Imposición de la Medalla de Oro de la Academia Morista a la señora doña Laura Chinchilla Miranda
Armando Vargas Araya
Presidente Emérito de la Academia Morista
Sala Juan Rafael Mora, Club Unión,
San José, 18 de julio de 2024
“Se instituye la Medalla de Oro de la Academia Morista Costarricense que podrá otorgarse a personas o entidades en reconocimiento a su labor de mecenazgo y especial protección de actividades e iniciativas de la Academia”, dispone el artículo 4 de nuestro Estatuto.
Por vez primera esta corporación docta y de bien público condecora a una personalidad que – en acatamiento de la voluntad popular – ha desempeñado las responsabilidades de la Jefatura del Estado, la señora doña Laura Chinchilla Miranda, Presidenta de la República de Costa Rica 2010-2014.
El galardón se concede a título de expresión institucional de gratitud por su eminente patrocinio de los trabajos moristas, su generosa protección, y su esclarecida participación magistral.
El acuerdo unánime del Pleno de la Academia Morista se fundamenta en hechos reales, logros firmes y legados duraderos, como se dirá en seguida.
1.
Herencia perdurable constituyen acertadas decisiones de su Gobierno en el ámbito de la educación. Cada año de su mandato está marcado por políticas públicas de reviviscencia morista en los niveles primario, secundario y terciario del Sistema Educativo Nacional.
Dos semanas después de su toma de posesión, el Consejo Superior de Educación incorpora a las lecturas obligatorias en colegios y liceos dos novelas históricas ambientadas a mediados del siglo 19, una biografía del Presidente Juan Rafael Mora, una obra sobre los soldados de la Campaña Nacional y un estudio sobre la conducción político-militar del Presidente Mora en la Guerra Patria Centroamericana. Al año siguiente se reitera el acuerdo, respecto de la biografía y el estudio de la lucha contra la expansión esclavista procedente de la Unión Americana.
A mitad de su cuatrienio, el Museo Histórico Cultural Juan Santamaría da inicio a las “Giras Sobre los Pasos de Nuestros Héroes”, caminatas guiadas en rutas recorridas por el Ejército Expedicionario en la Guerra Patria: Atenas, Puntarenas, San Juanillo y Santa Rosa.
El Consejo Superior de Educación declara el curso lectivo 2014 “Año Escolar Libertador Juan Rafael Mora”.
Se adopta el “Código Morista” fundado en sus ideales, valores y virtudes costarricenses pues, como define el maestro Luis Dobles Segreda “todos los atributos de su pueblo están esculpidos en el bloque de su carácter”. Algunas escuelas y colegios hacen suya esta herramienta de formación dentro del esquema pedagógico de ética, estética y ciudadanía.
La Universidad Técnica Nacional se declara Universidad Morista, como primera institución especialmente comprometida con el ánimo de exaltar la figura del prócer. Anteriormente, la UTN había designado con su nombre el campus universitario de la Sede del Pacífico, así como había establecido la Cátedra Juan Rafael Mora.
Lleva su firma el decreto ejecutivo que instaura el “Día de la Identidad Sarapiqueña”, en recuerdo de la acción de armas librada el 10 de abril de 1856 en la confluencia de los ríos Sardinal y Sarapiquí, así como de la estratégica victoria en la Batalla de La Trinidad. Su Administración escucha y acoge la iniciativa del pueblo, estudiantes, educadores y autoridades de Sarapiquí a objeto de rescatar los aportes de la región al triunfo militar. El Consejo Municipal del Cantón de Sarapiquí nombra su nuevo edificio “Juan Rafael Mora: Héroe Nacional y Gran Libertador”.
Con toda razón, usted ha dicho sobre este consagrado compromiso educativo:
Es Don Juanito quien deja inscrita en el alma nacional la vocación de Costa Rica de ser un pueblo culto y educado. Él es el primer prócer de esta patria que, apenas saliendo de la guerra, declara, en 1858, obligatoria la educación en todas las clases de la sociedad. El difícil estado de las arcas públicas, después de la guerra, no le impide ser también el primer mandatario en dotar de fondos a la educación pública.
2.
De la cantera de héroes que es la Guerra Patria Centroamericana, el Poder Legislativo extrae y proclama tres héroes nacionales, uno por acuerdo legislativo y dos por leyes de la república que llevan la firma suya.
Juan Rafael Mora es declarado Libertador y Héroe Nacional, a cinco meses de que usted asumiera la titularidad del mando. Dicen los parlamentarios:
Por equívocos circunstanciales fue derrocado en 1859 con el rompimiento inaceptable del orden constitucional y en 1860 fue fusilado en un crimen de Estado que aún nos avergüenza, motivado por choques de intereses materiales y personales ajenos al bien común de la patria. Al cumplirse 150 años de su muerte, nosotros, los representantes de la nación, decidimos enmendar ambos errores que menoscaban la dignidad de la república.
Usted expresó:
En su vida y en su muerte, así como en el devenir de nuestra historia, Juan Rafael Mora es un prócer cardinal para comprender lo que somos y a lo que aspiramos como nación. Su figura va encontrando, cada vez más, la justicia de un reconocimiento que le ha sido negado por muchas décadas. Hoy nos toca también a nosotros pensar con sentido de historia”.
El parlamento da categoría de Héroe Nacional de la Patria a Juan Santamaría, tras un siglo y dos décadas de inaugurada su estatua, tres décadas después de haber sido declarado héroe nacional de Nicaragua. Usted pone el ejecútese a la ley y llama a “emular cotidianamente al soldado Juan en nuestra vida cívica”, según esta perspectiva suya:
Santamaría no está solo, ni su gesta heroica es un acto aislado. Detrás de la orden de dar el paso adelante hay una estrategia. Detrás del soldado, una línea de mando. El Erizo da fuego al mesón y ahí ofrenda su vida. Otros héroes [Luis Pacheco Bertora y Joaquín Rosales] lo preceden y otros continuarán su sacrificio en una cadena articulada de acciones dentro de un plan de batalla. Los héroes surgen de procesos colectivos deliberados.
La Asamblea Legislativa eleva a Héroe Nacional de la Patria a Nicolás Aguilar Murillo y usted estampa el ejecútese a la ley. Él representa el valor de los combatientes que triunfan en la Batalla de La Trinidad y ocupan la Vía del Tránsito por el río San Juan.
“Es héroe entre los héroes”, afirma usted:
Devolvemos al coronel Nicolás Aguilar Murillo al justo sitial, junto a héroes como José Joaquín Mora y José María Cañas. Sus acciones, que determinan el principio del fin de la aventura de los esclavistas por nuestras latitudes, no permanecerán más ocultas en las páginas de nuestra historia.
Conviene tener presente el texto de José Martí sobre Bolívar, Hidalgo y San Martín titulado “Tres héroes”:
En América no se podía ser honrado, ni pensar, ni hablar. Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado. Un hombre que obedece a un mal gobierno, sin trabajar para que el gobierno sea bueno, no es un hombre honrado. Un hombre que se conforma con obedecer a leyes injustas, y permite que pisen el país en que nació los hombres que se lo maltratan, no es un hombre honrado.
En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados. Se les deben perdonar sus errores, porque el bien que hicieron fue más que sus faltas. Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol. El sol quema con la misma luz con que calienta. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz.
3.
Los costarricenses hemos sido rejegos en proyectar al exterior una narrativa vernácula de las hitos que jalonan la construcción de nuestro sistema de vida en libertad.
Es mérito de su Administración haber emitido el decreto ejecutivo que manda “promover los principios, los valores e ideales del civismo y del patriotismo resaltados por el Presidente Mora, tanto a nivel internacional a través de nuestras representaciones diplomáticas, como a nivel interno ante las diferentes representaciones diplomáticas acreditadas en nuestro país”.
En presencia del cuerpo diplomático, se inaugura la Plazoleta de la Libertad, dedicada al Libertador Mora, en la esquina noreste de la cuadra que ocupa la Cancillería.
Usted exhorta a gestionar la colocación de un retrato al óleo sobre lienzo del Presidente Mora en la Galería de los Patriotas Latinoamericanos de la Casa Rosada, sede del Gobierno argentino – diez ciudadanos cubren de su peculio los costos del acto solemne que se concreta un 15 de setiembre en Buenos Aires –. Reproducciones del mismo retrato se colocan entonces en las embajadas de Costa Rica en Asunción, Berlín, La Habana, Madrid y Managua. [Previo a la directriz de la Cancillería (2018) de colocarlo en sitial de honor en embajadas, consulados y oficinas comerciales].
La Misión Diplomática en la República de El Salvador brilla bajo su Administración al celebrar en años consecutivos la Semana de la Guerra Patria Centroamericana. Invita a historiados costarricenses que dictan conferencias en el Instituto Especializado de Educación Superior para la Formación Diplomática, el Museo Nacional de Antropología o la Casa de Centroamérica del Sistema de Integración Centroamericana. Produce un folleto distribuido en escuelas y colegios. Reproduce retratos del general José María Cañas donados a la Asamblea Legislativa, la Secretaría General del Sistema de la Integración Centroamericana, el Museo de las Fuerzas Armadas y la Alcaldía de Suchitoto. Fomenta la construcción de la Rotonda Mora y Cañas, próxima a la Cancillería cuscatleca. La nueva carretera de San Salvador a Santa Tecla es nombrada General José María Cañas, “héroe de la soberanía y la integración centroamericana”.
Llevan razón estas palabras suyas:
Cada país tiene figuras que universalizan lo nacional y lo hacen trascendente. Juan Rafael Mora es la imagen emblemática de nuestra historia. Su grandeza es la de un costarricense que está en los cimientos mismos de lo que somos y de lo que creemos. Don Juanito representa esa primera inspiración que nos mueve a pensar, con su ejemplo, en los trazos más perennes de nuestra nacionalidad, que en esta hora cobran toda su trascendencia.
4.
La sugerencia ciudadana de nombrar la carretera paralela al río San Juan “Ruta 1856:
Juan Rafael Mora” es aceptada generosamente por usted. Esa idea nace del movimiento patriótico constituido en nuestra Academia Morista.
En el acto de apertura de las obras, usted declara que la denominación acordada por el Gobierno reafirma los principios de la gesta de 1856-1857, que pasa a exponer in promptu. Una lucha internacionalista por la libertad y contra la esclavitud humana, por la soberanía nacional y contra la dominación extranjera, por la prosperidad y el bienestar de los pueblos centroamericanos. A mano abierta ofrece a su contraparte nicaragüense incorporar el nuevo camino a un esquema binacional de gran aliento destinado al desarrollo integral de la cuenca del río San Juan.
Repercuten invariables sus palabras: “Un país que olvida su historia, se desvía de su línea propia. Esa vía costarricense es la misma del Presidente Mora. Solidaridad. Desarrollo. Bienestar. Paz. La vocación civilista que defiende y promueve la libertad, trabajando en equipo”.
Yo estaba ahí ese 12 de febrero de 2012. Le renuevo mi gratitud por el honor de invitarme a la tribuna a compartir algunas reflexiones moristas.
Desdichadamente, la angurria de un puñado de deshonestos da al traste con el estratégico proyecto – aunque no tanto como calumnia la baba de la maledicencia que se escurre por los mentideros políticos de San José –. No siempre lo peor es cierto, se titula un libro de nuestra Académica Correspondiente en España.
De los 537 kilómetros del proyecto, 154 corresponden a construcción nueva y 383 de mejora en catorce rutas de acceso. Se ejecutan recursos por 14 mil millones de colones en la Ruta 1856 y 10.500 millones de colones en los caminos vecinales (movimiento de tierras, conformación y lastrado).
Al suspenderse los trabajos, aún faltan por construir los 25 puentes: uno de 220 y otro de 120 metros, cinco de 12, siete de 14, dos de 21, cinco de 30, dos de 40 y dos de 60 metros. Para ello se requieren entonces 9.000 millones de colones adicionales.
En un proyecto con un presupuesto inicial de 42.000 millones de colones que se ejecutaría con 33.500 millones de colones, trece acusados por el Ministerio Público irán a juicio – finalmente – con sendas demandas por unos 2.200 millones de colones. Vale decir, un 6,6%. [De traer un productor 10.000 naranjas a la feria del agricultor y 660 le llegasen dañadas, ¿acaso tiraría las 9.340 restantes? Reza el evangelio: “Y si tu mano derecha te hace caer en pecado, córtatela y échala lejos de ti; es mejor que pierdas una sola parte de tu cuerpo, y no que todo tu cuerpo vaya a parar al infierno”.]
Los efectos indeseables de la denuncia que el mismo Gobierno presenta ante la Fiscalía, secan la fuente de recursos y tornan inviable la conclusión del proyecto. Son estimados su decoro y reciedumbre ante tales adversidades, incomprensiones y rapacidades.
Si alguien desea conocer en persona los beneficios reales de la obra inconclusa, visite los distritos fronterizos de Los Chiles, San Carlos y Sarapiquí. Siguen en uso casi 400 kilómetros de rutas nacionales y municipales habilitadas por el proyecto. Porciones significativas de la carretera rústica son utilizadas por finqueros, comerciantes, autoridades, turistas, estudiantes y docentes. Las casas que daban de frente al río San Juan han sido volteadas por los vecinos para mirar el nuevo camino de Costa Rica. ¡No siempre lo peor es cierto!
Usted misma ha dicho:
Desde la historia llega Don Juanito a nuestros hogares, a proclamar, una vez más, que está en nuestras manos decidir el destino patrio, desde el rincón más profundo de nuestras conciencias. Decidir no es fácil. Pero se impone hacerlo. Juan Rafael Mora lo sabe muy bien y toma decisiones, no siempre populares, pero necesarias. Como cuando asume la gravísima responsabilidad de sacarnos de nuestra bucólica modorra, para advertirnos el peligro que se avecina contra todos y conducirnos, victoriosamente, a una dolorosa guerra. Hoy nos sentimos orgullosos de aquella gesta, que no fuera fácil decidir, pero que termina siendo esencial, no solo para el porvenir de Costa Rica y Centroamérica, sino también para que el género humano se librara por siempre de la lacra de la esclavitud.
5.
El Poder Legislativo declara el año 2014 como Bicentenario del Libertador Juan Rafael Mora. Usted refrenda el decreto legislativo y dice:
Este es un día muy especial para mí. Me enorgullece poner mi firma a esta ley. Es una acción política de justicia histórica y también de educación cívica de nuestro pueblo.
Recordamos que de él nos llega, de forma muy adelantada, esa aspiración tan nacional de sociedad igualitaria, inscrita en nuestra visión colectiva de la vida social. Don Juanito no llama a eso equidad o justicia social, sino que acuña esa aspiración con palabras tan costarricenses como ‘nivelación de las fortunas’, cuyo contenido es, al fin y al cabo, que todas y todos, sin distingos de clase puedan disfrutar de una vida segura y próspera, sin brechas escandalosas que dividan nuestra concordia ciudadana.
La Presidencia de la República manda que todas las dependencias del Gobierno Central, instituciones descentralizadas, autónomas y municipalidades se unan a la celebración del Bicentenario Morista. Papelería, publicaciones y sitios web estatales muestran, a lo largo de 2014, el logotipo de la festividad patriótica. Una emisión de sellos postales y un sorteo de la lotería popular exhiben la efigie del Libertador.
Usted encabeza el selecto grupo de ciudadanos que participan en el acto de asignar a la Avenida Segunda, por ley de la república, el nombre de Avenida del Libertador Juan Rafael Mora. Ahí declara:
La forma en que la personalidad del Presidente Mora viene calando entre nosotros se asemeja a la historia del Himno Nacional. Don Juanito ordena en 1852 la composición de la melodía. Se aprueba la música y pasan 127 años sin que sea oficialmente reconocida como nuestro himno. Y nace sin letra. Las letras llegan después. Se ponen y se cambian gradualmente al ritmo del perfeccionamiento de la visión de nuestra propia esencia. El himno culmina definiéndonos como un pueblo de trabajo y de paz. Así es la figura del Presidente Mora. Lo venimos comprendiendo más, a medida que nos discernimos mejor a nosotros mismos, con nuestros logros y carencias.
De acuerdo con la ley, el Consejo de Gobierno nombra y usted juramenta a los siete miembros de la comisión público-privada adscrita al Despacho Presidencial, encargada de dirigir las celebraciones nacionales del Bicentenario Morista. Asimismo, usted decide nombrar una Comisión Internacional (Chile, Cuba, España, Estados Unidos y Uruguay) a fin de apoyar la proyección externa, asesorar a la Comisión Nacional y dar mayor realce a las celebracion.
Dice usted a los miembros de ambas comisiones:
Don Juanito encarna las virtudes cívicas indispensables para una decisión meditada y trascendente. Esas virtudes se resumen en valentía ciudadana para nadar, si es necesario, contra corriente; responsabilidad política para asumir decisiones difíciles; profundidad de pensamiento para distinguir lo trascendente, por encima de lo aparente y superficial.
En un clima público enrarecido por las trifulcas de la segunda ronda electoral, usted preside la colocación de tributos en el homenaje nacional al pie de la estatua del Libertador, en la Plaza Juan Rafael Mora. En ese sitio de memoria, se escucha su voz:
¡Juan Rafael Mora está presente entre nosotros! Su voz resuena y nos conmina a avanzar y nos exhorta a confiar en nuestro futuro. En la hora actual, su valor es una lección de vida, con profundas raíces cimentales de nuestras instituciones republicanas, que su ejemplo llena de luz.
oOo
Al concluir esta asaz abreviada reseña – como quien dice “a vuelo de pájaro” – quedan claras las razones que sustentan el otorgamiento a usted de la Medalla de Oro de la Academia Morista.
Es manifiesta la contribución suya al proceso de escudriñamiento, docencia y persuasión sobre la década áurea en que Presidente Mora lidera la conducción política del Estado y el pueblo conquista nuestra Segunda Independencia en la Guerra Patria Centroamericana. Nuestra Academia persevera en su misión republicana, como reavivamiento cívico y cultural que surge de abajo para arriba, movimiento popular de renovación del ser costarricense.
Nadie trabaja solo. Justo y necesario es mencionar destacados colaboradores suyos en las labores referidas: Raúl Aguilar Piedra, René Castro Salazar, José Joaquín Chaverri Sievert, Leonardo Garnier Rímolo, Francisco Jiménez Reyes, Luis Liberman Ginsburg, Adriana Prado Castro, Iván Rodríguez Rodríguez, Carlos Roverssi Rojas, Javier Sancho Bonilla, Ana Patricia Villalobos Arrieta y Carlos Villalobos Szuster, entre otros.
Diez años han transcurrido solamente desde que usted devolviera la titularidad del mando de la Jefatura de Estado. Es temprano para justipreciar su obra de Gobierno con la objetividad que generalmente depara el transcurrir de las décadas. A los moristas nos constan sus acciones y las de su Administración en el patrocinio de nuestros trabajos, su generosa protección y su esclarecida participación magistral.
Infinitas gracias apreciada y respetada señora doña Laura Chinchilla Miranda, Presidenta de la República de Costa Rica 2010-2014.