Monólogos con Pelé : El pega-banderas sofisticado

Lina Barrantes Castegnaro

Se destapó una caja de pandora: las finanzas de los Partidos Políticos.

Luego de los del partido de los cultos, y del Movimiento Libertario, le tocó el turno a Liberación: primero una tal cuenta Laura Presidenta, o Laura 2010, no sé bien. Luego aparecieron los contratos falsos por alquiler de carros. La modalidad es: yo presto mi nombre, firmo un contrato, me pagan un monto, y yo lo devuelvo, ganándome obviamente una comisión por ello. A veces, prescindieron del firmante: ¡todo falso!

Después resulta, que nadie sabia nada… casualmente fue una practica llevada adelante en muchos cantones del país, pero la estructura de poder no lo sabía. No se enteraron, no lo autorizaron, no lo ordenaron. Fueron los dirigentes cantonales que tuvieron una epidemia de la que se contagiaron unos a otros, y montaron un sistema de estafas por la libre.

Después apareció como de caricatura, que la responsable de coordinar sectores, cobraba por usar, para si misma su propio vehículo. A ella le pareció que el monto era correcto por que su carro era un carro muy bueno. Entonces casi $10 mil dólares, creo que por tres meses, por usarlo para transportarse, le parecía un monto adecuado.

¿Que pasó? ¿Será que ahora hay mas chollados que antes? ¿Será que al ser mas estricta la ley, las sinvergüenzadas se notan mas? ¿Será que la gente se ha hecho mas cínica en cuanto a su participación en la vida publica? Creo que probablemente es una mezcla de todo. Hoy me voy a referir solo a una categoría de los que, creemos Pele y yo, conforman el problema, al menos en el caso de Liberación Nacional: la casta de “pega banderas sofisticado”. Ese individuo, sin ninguna formación ni profesional, ni ética, accedió al poder, disfrutó del dinero, del chofer, de la tecnología, pasó de la birra y el guaro, al Chivas, de los viajes, de los automóviles, ¡hasta del billar del Club Unión! Ese, que de no haber llegado a diputado, o a Presidente Ejecutivo de una institución, tendría que haber pasado su vida detrás de un mostrador en cualquier tienda o fast food, no está dispuesto a sacrificar el poder, bajo ninguna circunstancia. Está dispuesto a todo con tal de conservarlo. Su escalera de ascenso social, no fue el estudio o el trabajo: fue el arribismo, la jugada de taquito, la matrafula, la adulación… ese pega banderas sofisticado no puede permitir que su partido pierda las elecciones. ¿Qué sería de el?

A ese se le ocurre cualquier cosa, se le ocurren los contratos falsos, se le ocurre la falsificación de documentos públicos, se le ocurre la manipulación de encuestas, se le ocurren los fraudes en las distritales. Esa casta, tiene demasiado que perder y el temor de que suceda aviva su imaginación.

Por otro lado, están los paracaidistas que vienen, particularmente en esta última campaña, de cualquier lugar, con un enorme mando. Esos no tienen experiencia alguna, no saben de quien se están rodeando, no entienden gran cosa, pero tienen poder. Son presas fáciles de la adulación, y rápidamente se convierten en arrogantes y prepotentes. Se convierten en los que todo lo saben.

Ambos crearon esa mezcla explosiva. Ambos avalaron los contratos falsos, las devoluciones de dinero, los salarios nunca antes vistos en una campaña para todos, desde la candidata, hasta todos los de arriba.

Y esa mezcla de personas, va a ser muy difícil, sino imposible, de exterminar en Liberación Nacional. ¿Serán su autodestrucción?

* Pele es un perro beagle, mi perro. El escucha pacientemente las reflexiones que de vez en cuando decido poner en blanco y negro. Por eso en agradecimiento a su complicidad, he decidido poner este nombre a la columna.