Camilo Rodríguez Chaverri
De ocho mil templos que he fotografiado, ninguno genera un sentimiento en mí como esta Iglesia…
Conocí el templo de Hacienda Sitio Mata cuando ya estaba enterado de que fue rescatada por una familia.
Quien me habló por primera vez de este templo fue don Marcial García Rojas, pionero del turismo en Turrialba.
Fue hace unos doce años. Fue el primer chispazo de interés mío por los templos. La idea de hacer un libro de iglesias vino después, cuando conocí la historia de la catedral de Ciudad Quesada. Pero conocer la historia de este templo fue el primer encuentro de mi destino con esta que ha sido mi afición arraigada, mi locura, mi amor atávico. Como cuando se conocen dos almas que se esperaban desde siempre. Yo me estremecí esa primera vez que la vi. Cada vez que voy a verla sigo estremeciéndome.
Ella me dice mucho en silencio. Yo le respondo desde mi espíritu.
En otra vida fuimos dos árboles que entrecruzaban las ramas para electrizarse hasta las raíces.
Así es el amor de verdad, profundo, inexplicable, visceral y misterioso.