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Camilo Rodríguez Chaverri
He escrito mucho sobre Turrialba. Me encanta ese cantón cartaginés, que debería pertenecer a Limón en lugar de pertenecer a Cartago.
Turrialba ha sido, históricamente, la puerta del Caribe.
Me encanta el Volcán Turrialba. El paisaje alrededor del coloso parece venido de otro planeta.
Me gustan mucho los distritos de Santa Cruz y Chirripó.
Me fascina la ruta de los volcanes, que bordea los colosos Irazú y Turrialba, pasando por el vecino cantón de Alvarado, con dos pueblos que parecen salidos de un cuento, Pacayas y Cervantes.
Me encanta subir por La Suiza a Grano de Oro, Paso Marcos y Moravia de Chirripó. Mi primo, el médico Luis Antonio Meneses Rodríguez, me abrió los ojos a su realidad. Así conocí el trabajo de los médicos que se afincan en Grano de Oro y van a pueblos cabécares tan lejanos como Jamó o Sitio Gilda, a dos días a pie. Le agradezco a la Unión Médica Nacional el que me haya permitido incluir sus historias de vida en mis libros con semblanzas a médicos, que ya son veinte volúmenes.
Me impresionan las rutas de Turrialba: de Pacayas a Santa Cruz, pasando por Santa Teresa (que tiene una belleza de iglesia, en verso sin mucho esfuerzo); de Paraíso a Turrialba, pasando por Cervantes y Juan Viñas; de Siquirres, en la vieja calle de mi infancia para ir a Guápiles o Limón, así como la ruta que va de La Alegría de Siquirres a Pascua y Santa Teresita, pasando al lado de un tesoro turístico escondido: Las Lagunas de Bonilla, y los preciosos pueblos que cuidó y protegió don Jorge Rossi (qdDg).
De niño iba a Turrialba, a la casa de mi tía Carmen Rodríguez Picado y su esposo, José Alberto Soto Dobles, médicos; ella oriunda de Poás y él de Grecia. Pasé lindas semanas con ellos. Recuerdo ir con su familia a ese lugar paradisíaco que es el Catie, donde estudió mi papá, poco antes de mi nacimiento (en ese entonces era el IICA).
Ya viejo, me he hospedado en los hoteles que fundaron los García, don Marcial y su hijo Óscar, es decir, Turrialtico y Pochotel. Son bonitos hoteles. Con paisajes esplendorosos. Con una gran «vistada». Don Marcial y Óscar son dos personajazos.
También son muy buenos los hoteles del gran intelectual turrialbeño Walter Coto Molina (Wagelia, Geliwa -que ahora también se llama Wagelia Dominica- y ese experimento maravilloso y loco que es el Hotel Espino Blanco, en otro lugar hermoso: Verbena) así como un hotel boutique que es lindísimo: el Villa Florencia, en el pueblo del mismo nombre, donde acaban de restaurar un templo precioso.
En resumen, hay buenos hoteles en Turrialba.
Pero dejé lo mejor para el final. Para mí, Turrialba es el cantón que tiene el circuito de templos más bonitos.
Sólo el cantón central de San Jose tiene tantos templos impresionantes juntos (la catedral, La Merced, La Dolorosa, La Soledad, la del Hogar de Ancianos Carlos María Ulloa y la de Santa Teresita). Y, con un empujoncito, el cantón central de Cartago (la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles, María Auxiliadora y el templo del hogar de ancianos de la ciudad).
Volvamos a los templos de Turrialba. Ya mencioné el de Florencia. También es bonito el de San Antonio de Santa Cruz y es impresionante el de la hacienda de Moravia de Chirripó, a la par de Grano de Oro.
No dejemos por fuera el de Guineal o Guadalupe, ni el que está en los bajos del río Chirripó.
Hay una iglesia antigua en La Central, a los pies del volcán Turrialba, y ahí mismo, en la finca La Silvia, un templo bonito, en deterioro por culpa del volcán.
Dejo para el último párrafo lo más importante: si yo tuviera que escoger tres templos que me vuelan la cabeza, esos tres están en Turrialba. ¿No les parece que es demasiado para ser cierto? ¿No les parece que eso no puede ser casualidad?
Se trata del templo de Hacienda Sitio de Mata, en el pueblo de ese nombre, en Pavones, templo que conocí gracias a don Marcial García Rojas, que Dios me lo tenga con salud; en segundo lugar el templo de Aquiares, en Santa Rosa de Turrialba, y en tercer lugar, el templo de La Pastora, en el distrito de Santa Cruz.
Curiosamente, los tres templos turrialbeños que considero los más hermosos, han sido portada de algún libro mío. El de Hacienda Sitio de Mata es la portada de mi libro sobre templos de Cartago; el de La Pastora de Santa Cruz es el que escogí de portada para mi libro con templos que son patrimonio arquitectónico; y el de Aquiares es la portada de la caja donde venían los siete libros de templos de Costa Rica, uno por cada provincia.
Si no los conoce, ¿qué está esperando? En un día recorre los tres pueblos donde están estos templos. Son los tres más bonitos del país. Mi opinión. Mi ojo (los dos ojos) de loco por las iglesias.
Si se va unos tres días, le alcanza para ir a Chirripó, donde hay una llanura alta que parece un aeropuerto intergaláctico, así como para salir por Siquirres o por Santa Teresita. No se pierda ni la ruta de Pacayas-Santa Cruz, ni la ruta de Cervantes-Juan Viñas (estos dos pueblos también tienen templos bonitos y atractivos).
Nunca me han pagado ni un cinco por hacerle publicidad a Turrialba. Es más, del templo de Costa Rica que más me gusta y al que más publicidad gratuita le he dado, hasta me han echado, precisamente el día que llevé a mi mamá. No les digo. Las ironías de la vida.
Pero no ha hecho falta que me paguen un cinco para hacerle publicidad a Turrialba, su magia y sus templos. Como quien dice, a mí me nace del puritico corazón.
