteriormente como digno de confianza, es de al menos 30 878 palestinos.
Al 7 de marzo de 2024, esa cifra de mortalidad representa 1,4 % de la población o más de uno de cada 70 palestinos asesinados en Gaza.
El número total de muertes palestinas incluye tanto a combatientes como a civiles, y aproximadamente dos tercios de las muertes corresponden a mujeres y niños. Más recientemente, se informó que al menos 104 palestinos que esperaban recibir alimentos de camiones de ayuda humanitaria fueron asesinados por tropas israelíes, lo que el ejército israelí niega diciendo que la mayoría murieron aplastados o atropellados tratando de escapar.
Además, según se informa, Hamas ha dicho que ha perdido alrededor de 6.000 de sus combatientes, mientras que Israel ha dicho que mató a unos 13.000 miembros de Hamas.
Es probable que el número de muertes en Gaza sea incluso mayor de lo que informan los funcionarios de salud palestinos.
La guerra ha provocado una catástrofe humanitaria para los palestinos, con aproximadamente 8000 desaparecidos, muchos de ellos bajo los escombros de edificios y otros enterrados apresuradamente, no menos de 72 402 heridos, o aproximadamente 10 veces el número de israelíes heridos, y una asistencia humanitaria vital limitada por el bloqueo de Israel.
Hace varios meses, el ejército israelí puso un asedio total a Gaza, es decir, sin electricidad, sin alimentos, sin agua y sin gas. Los residentes de Gaza se enfrentan ahora a una grave falta de alimentos, agua potable y medicinas y a una crisis sanitaria con altas tasas de enfermedades infecciosas, al menos el 90 % entre niños menores de cinco años, sin casi acceso a atención médica. Los grupos de ayuda han calificado a Gaza como el lugar más peligroso del mundo para los niños.
La población de Gaza está sufriendo la peor crisis de hambre actual del mundo, que ha provocado altos niveles de desnutrición, emaciación, retraso del crecimiento y traumas que alcanzan los umbrales de la hambruna. La OMS informó recientemente que no menos de 10 niños han muerto de hambre en Gaza desde que comenzó la guerra.
El Programa Mundial de Alimentos advirtió sobre una hambruna “provocada por el hombre” en Gaza y en ningún otro lugar del mundo hay tanta gente en riesgo de sufrir hambre severa. Refugees International también halló en su investigación que el bloqueo de la ayuda por parte de Israel está creando condiciones apocalípticas dentro de Gaza.
Las agencias de ayuda internacionales han llegado a la conclusión de que si no se hace nada pronto, la hambruna generalizada es inminente, especialmente entre los niños pequeños y los lactantes, y es inevitable que haya más muertes de palestinos en Gaza (Gráfico 1).
Aproximadamente 70 % de las casas de Gaza y la mitad de sus edificios, que incluyen hospitales, escuelas, universidades, mezquitas e iglesias, han sido destruidos. Se dice que la destrucción y las ruinas en Gaza se parecen a algunas de las campañas de guerra urbana más devastadoras de la historia moderna.
Según evaluaciones de la inteligencia estadounidense, en los dos primeros meses de la guerra Israel arrojó sobre Gaza más de 29 000 bombas, municiones y proyectiles, de los cuales entre el 40 y el 45 por ciento no fueron dirigidos, incluidos «destructores de búnkeres» de 900 kilogramos, y en áreas que Israel designó como seguro para los civiles palestinos.
Además, los intensos bombardeos de Israel desde aire, tierra y mar incluyeron el lanzamiento de 45 000 bombas que pesaban más de 65 000 toneladas sobre Gaza en un período de 89 días.
La guerra dañó o destruyó los sistemas de agua, saneamiento y salud y aproximadamente 1,9 millones de personas, o alrededor de 85 % de la población total de Gaza, fueron desplazadas. Aproximadamente la mitad de la población de Gaza se está refugiando en campamentos de tiendas de campaña en la ciudad sureña de Rafah, que el ejército de Israel planea invadir.
Además de las muertes de israelíes y palestinos en Israel y Gaza desde el 7 de octubre, otras personas cercanas han sido asesinadas. La violencia en Cisjordania se ha disparado y, según informes, al menos 394 palestinos han muerto en medio de un aumento de las incursiones y ataques militares israelíes. Además, 12 israelíes fueron asesinados en Cisjordania durante los cinco meses posteriores al ataque del 7 de octubre.
Además, más de 150 empleados de las Naciones Unidas han sido asesinados desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás. Se dice que es el conflicto más mortífero jamás vivido por las Naciones Unidas en tan poco tiempo. Además, han muerto no menos de 122 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación que informaban sobre la guerra.
Los altos niveles de muertes de civiles se deben en parte a intentos fallidos de alcanzar un alto el fuego. Desde el inicio de la guerra entre Hamás e Israel, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha considerado tres resoluciones que piden un alto el fuego inmediato. Estados Unidos emitió el único voto negativo a cada una de esas resoluciones.
En cuanto a la adopción de la tercera resolución, Estados Unidos dijo que podría interrumpir y poner en peligro sus negociaciones en curso para liberar a los rehenes israelíes, asegurar un alto el fuego temporal y aumentar la ayuda que Gaza necesita desesperadamente.
Sin embargo, últimamente Estados Unidos está presionando al Consejo de Seguridad para que respalde un alto el fuego inmediato de aproximadamente seis semanas en Gaza junto con la liberación de todos los rehenes.
El gobierno estadounidense enfrenta serias críticas internas por sus vetos, así como presiones para respaldar un alto el fuego, y algunos en el Congreso presionan para limitar la ayuda a Israel o imponer condiciones estrictas.
Una encuesta nacional realizada en febrero halló que dos tercios de los votantes estadounidenses apoyan el llamado a un alto el fuego permanente y una reducción de la violencia en Gaza. La actual indignación por el continuo apoyo a la ofensiva militar de Israel en Gaza plantea un problema político para Biden en un año electoral.
La vicepresidenta Kamala Harris reforzó recientemente la presión para lograr un acuerdo inmediato de alto el fuego de seis semanas, la liberación de rehenes y una mayor ayuda humanitaria a Gaza facilitada por Israel sin “excusas”. Dijo que las condiciones en Gaza son inhumanas, con un sufrimiento inmenso y gente que muere de hambre, y criticó a Israel por no hacer lo suficiente para aliviar una “catástrofe humanitaria”.
A diferencia del Consejo de Seguridad, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución el 12 de diciembre de 2023 exigiendo un alto el fuego humanitario inmediato, la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes y garantizar el acceso a la ayuda humanitaria. La resolución fue aprobada por una amplia mayoría de 153 a favor, 10 en contra y 23 abstenciones.
Se ha intensificado la protesta mundial por la magnitud de la muerte, la devastación y el desplazamiento en Gaza. Un número cada vez mayor de países, entre ellos Argelia, Brasil, Colombia, Indonesia, Irlanda, Malasia, Noruega, Pakistán y Sudáfrica, han expresado serias preocupaciones, indignación y condena respecto del alcance y la intensidad de la campaña militar de Israel y la catástrofe humanitaria creada en Gaza. .
La alta mortalidad y el desastre humanitario han contribuido al creciente aislamiento de Israel a nivel internacional y exigen un alto el fuego humanitario inmediato.
Muchos líderes gubernamentales han denunciado el elevado número de muertes de civiles palestinos en Gaza. Además, más de 800 funcionarios de Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea firmaron una carta pública de disidencia contra el apoyo de sus gobiernos a Israel en su campaña de guerra en Gaza.
Sudáfrica apeló ante la Corte Internacional de Justicia, criticando a Israel por cometer y no prevenir actos genocidas. Sudáfrica también ha pedido al tribunal que emita órdenes de emergencia para que Israel detenga la “hambruna genocida” del pueblo palestino.
Noruega también ha condenado las acciones de Israel por contravenir el derecho internacional y violar el principio de autodefensa. El presidente de Brasil, Luiz Lula da Silva, acusó a Israel de cometer genocidio contra los palestinos en Gaza.
Dada la población total de Israel de aproximadamente 9,8 millones de habitantes, las muertes israelíes el 7 de octubre y en la guerra entre Hamás e Israel hasta el 7 de marzo de 2024 representan alrededor de 0,018 % de su población, o 18 muertes por cada 100 000 habitantes.
Con una población total estimada de aproximadamente 2,2 millones en Gaza, las muertes palestinas por la guerra entre Hamás e Israel hasta el 7 de marzo de 2024 representan alrededor de 1,423 % de su población, o 1423 muertes por cada 100.000 habitantes, lo que es 80 veces mayor que la tasa de muerte israelí.
Cuando se aplica la tasa de mortalidad palestina de Gaza a la población de Israel, la mortalidad hipotética resultante sería la asombrosa cifra de 139 378 muertes israelíes, unas 80 veces mayor que la cifra real de Israel. Por el contrario, aplicar la tasa de mortalidad israelí a la población de Gaza arrojaría un mínimo de 383 muertes palestinas, o 1,2 % del número real de Gaza (Gráfico 2).
Si esas hipotéticas muertes de 139 378 israelíes y 383 palestinos hubieran ocurrido realmente, una cuestión relevante a considerar es si la comunidad internacional, con Estados Unidos a la cabeza, habría adoptado un alto el fuego al principio de la guerra.
Las muertes, heridos, desplazamientos y sufrimiento resultantes de la guerra Hamás-Israel después de cinco meses continúan actualizándose con nueva información de autoridades, organizaciones internacionales, hospitales, morgues y familias. Se necesitarán análisis, estudios y encuestas demográficos adicionales para proporcionar una evaluación integral de la mortalidad y la miseria de la guerra.
Durante este conflicto de un siglo de duración que comenzó con el Mandato Británico de Palestina y se centra principalmente en la religión y la demografía, se han producido grandes cantidades de muertes y desplazamientos de población. Para resolver el conflicto y detener las muertes y lesiones de israelíes, palestinos y otros, se han propuesto varias soluciones.
La solución de dos Estados es la opción preferida de muchos países, incluidos Estados Unidos, otros aliados de Israel y el Consejo de Seguridad de la ONU, y algunos países están considerando reconocer un Estado palestino. Sin embargo, muchos académicos consideran que la solución de dos Estados es un espejismo o ya no es posible.
Israel ha expresado su oposición a la creación de un Estado palestino. El gobierno ha aprobado la construcción de miles de nuevas viviendas en asentamientos israelíes en Cisjordania. Además, algunos están pidiendo reconstruirlos en una Gaza controlada por Israel, alentando a los palestinos a irse y promoviendo planes para ocupar tanto Cisjordania como Gaza indefinidamente.
Dada la destacada demografía sobre el terreno, es decir, la realidad de facto de un solo Estado, algunos anticipan el surgimiento de la solución de un solo Estado.
En tal resultado, los residentes judíos constituirían aproximadamente 47 % de la población total, un cambio fundamental con respecto a la mayoría judía de 74 % en Israel hoy. La solución de un solo Estado también necesitaría considerar los derechos civiles, la justicia y la igualdad ante la ley para todos sus residentes, un objetivo fundamental de las democracias.
Por último, lamentablemente parece evidente que sin una solución de paz al prolongado conflicto palestino-israelí, es probable que la pérdida de vidas, los heridos, los desplazamientos y la miseria continúen sin cesar.
Joseph Chamie es demógrafo consultor independiente. Fue director de la División de Población de las Naciones Unidas y autor de numerosas publicaciones sobre temas de población, incluido su libro más reciente: “Nacimientos, muertes, migraciones y otros asuntos importantes sobre población”.
T: MLM / ED: EG