Los lugares más embrujados del mundo

Unearthly (sobrnatural) Inn, Hotel Takara

Hotel Takara

«¡No entren!» «¡No entrar!» y “¡Denger!”. [sic] rezan los carteles colocados en el exterior del abandonado Hotel Takara, cerca de las ruinas restauradas del castillo de Nakagusuku, del siglo XIV, en Okinawa (Japón). Dejando a un lado el peligro físico, el hotel, también conocido como Royal, se ha convertido en el tipo de guarida que los adolescentes locales utilizan para atreverse y asustarse. En el proceso han creado una historia de campamento que se ha consagrado como un hecho, gracias en parte a repetidas iteraciones en nuestra moderna hoguera colectiva conocida como Internet.

La leyenda es la siguiente: A mediados de los años setenta, un empresario anónimo de Naha financió la construcción del hotel en la colina con vistas privilegiadas de Okinawa. Con la esperanza de sacar provecho de la afluencia de público a la Exposición Oceánica Internacional de Okinawa de 1975, ideó un complejo que incluía un parque acuático, un zoo de mascotas y un club nocturno. Pero los monjes budistas locales le advirtieron de que el lugar era sagrado. También le dijeron que estaba demasiado cerca de varias tumbas antiguas y de una cueva habitada por espíritus inquietos.

Pero el empresario no hizo caso, hasta que una serie de accidentes se cobraron la vida de algunos obreros. Después de que los empleados que le quedaban dimitieran, demasiado aterrorizados para enfrentarse a los espíritus, el propietario se instaló en su proyecto inacabado y poco a poco se fue volviendo loco, terminando sus días como un ermitaño farfullante en las habitaciones vacías.

No cabe duda de que los accidentes han continuado a lo largo de los años. Por ejemplo, cuando un soldado estadounidense destinado en Okinawa resultó herido en el hotel inacabado en 2009, se prohibió el acceso a los marines, aunque no por una maldición: El estado ruinoso de la estructura basta por sí solo para explicar la mayoría de los percances.

Tanto si el Hotel Takara está embrujado como si no, o si se trata de una táctica inmobiliaria fallida, el lugar es innegablemente espeluznante, incluso a la luz del día. Sus pasillos abandonados y llenos de basura están adornados con pintadas y telarañas, y no es difícil confundir una cortina hecha jirones con un fantasma. O quizá sea ese hombre de negocios de Naha.

Basado en The world’s most haunted places de LIFE

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