Liberación Nacional 67 años de historia pero con un futuro comprometido

Ágora*

Guido Mora
guidomoracr@gmail.com

Guido Mora

No quiero escribir sobre la historia y los logros que ha obtenido, a lo largo de estos 67 años el Partido Liberación Nacional. Militantes y partidarios, analistas o académicos lo han hecho por mucho tiempo y posiblemente lo seguirán haciendo.

Mucho se ha expresado sobre la transformación del Estado, la modernización de Costa Rica y los grandes beneficios sociales, económicos y políticos que, con sus decisiones y sus acciones, forjaron sus líderes históricos, durante la segunda mitad del Siglo XX.
Algunos también han escrito y recuerdan los yerros; los problemas de corrupción y las faltas a la ética, que generaron o en que incurrieron también, algunos líderes de esta agrupación.

Pero un partido político, como cualquier otra organización social, no puede vivir rememorando las glorias del pasado: lo logrado -bueno o malo-, forma parte de la historia.
La permanencia y trascendencia de una organización política se sustenta en los programas que se diseñen, orientados a satisfacer los requerimientos de los ciudadanos, y a enfrentar y atender los desafíos de la sociedad presente y futura.

Tal como recientemente se lo expresé a uno de los jerarcas actuales del Partido Liberación Nacional, muchos costarricenses esperamos desde febrero, en que se produjo la segunda derrota electoral -y desde el 2014 en que se produjo la primera-, las propuestas para superar la crisis que enfrenta esta agrupación política y los planteamientos que permitan reconstruir en la conciencia de los costarricenses, la perspectiva de que el Partido Liberación Nacional es la organización política mejor preparada, para afrontar los desafíos de la Costa Rica del Nuevo Siglo.

Sin embargo, a ocho meses de la segunda derrota electoral consecutiva, los actuales líderes liberacionistas no ofrecen propuestas, que permitan iniciar un proceso de reconstrucción y remozamiento del Partido Liberación Nacional.

Pasados varios meses después de las elecciones, ni siquiera han realizado un análisis serio sobre las verdaderas causas de la derrota electoral, con el fin realizar una catarsis profunda; de sentar las responsabilidades ante los errores cometidos y de emitir un mensaje contundente, dirigido a los futuros candidatos y sus equipos, para que comprendan que el Partido es más que un medio del que pueden apropiarse momentáneamente, con el fin de alcanzar el poder.

El Liberación Nacional de hoy es un partido de pocas luces; una agrupación falta de ideas para enfrentar los problemas de la Costa Rica del Siglo XXI; un partido que se debate entre el discurso populista y los escritos ético-conservadores afines a grupos religiosos de múltiples denominaciones; una agrupación política distante de los intereses y las preocupaciones de los costarricenses y divorciada de la perspectiva progresista, que debería de ser el norte que oriente un partido socialdemócrata.

Liberación Nacional es un partido político con una historia gloriosa; marcó la construcción de la Costa Rica del Siglo XX, pero no puede continuar viviendo de las glorias del pasado.

Hoy, lamentablemente, no hay claridad sobre su propuesta, sobre su futuro o respecto del aporte que pueda realizar, como actor político los años venideros, para procurar, como lo establece en la Segunda Proclama de Santa María de Dota, “el bienestar del mayor número”.

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* El Ágora era el centro de la actividad política, administrativa, comercial y social de la antigua Atenas.

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