Omar Rojas Donato
¿Será que a la octava aprenderemos?
De las 17 veces que Liberación Nacional se ha sometido al veredicto de los costarricenses, solo en nueve nos favorecieron; dos veces don Pepe Figueres, y Oscar Arias, y una de Chico Orlich, Daniel Oduber, Luis Alberto Monge, José María Figueres y Laura Chinchilla, consecuentemente de las ocho derrotas, podemos decir que las primeras cuatro (1958, 1966, 1978 y 1990) perdimos por dos grandes factores, la alternancia del bipartidismo de la época y/o la división de los liberacionistas producto de las traición de quienes no pudieron respetar los procesos democráticos. Pero las derrotas de las últimas dos décadas (1998, 2002, 2014 y 2018) responden no solo al multipartidismo (entre otras), sino también a un acrecentado abandono total y completo de la agenda y la estrategia partidaria, de las banderas que sostenían ideales y compromisos por los que menos tienen, y sobre todo por el silencio (casi complicidad) que se ha guardado ante la falta de transparencia en la función púbica, razones que han hecho que Liberación Nacional venga de más a menos, reduciendo su tamaño electoral, disminuyendo cada vez más su escasa presencia con la sociedad civil, y abandonando prácticamente por completo la renovación y capacitación de las nuevas generaciones, consecuentemente estamos dejando de ser de manera acelerada la organización forjadora de las transformaciones, y las ilusiones de los jóvenes y los ciudadanos del país.
Esperamos que esta recién derrota, que este octavo castigo de los costarricenses, nos lleve a un nivel de concientización y compromiso por el partido, que nos permita remozar y cambiar en nuestra conducta política partidaria, para que próximamente volvamos a aspirar a la conducción nacional de la patria con la autoridad moral de haber enfrentado valientemente los cambios que el movimiento político de Liberación Nacional requiere, por ello debemos de remozar, rejuvenecer, y vitalizar las ideas y la acción.
Liberación Nacional requiere de una dinámica y un nivel de nuevos compromisos en la vida política del partido, solo un relanzamiento en todos los campos nos podrá devolver la vigorosidad partidaria y electoral que anhelamos, solo una nuevas reglas de juegos para todos y todas nos podrá devolver la disciplina, el respeto y la lealtad partidaria, solo un compromiso enérgico por el partido, nos rescatara el habito por la formación y la educación, y solo una nueva declaración de principios nos podrá devolver el compromiso de enarbolar nuevamente las banderas de lucha por los que menos tienen, y sobre todo volver a proclamar una cultura de transparencia y rectitud tanto de la cosa publica como de la partidaria.
Esta reciente derrota nos tiene que llevar a una profunda y forzosa convicción: o cambiamos en todo y volvemos a crecer en lo electoral en lo político y en la credibilidad de las mayoría de costarricenses, o simplemente tendremos que conformarnos a ser únicamente opción coyuntural para designar diputados y alcaldes, consecuentemente de no hacerlo, cada vez será mas difícil y complejo alcanzar el poder. Solo el cambio en todas las líneas de la acción política nos devolverá la grandeza, el respeto electoral y la credibilidad entre los costarricenses.
Esta octava derrota no solo pone al descubierto, que vamos en caída libre como opción electoral dentro de las preferencia de los costarricenses. El partido se nos reduce cada vez mas de tamaño y lo mas grave de todo el partido se nos envejece aceleradamente.
Partido por encima de la campaña
Ya es hora de que aprendamos la lección.
El partido debe de ser es mas importante que la campaña electoral, y más importante que el candidato (a).
Que no se trata únicamente, de escoger un candidato (a), y realizar una “buena” convención, por el contrario, el tema tiene que ver primero y ante todo con un partido político que goce de la credibilidad de los ciudadanos, respetable y renovado, agradable y consecuente para los jóvenes, se trata de un cambio total.
Entonces es cuando cabe las pregunta: ¿Será que aprendimos de una vez por todas a que el partido es más importante que una coyuntural campaña electoral y que ningún candidato (a) puede estar por encima de este?
Si es así, significa que ya aprendimos.
Entonces tengamos el coraje, la valentía y la determinación para reconocer nuestros errores e iniciar una ruta de cambios y transformaciones partidarias.
Lo que ya no se vale, es que con todas las experiencias vividas, lleguemos nuevamente a una campaña electoral a designar un candidato (a) con la misma reglas, con la misma normativa, y con el mismo envejecimiento partidario. Fijo perderemos nuevamente.
Nosotros los dirigentes del partido estamos obligados a revertir la historia y a contrarrestar la “caída libre” que lleva el partido y la mejor forma de hacerlo es tratando de construir una gran consenso de los representantes de las bases, en donde podamos construir una “agenda partido” sin que se encuentren presente los intereses personales de los precandidatos futuros o de los ex candidatos que aun consideren que tiene autoridad moral para pretender seguir controlando al partido
Si logramos el propósito de redefinir nuestro pensamiento, y alcanzar una gran mayoría de representantes de la dirigencia de base, y logramos concretar una agenda común de transformaciones para el partido, en ese momento entonces, dará inicio en relanzamiento de Liberación Nacional, y será el tiempo, el sacrificio y la capacidad de acción política que emprendamos en la sociedad civil, y con las nuevas generaciones, las que nos permitan ver los resultados en mediano plazo
Es la oportunidad de las bases de decir ALTO A LAS “LINEAS”
La búsqueda por el poder y el “legitimo” derecho de los partidarios, por estar mas cerca del candidato (a) de turno, ha hecho que cada vez mas, tome mayor fuerza la conveniencia política y el cálculo de “con quién gano” una lucha de tendencias, y cómo tengo más posibilidades de coronar mis aspiraciones personales ya sea a puestos de elección popular o a puestos de dirección partidaria, hemos desarrollado una inadecuada cultura de estar en “línea” y lo mas grave de todo de “esperar la línea”.
Hoy una gran mayoría de la dirigencia partidaria espera a que los “ex presidentes y/o los ex candidatos dicten línea para nosotros acomodarnos a ella”. Muchos “cruzan” los dedos para que la “línea” les favorezca y los ponga en el camino del triunfo indistintamente de su trayectoria, de su claridad política, su compromiso social, su autoridad moral y su merito partidario. Y lo mas grave de esta indebida manera de hacer política partidaria, es que hemos aceptado como correcto que el candidato de turno venga a desplazar a quien legítimamente gano un determinado proceso, y mas grave aun que lo desplace con una imposición de alguien que ni tan siquiera participo del proceso e inclusive sin tener trayectoria de liberacionista
Esta practica de la “línea” conlleva a enfrentamientos y divisiones innecesarias y ahoga la posibilidades del respeto de las mayorías por designar sus representantes, la “línea” es contraria al mas sagrado principio de la elección democrática.
Esta errada “incultura de la línea” a transformado el partido a una organización “complaciente” a la voluntad del candidato (a) de turno Los órganos nacionales (Asamblea Nacional y Plenaria) y Directorio Político Nacional hoy tienen la responsabilidad histórica de revertir esas desacertada forma de practicar la acción partidaria en Liberación Nacional. Si de algo tenemos que convencernos es que los representantes de la dirigencia de la base liberacionista (entendamos los delegados y delegadas de los órganos de decisión), tenemos el conocimiento y la voluntad, la experiencia y la trayectoria para poder dictar con determinación y valentía los cambios que el partido requiere, sin que baje una línea sesgada y tendenciosa que obvio responderá favorablemente a un fino calculo a favor de quien la hace bajar.
Esperar nuevas “líneas” es esperar a que bajen cambios con reservas de los intereses personales, de quienes precisamente “bajan esa líneas”, y esos intereses personales, no necesariamente responderán a los intereses partidarios, ni mucho menos a la expresión mas pura de la democracia participativa.
¿Hacia adonde debemos caminar en este esfuerzo por relanzar al partido?
Los cambios a que se encuentra obligado el liberacionismo, para poder garantizar su adecuada recuperación política, son en todos los ámbitos y niveles, conceptuales y estructurales, tienen que ver con su carta ideológica, con sus congresos y con toda la normativa existente desde el estatuto hasta los reglamentos, pero lo más relevante e importante es ubicar de nuevo al movimiento político, como una organización de centro izquierda, en donde realmente pensemos en combatir la miseria, y pensamos en políticas públicas para favorecer a los que menos tienen, en donde volvamos a pensar en “las múltiples familias que siembran frijol, en lugar de estar pensando en las dos familias que importan frijol”, en donde volvamos a pensar en distribuir riqueza y no solo en crear riqueza.
En donde volvamos a pensar en grande, pero con prioridad en los que más mal la están pasando, planificando el proyecto país deseado o posible, todo dentro de una concepción de un partido mas representativo pero mas disciplinado en su militancia y en su toma de decisiones, y mas vinculado a las organizaciones sociales, y comprometido con la formación de muchachos y muchachas que garanticen el recambio generacional de toda organización política, y por supuesto, un partido absolutamente transparente donde todo militante o dirigente, o bien simple un afiliado o simpatizante tenga acceso a toda la información deseada de la organización, el pensamiento y lo relativo a la toma de decisiones en todos los niveles de la vida partidaria. En otras palabras debemos de prepararnos para un borrón y cuenta nueva.
Para lograr esos propósitos, debemos de organizarnos de tal manera que tengamos claridad de una agenda total de transformaciones y la estrategia política para colocar cada transformación en el momento adecuado, sin afectar derechos adquiridos ni llevar al partido a una contracción jurídica Las transformaciones en Liberación Nacional, deben de ser en todas las direcciones programáticas y en todos los campos de acción política, entre otros podemos citar:
• Reconocer y enmendar sobre nuestros desaciertos
• Rescatar y reafirmar el compromiso por los que menos tienen
• Remozar y actualizar nuestra declaración de principios
• Nuevos y fuertes términos sobre la transparencia
• Objetivos, metas y mediciones concretas
• Redefinición del ser liberacionista
• Renovación capacitación y acceso a jóvenes
• Equidad de género y representatividad de grupos por edades
• Y una nueva normativa estatutaria de cara a un partido pensando en:
1-) Identidad política,
2-) Vinculación en la organización civil,
3-) Un compromiso de formar nuevos y mas dirigentes jóvenes y de garantizar mínimo un 40% para ellos
4-) Una mayor participación de fuerzas vivas en la toma de decisiones del partido (en todos los niveles),
5-) Más democracia representativa, (en órganos PLN)
6-) Respeto de la militancia, y la obligatoriedad de contribuir con sostenimiento partidario,
7-) La eliminación de la llamada “mesa gallega”,
8-) Implementar las votaciones en línea con padrones cerrados,
9-) Eliminar las designaciones a “dedo”
10-) Eliminar los llamados diputados nacionales (en cualquier provincia)
11-) Redefinir nuevas formas de designación de nuestros candidatos y candidatas en todos los campos: presidencia, vice presidencias, diputaciones, alcaldías , vice alcaldías, regidurías, sindicaturas, concejos de distrito,
12-) Una mayor disciplina y rigurosidad partidaria para la selección de nuestros representantes a cargos de elección popular y a cargos de conducción política partidaria,
13-)La “desterritorialización” de los movimientos y sectores
14-) La creación de 5 nuevos movimientos (Municipal, Comunal, Educación, Empresarios y Profesionales) con representación en la Asamblea Nacional. En lugar de solo 4 movimientos de 9 plazas – tener 9 movimientos de 4 plazas (18 mujeres / 18 hombres)
15-) La creación de 22 nuevos sectores dentro de la Asamblea Plenaria : (44 plazas, 22 hombre / 22 mujer)
– 01 SECTOR AMBIENTALISTA
– 02 SECTOR INDIGENA
– 03 SECTOR CAMPESINO
– 04 SECTOR TERCERA EDAD
– 05 SECTOR PERSONAS CON DISCAPACIDAD
– 06 SECTOR INTER-RELIGIOSO
– 07 SECTOR PERSONALIDADES DEL PARTIDO
– 08 SECTOR SALUD
– 09 SECTOR PUBLICO
– 10 SECTOR ESTUDIANTIL
– 11SECTOR HABITACIONAL
– 12 SECTOR DIVERSIDAD SEXUAL
– 13 SECTOR AFRODESENDIENTES
– 14 SECTOR PEQUEÑOS COMERCIANTES
– 15 SECTOR CULTURA
– 16 SECTOR SOLIDARISTA
– 17 SECTOR SINDICAL
– 18 SECTOR ACADEMICO
– 19 SECTOR EMPRENDEDURISMO
– 20 SECTOR TECNOLOGIA
– 21 SECTOR TURISMO
– 22 SECTOR CONSTRUCCION
16-) La creación de los sub Secretarias Regionales
17-) La restructuración del secretariado ejecutivo
18-) La creación de la “fiscalía” del Tribunal de Ética
19-) La creación de Comisión de estrategia y mercadeo
20-) La creación de Comisión de Redes Sociales
21-) La creación de Comisión de Patrimonio (clubes)
22- La Modificación del calendario de los procesos y las etapas, (lo último la elección del candidato)
23- Finalmente a mayor control partidario del llamado “comité de campaña” tanto de la nacional como de las 82 (municipales), en todos los niveles.
De no realizar las transformaciones que la historia nos llama, estaremos condenados al envejecimiento político y la desaparición, como opción real de volver al Gobierno Central.
Tenemos que emprender el cambio hacia una ruta de transformaciones. Tenemos que tener el carácter, la valentía el compromiso y la determinación, de implementar una agenda de transformaciones Tenemos que realizar el mas grande esfuerzo de divulgación e información sobre los cambios que emprenderemos.
O cambiamos totalmente o desaparecemos.
Primero el PLN debe cambiar a todos los que tienen algún puesto en el partido, por gente joven.
Una vez antes, en público, le reclamé a Omar por qué no incluye al sector de los filatelistas. Si propone 22 sectores ¿por qué no cien?
Luis Fernando Díaz