Masiva huida de libaneses hacia Siria

Octubre 4, 2024

Por Corresponsal de IPS

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Personas que huyen de la guerra en Líbano se agolpan a su llegada a un puesto fronterizo con Siria. Mäs de un millón han huido de sus hogares, mientras siguen los bombardeos y combates, intensificados en las dos últimas semanas, de las fuerzas israelíes sobre la milicia chií Hezbolá. Imagen: Rami Nader / Unicef

BEIRUT – La ofensiva militar de Israel sobre el Líbano ha forzado la huida a la vecina Siria de centenares de miles de personas y creado una situación crítica para los trabajadores migrantes, indicaron en sus reportes de este viernes 4 las agencias humanitarias de las Naciones Unidas.

“El conflicto se está intensificando”, afirmó Mathieu Luciano, jefe de la oficina de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en el Líbano, al dar cuenta de que en dos semanas un millón de personas han huido ya de sus hogares, y hasta el 3 de octubre al menos 235 000 personas cruzaron la frontera hacia Siria por tierra.

Otras 50 000 han abandonado Beirut por vía aérea, unos 1000 por mar, y entre quienes cruzan hacia Siria hay más de 80 000 libaneses pero en su mayoría son ciudadanos sirios, y muchos de ellos establecidos en Líbano tras huir de la guerra civil que ha asolado a su propio país.

Por otra parte, el Ministerio de Salud libanés estima que más de 2000 personas han muerto en los bombardeos y combates de las últimas dos semanas, cuando se intensificó el conflicto entre Israel y la milicia chií libanesa Hezbolá, que se mantuvo principalmente con un duelo de cohetería durante un año.

Los bombardeos de Israel han castigado sobre todo el sur de Líbano y esta capital, se han destruido edificios enteros de viviendas y comercios, han muerto centenares de civiles –incluidos mujeres y niños-, y ahora fuerzas israelíes combaten en tierra con los milicianos de Hezbolá.

Israel ha ordenado la evacuación de decenas de poblaciones en el sur libanés, lo que incrementa constantemente el flujo de desplazados, ha proseguido el bombardeo de áreas urbanas y pidió a las Naciones Unidas que retire los “cascos azules”, la misión internacional que ha vigilado la frontera entre ambos países.

Sin embargo, la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en Líbano (Fpnul) “se siente obligada a respetar el mandato que les dio el Consejo de Seguridad y a la población del sur del Líbano”, dijo Jean-Pierre Lacroix, secretario general adjunto para Operaciones de Paz de la ONU.

“Las fuerzas de paz permanecen actualmente en sus posiciones. El equipo de la Fpnul sigue unido y comprometido”, y sigue en su trabajo de apoyar la entrega de ayuda humanitaria a las poblaciones afectadas.

La Fpnul cuenta con unos 10 000 “cascos azules”, militares aportados por medio centenar de países, y unos 800 trabajadores civiles, que conforman la fuerza de interposición Israel-Líbano, desbordada por los acontecimientos.

Una preocupación particular de las agencias de la ONU es la difícil situación de los 180 000 trabajadores migrantes en Líbano -muchos de ellos trabajadores domésticos- que han quedado en la indigencia debido al desplazamiento masivo.

“Estamos recibiendo cada vez más informes de trabajadores domésticos migrantes abandonados por sus empleadores libaneses”, ya sea abandonados en la calle o en casa cuando sus empleadores huyen”, manifestó Luciano.

Esos trabajadores, cuyo estatus en Líbano generalmente se endosa a la permanencia de sus empleadores, “provienen de Etiopía, Kenia, Sri Lanka, Sudán, Bangladesh y Filipinas. Y ellos también se han visto profundamente afectados por la violencia en el país”, apuntó el responsable de la OIM.

Por otra parte, “los hospitales están desbordados” por los bombardeos, indicó desde Ginebra (Suiza) Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras aterrizaba en Beirut el primer avión con suministros médicos para decenas de miles de heridos.

Varios importantes hospitales debieron cerrar sus puertas por los bombardeos, así como numerosos pequeños centros de salud en el sur del país. Decenas de trabajadores hospitalarios han perecido, y muchos no pueden llegar a sus labores.

También “a medida que se deteriora la situación de seguridad, la necesidad de alimentos de emergencia crece rápidamente”, dijo la directora regional del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Corinne Fleischer, quien pidió como el resto de responsables de la ONU que todas las partes faciliten el acceso humanitario.

“Seamos muy claros: si la situación continúa ampliándose, todos enfrentaremos grandes desafíos en la forma de responder”, subrayó Luciano.

A-E/HM

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