Mala Zimetbaum, la heroína de Auschwitz casi desconocida

Por Sibylle Peine (dpa)

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Mala Zimetbaum. WikiCommons

Berlín, 11 dic (dpa) – La vida de Mala Zimetbaum es la historia de una heroína. Sin embargo, solo pocos conocen a esta mujer belga de ascendencia judía polaca, que murió en el campo de exterminio nazi de Auschwitz.

En su antigua casa de Amberes, en Bélgica, cuelga una placa conmemorativa de la joven, sobre la que se han escrito varios libros. Sin embargo, ninguno de ellos tuvo demasiado eco.

Ahora, la historiadora y periodista alemana Barbara Beuys hizo un nuevo intento por rescatar del olvido a la heroína de Auschwitz.

Mala Zimetbaum dejó pocos testimonios propios, pero hay numerosos supervivientes de Auschwitz que documentan sus valientes acciones en Auschwitz.

«Todos en el campo conocían a Mala», cuenta una testigo. «Salvó la vida de muchas mujeres con su habilidad y su voluntad de asumir riesgos».

«Fue una mujer valiente hasta la locura». No había acción que fuera demasiado difícil para ella», recuerda otra sobreviviente.

Es seguro que la joven utilizó su posición un tanto privilegiada en el campo de mujeres de Auschwitz-Birkenau para defender de diversas formas a las prisioneras que vivían en condiciones inhumanas y darles algo parecido a dignidad.

Mala Zimetbaum nació en 1918 en la pequeña ciudad polaca de Brzesko en el seno de un hogar humilde. Su familia se trasladó con frecuencia de la ciudad polaca a diversas ciudades de Alemania y de vuelta a Brzesko hasta que finalmente encontró un hogar permanente en Amberes.

Debido a estos frecuentes cambios de residencia, además de polaco y alemán, Mala hablaba yiddish, flamenco y francés.

El dominio de estos idiomas le fue muy útil bajo el régimen nazi, que la utilizó para registrar a los prisioneros judíos en un campo de recogida nazi en Malinas (Bélgica).

En Auschwitz, adonde fue deportada en 1942 tras una redada, fue nombrada chica de los recados. Así pudo moverse por el campo con relativa libertad, explorar los procedimientos y jerarquías e intercambiar mensajes y objetos entre las prisioneras.

Mala logró ganarse la confianza de las crueles carceleras del campo de concentración y además suministrar en secreto comida, ropa y medicamentos adicionales para las prisioneras. Se dice incluso que gracias a su intervención fueron eliminadas de la lista de condenadas a muerte varias de las mujeres en el campo de concentración.

La relación amorosa con un prisionero polaco terminó siendo su perdición. Tras un intento de fuga en el verano europeo de 1943, ambos fueron capturados. Su compañero fue ejecutado, y la joven, en un último acto de valentía, se corta las venas y antes de morir golpea a un oficial de las SS en la cara con su mano ensangrentada delante de todos los prisioneros del campo.

Algunas de sus admiradores afirman que esa acción sirvió para revelar al mundo los crímenes de Auschwitz. Sin embargo, ya no es posible comprobarlo.

La escritora alemana llevó adelante una investigación muy exhaustiva y descubrió nuevas fuentes, como las raíces de Mala en Brzesko. Beuys también aporta información importante sobre el judaísmo y la ocupación nazi en Bélgica, un tema con el que probablemente muchos alemanes no estén muy familiarizados.

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