Los coches de Alemania del Este

De símbolo del pasado a objeto de culto

Por Sebastian Münster (dpa)

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ARCHIVO – El logo de la marca Trabant en un vehículo en la tradicional reunión de coches históricos en Thale, en el este de Alemania. Foto: Matthias Bein/dpa

Erfurt, 28 ago (dpa) – Tras la caída del Muro de Berlín en 1989, muchos alemanes de la extinta República Democrática Alemana (RDA) se deshicieron rápidamente de sus vehículos de diseño sencillo, como el Trabant y el Wartburg, para subirse a un coche de marca occidental.

Sin embargo, 35 años después de la desaparición de la RDA, estos autos han recuperado su valor y se cotizan como clásicos codiciados.

Por un Trabant 601 en estado original impecable, los coleccionistas pagan hasta 7.000 euros (8.000 dólares), más del doble que en 2018, según datos de Classic Data, empresa especializada en análisis de valor en el mercado de autos clásicos.

El valor del Wartburg 311 en su forma usual de sedán de cuatro puertas también se ha duplicado. Según el análisis, en estado óptimo puede alcanzar casi 16.600 euros, mientras que el coupé, extremadamente raro, puede llegar a casi 35.000 euros.

Aún más caro resulta el EMW 327. Los cabrios y coupés, fabricados en pequeñas cantidades, son prácticamente idénticos al modelo homónimo de BMW producido en Eisenach hasta 1941. Por ejemplares en buen estado, los coleccionistas pagan, según Classic Data, más de 100.000 euros.

«Pocos vehículos comparables han ganado tanto valor», afirma el especialista en autos clásicos Veit Kohl. «La mayoría de los autos de la RDA aún se comercializan principalmente en el este del país. Para muchos coleccionistas, estos automóviles han alcanzado un estatus de culto», añade.

Los coleccionistas prestan mucha atención al estado de los vehículos, buscando que estén lo más originales posible y con la historia completamente documentada.

Sin embargo, Kohl no cree que la valorización continúe al mismo ritmo. Algunos modelos muy raros siempre se negociarán a precios altos, pero para el resto, probablemente se haya alcanzado el máximo. «¿Quién más querría comprarlos?», se pregunta.

Según la Oficina alemana de Vehículos a Motor (KBA), el año pasado todavía estaban registrados unos 8.900 vehículos, principalmente Wartburg, de la VEB Automobilwerke Eisenach, la empresa estatal de la RDA dedicada a la fabricación de estos automóviles. Aproximadamente la mitad de sus propietarios tienen más de 60 años.

Hay en cambio muchos más de la fábrica estatal que produjo los «Trabi», los automóviles pequeños y sencillos que se convirtieron en un símbolo de la movilidad en la Alemania del Este.

Según la KBA, todavía circulaban por las carreteras de Alemania en la misma fecha alrededor de 40.800 de ellos, y más de la mitad de los propietarios son menores de 60 años, y unos 2.800 incluso tienen menos de 30. Es decir, nacieron después de que el último Trabant saliera de la línea de producción en Zwickau en 1991.

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