Lugares que hay que visitar antes de morir

El letrero de Las Vegas

Un viaje a la Ciudad del Pecado no está completo sin una visita a ese letrero tan acogedor

Información esencial	Para los aficionados a los carteles, también se puede encontrar una réplica del cartel de bienvenida a Las Vegas en la autopista de Boulder.
Localización	Las Vegas, Nevada, USA
Zona de tiempo	UTC-7
Sabía que…	891 bombillas bordean el letrero, alimentadas por energía solar desde 2024. La estética del letrero estaba muy influenciada por la tendencia arquitectónica futurista ‘Googie’ de mediados del siglo XX, el mismo estilo que se encuentra en los Supersónicos.
Moneda	US dólares

Puede parecer absurdo incluir un letrero en una lista de los monumentos más importantes del mundo, pero, como Las Vegas ha demostrado una y otra vez, esta ciudad se enorgullece de hacer las cosas a su manera.

Desde que se erigió en 1959, el letrero «Welcome to Fabulous Las Vegas», descaradamente llamativo y fotogénico, ha atraído a los turistas que pasan por allí.

Creado por la diseñadora gráfica local de Nevada Betty Willis (que siguió creando letreros hasta los 77 años), esta estrella tan cacareada de Las Vegas es el epítome del kitsch, el glamour y la elegancia futurista de la era espacial de los años 50. Una especie de Frankenstein de la geometría, con tipografías desiguales y colores chillones, que sobre el papel parece un desastre, pero Willis conocía perfectamente a su público objetivo. Las Vegas tiene una extraña habilidad para tomar algo funcional y cotidiano y convertirlo en algo extraordinario.

Las siete monedas de plata (de la suerte) que contienen las letras W-E-L-C-O-M-E son un guiño al legado de Nevada como «el estado de la plata», pero también se dice que ofrecen buena suerte al entrar en la capital mundial del juego. Así que, si tienes pensado jugar a las tragaperras, tirar los dados o girar la ruleta durante tu estancia, no te vendrá mal hacer una parada aquí, ¿verdad?

Encuentre el espectacular letrero situado en la mediana de la carretera, en el extremo de Paradise del Las Vegas Boulevard (más conocido como el Strip), justo después del hotel Mandalay Bay. (Técnicamente, está fuera de los límites de la ciudad, pero no se lo diremos a nadie si usted tampoco lo hace). Se puede llegar fácilmente a pie desde el centro de la ciudad, en un paseo de unos 6,5 kilómetros. Pero también es posible tomar un autobús (línea 104) o conducir uno mismo.

Lo que antes era arriesgar la vida cruzando la concurrida autopista para hacerse un selfi, afortunadamente es mucho más seguro desde 2008. Ahora es posible aparcar el coche en un aparcamiento cercano y utilizar los pasos de peatones designados para llegar a él de forma segura.

¿Quiere saber más sobre la historia de este legendario letrero y las efímeras creaciones que ha inspirado, así como sobre las innumerables iluminaciones que han dado a Las Vegas su reputación de «ciudad de las luces»? Entonces no puede dejar de visitar el Museo del Neón, situado en el otro extremo del Strip. En su «cementerio de neones» encontrará más de 250 letreros de neón, algunos de ellos con casi un siglo de antigüedad, todos restaurados para recuperar su esplendor original. Durante el día, las entradas cuestan 20 dólares (~15), pero para disfrutar de la experiencia completa, los más brillantes tendrán que desembolsar 28 dólares (5,21) por la visita nocturna.

Por supuesto, el cartel de bienvenida es solo el comienzo de un viaje a Las Vegas para los amantes de los lugares emblemáticos. Hay que ver todos esos extraordinarios hoteles del Strip: entre ellos, las épicas fuentes musicales del Bellagio (que incluyen la fuente de chocolate más alta del mundo en su interior), el canal interior del Venetian (con paseos en góndola, por supuesto) y la versión en miniatura de la Torre Eiffel del Paris Las Vegas. Las Vegas es también un punto de partida ideal para explorar la región, ya que cerca se encuentran dos de las maravillas más emblemáticas de Estados Unidos, una artificial y otra natural: la presa Hoover y el Gran Cañón.

Con tanto que ver, algunos quizá sigan preguntándose por qué se le da tanto protagonismo a una señal de tráfico, pero los escépticos deberían recordar lo siguiente: no hay señales de nuestro tiempo más fabulosas que esta.

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