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Por María Jesús Revilla y Carla Domínguez
“LA RONDA DE NOCHE” : REMBRANDT (Leiden 1606/1669 Ámsterdam)
Rembrandt Harmenszoon van Rijn, fue pintor y grabador neerlandés, considerado el pintor barroco más representativo del Siglo de Oro. Fue maestro de una larga lista de pintores, y en sus obras destacan retratos y autorretratos (más de 60). Casado con Saskia, hija del burgomaestre de Ámsterdam, hizo de modelo en numerosas obras (una de ellas “atribuida” en el Museo del Prado), al igual que su hijo Titus van Rijn, del que hay un formidable retrato.
“Ronda de noche” (1642) es la obra más conocida de Rembrandt. El título se lo dieron en el siglo XIX por su fondo oscuro, aunque en realidad la acción transcurría de día, pero se estropeó por la oxidación del barniz y la suciedad. Está considerada una de las joyas de la pintura neerlandesa. (Rijksmuseum, Ámsterdam).
Complemento (Carlos Valverde)
“La ronda nocturna” es un cuadro de lujo, una de las glorias de la pintura de todos los tiempos. La nota lo menciona como “el pintor barroco más representativo del Siglo de Oro”, pero esto debe entenderse como el Siglo de Oro holandés (1575-1675), al que también pertenecen Rubens, Vermeer, Ruisdael y Hals, no el Siglo de Oro español, también del período barroco (1492-1659), que duró mucho más de un siglo, y que es la época de El Greco, Velázquez, Murillo, Zurbarán y Ribera.
Las pinturas del gran Rembrandt son usualmente dramáticas, debido a los temas, al uso del claroscuro (del que fue posiblemente el maestro más importante) y a sus pinceladas fuertes y decididas.
Fue un artista enormemente popular, aunque tuvo una vida complicada que lo llevó a morir en la pobreza.
Una de sus características es la enorme cantidad de autorretratos que dejó (más de 75), muchos más que ningún otro pintor en el mundo. Es así como lo conocemos desde su juventud hasta su muerte.
Además de pintor, era grabador, un arte que llevó a extremos de virtuosismo nunca vistos desde Durero. Sus figuras, tanto en la pintura como en el grabado, son profundamente expresivas, en formas difícilmente alcanzables, alguna vez, por otros artistas.
Estas son las obras más conocidas y representativas del arte, cada una en un estilo y una época, pero que resumen a la perfección los grandes momentos artísticos de la humanidad.
