Por Carlos Revilla
“El Reino de Paz” : Edward Hicks (1780-1849)
Fue un pintor estadounidense conocido principalmente por sus representaciones del «Reino de Paz», una serie de obras que ilustran la visión bíblica de la armonía entre animales y humanos. Nacido el 4 de abril de 1780 en Attleboro, Pensilvania, Hicks quedó huérfano a temprana edad y fue criado por una familia de cuáqueros, lo que influyó significativamente en su vida y obra.
Inicialmente, Hicks se dedicó a la pintura de carros y letreros, un oficio que le permitía ganarse la vida. Sin embargo, su verdadera pasión era la pintura de temas religiosos y pacifistas, reflejando sus profundas convicciones cuáqueras.
A través de sus obras, Hicks no solo expresaba sus creencias religiosas, sino también sus esperanzas de paz y unidad en una época de gran agitación social y política en Estados Unidos.
“El Reino de Paz” es la obra más icónica de Edward Hicks, representada en varias versiones a lo largo de su carrera. Esta pintura se inspira en la profecía del Libro de Isaías, que describe un mundo donde los animales depredadores y sus presas conviven en armonía, junto a niños pequeños. Hicks utiliza esta imagen bíblica para reflejar sus propias convicciones cuáqueras de paz y fraternidad universal. En muchas versiones de la pintura, se incluye además una escena histórica en el fondo, mostrando la firma de un tratado de paz entre William Penn y los nativos americanos, subrayando el ideal de coexistencia pacífica entre diferentes culturas. Con su estilo primitivo y simbólico- La pintura no solo es una obra de arte, sino también un poderoso mensaje de esperanza y utopía espiritual (Varios museos de Estados Unidos).
Aunque en vida no alcanzó gran fama, la obra de Hicks ha sido revalorizada póstumamente, siendo hoy considerado uno de los pintores primitivos más importantes de América. Hicks murió el 23 de agosto de 1849, dejando un legado de arte profundamente espiritual y evocador.
Estas son las obras más conocidas y representativas del arte, cada una en un estilo y una época, pero que resumen a la perfección los grandes momentos artísticos de la humanidad.