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El fantasma del desfiladero, Montaña de la Mesa
Si asciende por el desfiladero de Platteklip hasta la cima de la emblemática Montaña de la Mesa de Ciudad del Cabo, pasará junto a una casa abandonada en el bosque. Aunque supuestamente perteneció a un comerciante de vinos, ahora se rumorea que las ruinas son la guarida de Antjie Somers, según el libro de Carrie Hampton Table Mountain to Cape Point.
Antjie, una esclava que murió por exceso de trabajo y que ahora aparece como un espíritu a menudo travieso y a veces destructivo, podría acribillarle a pedradas de camino a la cima. De hecho, es una especie de mujer del saco local: A los niños que se portan mal se les advierte: «Pórtate bien o Antjie Somers te atrapará».
Pero puede que no sea su única compañera en el desfiladero, conocido por ser uno de los lugares favoritos de los fantasmas de la montaña. Se cree que uno de esos espíritus es el de un niño que toca una flauta fantasmal en Verlatenbosch (el Bosque de los Desamparados). Según la leyenda, el nombre se le dio cuando un hombre que guardaba rencor al gobernador regaló al hijo del funcionario una flauta que había sido infectada por un leproso. Tras contraer la entonces incurable enfermedad, el hoyo pasó el resto de su vida y quizá la eternidad tocando la flauta en el bosque.
Aunque supuestamente también fue el hogar de antiguos demonios, «seres de luz» y gigantes, la Montaña de la Mesa ofrece ahora servicios modernos como tiendas de recuerdos y un restaurante que sirve bocadillos de salchichas de avestruz. También está permitido ir de picnic, pero es un parque nacional y Patrimonio de la Humanidad, así que los que dejen su basura deberán tener cuidado con Antjie Somers.
Basado en The world’s most haunted places de LIFE
