José Francisco Bolaños Arquín
El presidente francés Francois Hollande, aspira a relegirse en este cargo para un nuevo período en el 2017, ha anunciado un plan de emergencia nacional en lo económico y social, con el propósito de generar empleo a través de un programa para la capacitación de medio millón de trabajadores jóvenes. Además, se les otorga un bono de £2.000 euros para micros, pequeñas y medianas empresas que opten por contratarlos.
Francia creció en el 2015 un 1.2% y para el 2016 se espera un leve incremento para ubicarse en el 1.5% del PIB, cifras que consideran insuficiente para los que desean encontrar un trabajo, sobre todo de los menos calificados.
Este país europeo, cuenta con una población de 64.275.000 millones y con un desempleo del 10%, afectando a 3.59 millones de personas, porcentaje que se ha mantenido estable por muchos años.
El mandatario francés, ha venido tomando medidas, para tratar de solucionar esta problemática y por supuesto han creado oposición de varios sectores que se sienten afectados.
1) Suprimió el 100% de los coches oficiales y los subastó, lo recaudado se destinó al Fondo de Bienestar para ser distribuido en las regiones con el mayor número de suburbios más pobres. En el comunicado desafía a los altos ejecutivos donde les dice que “si un ejecutivo no puede permitirse comprar un buen coche con su ingresos del trabajo de €650.000 euros anuales, entonces el país no los necesita”.
2) Los autos de lujo se sustituyeron por otros de menor valor y se dio un ahorro de €345 millones de euros que se destinaron a crear 176 institutos de investigación científica avanzada, para lo cual se contrataron 2.560 jóvenes científicos desempleados, con el propósito de aumentar la competitividad y la productividad de la nación.
3) Abolió el concepto de paraíso fiscal y promulgó un decreto presidencial estableciendo un porcentaje del 75% de aumento en la tributación para todas las familias que ganan más de €5 millones de euros netos: con estos ingresos contrató a 59.870 profesionales desempleados.
4) Privó a la iglesia de subsidios por la suma de €2.3 millones de euros que financiaban exclusivos colegios privados y con ese dinero puso en marcha un plan para la construcción de 4.500 jardines infantiles y 3.700 escuelas primarias, iniciando un plan de recuperación de la inversión en la infraestructura nacional.
5) Estableció un bono- cultural, mecanismo que permita pagar cero impuestos si se constituye como cooperativa y abra una librería independiente que además contrate al menos dos profesionales desempleados que se encuentra registrados, con el fin de ahorrar dinero del gasto público.
6) Suprimió los subsidios a las fundaciones, revistas y editoriales, donde se sustituyeron por comités de emprendedores estatales que financian acciones culturales, sobre la base de la presentación de planes de negocios relacionados con estrategias de mercadeo avanzadas.
7) Puso en marcha un procedimiento muy complejo en el que ofrece a los bancos una elección: Quién proporcione préstamos blandos a empresas francesas que produzcan bienes, reciben beneficios fiscales. Quién ofrece instrumentos financieros paga una tarifa adicional. “Lo tomas o lo dejas”
8) Redujo en un 25% el sueldo de todos los funcionarios públicos del gobierno; un 32% a los diputados y el 40% al de todos los funcionarios estatales de alto nivel que ganan más de €800.000 euros por año. Con esa cantidad de unos €4.000 millones de euros estableció un fondo que ofrece bienestar a las madres solteras, en condiciones financieras difíciles garantizándoles un salarios mensual por un período de cinco años, hasta que el niño vaya a la escuela primaria y tres años si el niño es mayor.
Sería importante analizar por parte del gobierno costarricense, las medidas tomadas por los franceses, e implementar aquellas que se ajustan a nuestra realidad, incorporando otras que sabemos deben aplicarse en nuestro país. Costa Rica necesita con urgencia generar empleo para disminuir la pobreza de un 22%, el desempleo del 9.5% y el trabajo informal de un 41.4%, (donde un alto porcentaje no se encuentran afiliados a la CCSS), cifras que se han mantenido estables en las últimas dos décadas con leves variaciones.
El déficit fiscal, otro de los problemas que está afectando nuestro crecimiento, cerró el 2015 en 5.9% del PIB y de no tomarse las acciones adecuadas y necesarias, continuará en aumento. Situación complicada que han generado un creciente endeudamiento público para cubrir ese desequilibrio, alcanzando el 44% del PIB (si se incluyen las instituciones del sector público no financiero es del 62,2% del PIB), donde lo preocupante es que se destina parte de ello para pagar intereses, salarios y pensiones con cargo al presupuesto.
Costa Rica requiere con urgencia de una moderna reforma fiscal y un uso eficiente de los recursos financieros, invertir en infraestructura y en educación técnica. Establecer adecuadas y agresivas políticas públicas que incentiven el desarrollo del emprendedurismo y fortalecimiento de las mipymes que se encuentran operando, con créditos oportunos, capacitación y asistencia técnica de calidad, para nombrar algunas.
Crear las condiciones para atraer mayor inversión extranjera directa que en el 2015 fue de $2.200 millones de dólares, un 1% mayor que en el 2014. Incentivar el uso de la energía solar y la biomasa como fuente de energía. La era del petróleo está llegando a su fin y nuestro país debe prepararse para esos cambios. Además, debe darse una restructuración y modernización del entrabado y poco ágil Estado costarricense, donde están presentes los trámites lentos, engorrosos y con una marcada duplicidad de funciones.
Estas son algunas de las medidas necesarias para conseguir en los próximos años un crecimiento del 8% anual. Nuestro país cuenta con las condiciones para lograrlo, pero requiere con urgencia de un verdadero acuerdo nacional, con acertadas decisiones que se implementen porque el tiempo apremia.
– Administrador de Negocios