Mariana de Molokai

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Carlos Revilla Maroto

Carlos Revilla

Esta semana que termina, preparando las efemérides del día 14 de mayo para Cambio Político, leí que ese día hace 15 años atrás se beatificó en el Vaticano, a la estadounidense María Ana Bárbara Cope conocida como “Mariana de Molokai”. Me interesé por conocer su historia, más que en el 2012 la canonizaron, y recordemos que para que eso suceda se necesitan dos milagros, ya sea hechos en vida o por intercesión, esto es cuando uno le reza para que interceda en alguna petición y esta se concede (hablaré en detalle de esto más adelante).

Teniendo dos años su familia emigró en 1839 de Alemania a los Estados Unidos, donde se establecieron en la ciudad de Utica, en el Estado de Nueva York, donde permanecieron toda su vida. Estudió allí en una escuela católica. Después de trabajar en una fábrica doce años para ayudar a la familia, debido a la debilidad del padre, entró a las Hermanas de la Tercera Orden Franciscana, con sede en la ciudad de Siracusa, en el norte de Nueva York. Profesada en 1860, fue elegida Superiora General de la Congregación en 1873.

Hasta aquí lo que se podría ver como la primera parte de su vida.

Todo en la vida de la Madre Mariana es destacable, pero especialmente los años que pasó con los leprosos, así que voy a hablar primero de esa terrible enfermedad que es la lepra, conocida también como el mal de Hansen, que al día de hoy casi ni se menciona o recuerda, pero que en esa época era considerada como algo terrible, y llevaba a una exclusión y estigma pavorosos, con el confinamiento en leprosarios o lazaretos como también se les conocía, algunas veces lejos de la civilización como el de Kalaupapa, donde Mariana pasó la mayor parte de su vida. Interesante apuntar que en Costa Rica existió el leprosario Las Mercedes en Tirrases de Curridabat, lugar donde hoy hay un flamante colegio de segunda enseñanza.

 
La lepra es una infección crónica que estigmatiza a quienes la padecen. Según la Organización Mundial de la Salud, once millones de personas en el mundo, con mayor prevalencia en África, Sudamérica (principalmente Brasil) y Asia (sobre todo en India) todavía la padecen. La sola mención de la lepra nos retrotrae a tiempos bíblicos. Recuerdo vívidamente a la madre y hermana del protagonista de la película Ben Hur que la sufrían. Los leprosos eran considerados una especie de “muertos vivientes” a los que Dios les daba la oportunidad de pasar el purgatorio en vida. Las prácticas descritas en el Levítico (uno de los libros del Antiguo Testamento) otorgaban a los sacerdotes la facultad de identificar y excluir de la comunidad a los leprosos. La enfermedad era considerada una maldición o castigo divino.

La iglesia tenía Ordenanzas, que perduraron hasta la baja edad media, dictaminando que a los leprosos se les administraran los últimos sacramentos (simbolizando la muerte corporal), vistieran túnicas o capas con una cruz amarilla (simbolizando su purgatorio), y que debían portar matracas para avisar de su presencia cuando se acercaban a pueblos o ciudades, donde se les negaba el acceso. Asimismo, a los leprosos se les despojaba de todos los derechos civiles, incluido la posibilidad de matrimonio y el derecho de propiedad. En esos tiempos, cuando no se disponía de tratamientos, daba lugar a terribles deformidades en la cara y el cuerpo, los dedos de manos y pies terminaban por caerse y los enfermos perdían la visión.

Gerhard Henrik Armauer Hansen, médico noruego, en 1873 identificó la microbacteria (también denominado “bacilo de Hansen”) que causa la lepra.

Vuelvo con la Madre Mariana.

En 1873 fue llamada a Honolulu por el Rey de Hawaii para cuidar del gran número de leprosos en el Reino. Mariana respondió “No tengo miedo de ninguna enfermedad; entonces, sería mi mejor alegría cuidar a los leprosos abandonados”. En 1888, junto a seis hermanas, se trasladó a la isla de Molokai, donde se ubicaba el asilo para leprosos de Kalaupapa, para asistir al padre Damián de Veuster, en sus últimos meses de vida y para seguir con sus trabajos en cuidar a los leprosos.​ El padre Damián es toda una figura, canonizado también; un misionero belga que llegó al entonces inhóspito y perdido Reino de Hawaii en el año 1873. Su admirable y abnegada labor trajo dignidad y esperanza a lo que era una “tumba de vivos”. Con la ayuda de los pacientes inició la rehabilitación de la iglesia de Santa Filomena, construyó viviendas, plantó árboles, creó un sistema de alcantarillado, estableció un coro y dio digna sepultura a los muertos. Contrajo lepra, falleciendo en 1889; y allí fue enterrado, al lado de unas dos mil tumbas anónimas. Cuando ya estaba gravemente enfermo de lepra dejó escrito que “se consideraba el misionero más feliz del mundo”. Tras la muerte de Veuster, Cope fue llamada a Honolulu para que regresara a Siracusa, pero ella se negó y decidió establecer su residencia permanente en Kalaupapa, para continuar la altruista y abnegada labor del sacerdote.

Es así como Mariana continuó la rehabilitación de la iglesia de Santa Filomena y la construcción del colegio católico de San Francisco de Asís. Fundó una lavandería para las leprosas y formó un coro para las iglesias. Exigió, a gritos, comida y medicamentos para los leprosos.

En 1885, recibió la condecoración de Dama Compañera de la Real Orden de Kapiolani, por sus servicios al Reino de Hawaii, de manos del propio rey Kalākaua.

Murió en 1918 en el leprosario de Kalaupapa, lugar que durante 30 años nunca abandonó.

En el 2012 es canonizada por el papa Benedicto XVI, el mismo pontífice que la había beatificado en el 2005, pasando a ser conocida como Santa Mariana Cope, O.S.F. (Orden de las Franciscanas).

El primer milagro por el que es beatificada, sucedió en 1993 cuando Katherine Dehlia Mahoney fue sanada de una falla múltiple de órganos después de rezar a Mariana Cope por intercesión. En el 2003, la Congregación para las Causas de los Santos declaró que Cope había sido «heroicamente virtuosa».

El segundo milagro por el que es canonizada, es la curación de una mujer enferma de diabetes, a la que inexplicablemente le desapareció la enfermedad. El equipo de doctores de la Congregación para las Causas de los Santos declaró que no existía una explicación médica para la curación, y consideraron que la beata Mariana Cope había hecho un nuevo milagro, pues la mujer le había rezado para que intercediera por ella.

Después del padre Damián, Cope es la segunda persona en ser canonizada que había servido en las islas hawaianas. Curiosamente ella fue tanto la primera beatificación como la última canonización del papa Benedicto XVI.

La historia del Padre Damián fue llevada al cine recientemente (hay otras versiones) en el filme Molokai: The Story of Father Damien (1999). En la película la Madre Mariana fue interpretada por la actriz sudadricana Alice Krige.

Aun cuando mi piel sea insensible, no lo son mi alma y mi corazón”. Esta inscripción está escrita sobre la roca con la que se funde la tumba de Olivia Breitha, junto a cientos de otras sepulturas apócrifas en Kalaupapa.

Robert Louis Stevenson, el famoso autor de “La Isla del Tesoro” vivía en Hawaii y le regaló un piano al leprosario, por lo que pasó unos días en Kalaupapa, viendo el trabajo de la Madre Mariana y las otras monjas. Quedó tan impresionado que le escribió un bello y a la vez triste poema que se hizo muy famoso:

Reverenda Hermana Marianne
Matrona del Hogar Obispo, Kalaupapa

Para ver la infinita lástima de este lugar,
La extremidad destrozada, la cara devastada,
Los inocentes que sonríen en la vara,
Un tonto tuvo la tentación de negar a su Dios.

Él ve y se encoge; pero si vuelve a mirar,
¡Qué belleza brota del pecho del dolor! –
Él marca a las hermanas en las costas desoladas,
E incluso un tonto calla y adora.

Kalawao, 22 de mayo de 1889

A principios del 2023 visité Hawaii, y estuve en Honolulu, la capital del Estado, en la isla de Oahu. Tuve la gran suerte que la estatua de Santa Mariana, de la que ya conocía su existencia, estaba relativamente cerca del hotel donde nos hospedábamos, así que pude visitarla y tomarle unas fotografías, que agregué a la galería. Me alegró ver que está muy bien cuidada y que tenía un ramo de flores. También, por su importancia, me tomé el tiempo de transcribir y traducir la placa que está a un lado de la estatua, que pueden leer en el anexo.

El leprosario de Kalaupapa permanecerá siempre unido al Padre Damián y a la Hermana Mariana.

 
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Con la ayuda de la Wikipeda y otras fuentes
Actualizado agosto 2023

Anexo

SAINT MARIANNE COPE, OSF

January 23, 1838 – August 9, 1918

1883 – 1888 KAKA AKO BRANCH HOSPITAL, OAHU
1888 – 1918 KALAUPAPA, MOLOKAI
JANUARY 23, 2010 STATUE DEDICATED
OCTOBER 21, 2012 CONONIZED IN ROME, ITALY

MOTHER MARIANNE COPE AND SIX SISTERS OF ST. FRANCIS OF SYRACUSE, NEW YORK, RESPONDED TO KING DAVID KALAKAUA’S PLEA TO CARE FOR HAWAII’S PEOPLE AFLICTED WIDTH LEPROSY (HANSEN’S DISEASE).

UPON ARRIVAL IN HAWAI IN 1883, HER FIRST TASK WAS OVERSEEING THE KAKA’AKO BRANCH HOSPITAL, A RECEIVING STATION FOR PEOPLE SUSPECTED OF HAVING HANSEN’S DISEASE. MOTHER MARIANNE IMMEDIATELY SET TO WORK ON MAKING THE DIRTY OVERCROWDED HOSPITAL MORE LIVABLE. IN 1888 SHE WENT TO KALAUPAPA, WHERE MEN, WOMEN AND CHILDREN WERE EXILED. SHE BROUGHT HOPE, JOY AND DIGNITY TO THESE OUTCASTS.

IN ALL THE YEARS OF CLOSE CONTACT WITH PATIENTS. MOTHER MARIANNE AND THE SISTERS MORACULOSLY NEVER CONTACTED THE DISEASE. THIS STATUE, ERECTED IN HER HONOR, SERVES AS AN INSPIRATION TO NEVER GIVE UP CARING FOR THOSE WHOM SOCIETY HAS ABANDONED.

WWW.SOSFS.ORG

–o–

SANTA MARIANNE COPE, OSF

23 de enero de 1838 – 9 de agosto de 1918

1883 – 1888 HOSPITAL FILIAL DE KAKA AKO, OAHU
1888 – 1918 KALAUPAPA, MOLOKAI
23 DE ENERO DE 2010 ESTATUA DEDICADA
21 DE OCTUBRE DE 2012 CONONIZADA EN ROMA, ITALIA

LA MADRE MARIANNE COPE Y SEIS HERMANAS DE SAN FRANCISCO DE SYRACUSE, NUEVA YORK, RESPONDIERON A LA SÚPLICA DEL REY DAVID DE KALAKAUA PARA QUE SE ATENDIERA A LA POBLACIÓN DE HAWAII AQUEJADA DE LEPRA (ENFERMEDAD DE HANSEN).

A SU LLEGADA A HAWAII EN 1883, SU PRIMERA TAREA FUE SUPERVISAR EL HOSPITAL DE KAKA’AKO, UNA ESTACIÓN DE RECEPCIÓN PARA PERSONAS SOSPECHOSAS DE PADECER LA ENFERMEDAD DE HANSEN. LA MADRE MARIANNE SE PUSO A TRABAJAR DE INMEDIATO PARA HACER EL SUCIO Y SUPERPOBLADO HOSPITAL MÁS VIVIBLE. EN 1888 FUE A KALAUPAPA, DONDE HOMBRES, MUJERES Y NIÑOS ESTABAN EXILIADOS. ELLA LLEVÓ ESPERANZA, ALEGRÍA Y DIGNIDAD A ESTOS MARGINADOS.

EN TODOS LOS AÑOS DE ESTRECHO CONTACTO CON LOS PACIENTES, LA MADRE MARIANNE Y LAS HERMANAS MILAGROSAMENTE NUNCA SE CONTAGIARON CON LA ENFERMEDAD. ESTA ESTATUA, ERIGIDA EN SU HONOR, SIRVE COMO INSPIRACIÓN PARA NO RENUNCIAR NUNCA AL CUIDADO DE A QUIENES LA SOCIEDAD HA ABANDONADO.

WWW.SOSFS.ORG

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Un comentario

  1. Gustavo Elizondo

    Preciosa historia don Carlos, como todo lo que sale de su pluma, excelente.

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