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Carlos Revilla Maroto
Estábamos en Calgary y viajamos a la ciudad de Banff, como a hora y media (127 km) por la carretera Trans-Canadá (Ruta 1), que atraviesa todo el país de este a oeste y pasa por esas ciudades. Es un viaje muy tranquilo por una excelente carretera de varios carriles. La ruta es totalmente escénica, con unos paisajes espectaculares, por lo que la hora y media de trayecto se pasan muy rápido.
Los parques nacionales de Banff, Jasper y Yoho están situados al oeste de Calgary y se extienden hacia el norte más de 480 kilómetros. Estos tres parques se unen con otros parques más pequeños para formar el área “Patrimonio de la Humanidad de los Parques de las Montañas Rocallosas”, una de las zonas protegidas más grandes del mundo. Sólo estos tres parques de Alberta atraen a casi siete millones de visitantes al año y la razón es su belleza: montañas escarpadas, praderas alpinas, cascadas espectaculares, glaciares, campos de hielo, cañones profundos y lagos de agua fría que parecen puertas a otro universo. Los uapitíes (ciervo canadiense), caribúes, muflones de las Rocosas y osos pardos y negros aparecen con frecuencia en esta zona para deleite de los aficionados a la fotografía, mientras que una serie de grandes hoteles construidos por Canadian Pacific Railway a finales del siglo XIX se incluyen entre los más bellos y clásicos de Norteamérica.
Banff fue el primer parque nacional de Canadá. Se fundó en 1885 en una diminuta parcela de algo más de 15 kilómetros cuadrados, pero ahora se ha convertido en un gigante de 4.275 kilómetros cuadrados y en el Parque más visitado de Canadá. Sus lugares más famosos son los lagos Louise y Moraine, ambos rodeados por altas montañas cubiertas de nieve que se reflejan en sus aguas verde jade (como resultado del limo rico en minerales que baja desde los glaciares). El lago Louise es el más famoso y junto a él se levanta el famoso hotel Fairmont Château Lake Louise, un suntuoso edificio eduardiano rematado por torretas que es probablemente el mejor hotel de las montañas rocallosas. El lago Moraine está situado a algo más de 10 kilómetros al este del Louise y es el lugar preferido de los que buscan una experiencia menos comercializada, pues cuenta con un sendero que rodea el litoral norte del lago bajo picos de 3 048 metros. Entre Banff y el lago Louise se encuentra el cañón Johnston, otro lugar perfecto para practicar senderismo, pues cuenta con un sendero que cruza acantilados de 30 metros, túneles excavados en la roca viva y puentes peatonales de madera y que se acerca a las proximidades de siete cascadas antes de llegar a su destino final: una serie de piscinas naturales de color esmeralda conocidas como Inkpots.
Escogimos la ciudad de Banff como nuestro centro de operaciones, un lugar sorprendentemente cosmopolita teniendo en cuenta que está ubicado en plena naturaleza. El pueblo es una belleza, no hay palabras, así que los invito a que vean la galería de fotos, donde se cumple definitivamente aquel dicho “una imagen vale más que mil palabras”, incluidas algunas tomas de noche que no tienen precio. Definitivamente en el paraíso hay montañas y hace frío.
Nuestro hotel era modesto en el centro de la ciudad, pero hay otros para los ricos y famosos como el hotel Fairmont Banff Springs, un lujoso complejo hotelero camuflado entre miles de pinos, que aloja a los huéspedes desde 1888, considerado el “Castillo en las montañas Rocosas», que muestra todo su esplendor y opulencia al sur del río Bow que cruza la ciudad. Se trata de otro regalo de Canadian Pacific Railway y goza de unas vistas fabulosas, un spa magnífico, un campo de golf profesional y un servicio excelente; pasamos a conocerlo y solo puedo decir ¡guau! que señor hotel.
Nos quedamos tres días completos en la ciudad, lo que nos permitió recorrerla a nuestras anchas, con tranquilidad. Todo es bonito y turístico, con unas edificaciones de ensueño. Las calles llevan el nombre de alguno de los animales del parque, como la calle Lobo, Caribú, o Búfalo, que fueron algunas de las que recorrimos.
El primer día conocimos un poco la ciudad, y el segundo fuimos a un paseo que ya teníamos un lugar llamado “Góndola”, que es un teleférico que lo sube a uno a la montaña Sulfuro, del que escribe en una próxima columna, pero si les dejo con un vista de la ciudad de Banff desde las alturas, que quita el aliento. El tercer día lo dedicamos para ir al famoso lago Louise, a unos 40 minutos (57 km) de distancia.
Hacia el norte, la carretera panorámica Icefields conecta el lago Louise, del que también escribiré una columna, con el Parque Nacional Jasper, pasando por un paisaje de ensueño formado por glaciares colgantes, profundos valles fluviales, cascadas, bosques subalpinos y el campo de hielo Columbia, que con casi 185 kilómetros cuadrados es una de las concentraciones de hielo más grandes al sur del círculo polar ártico.
Jasper es el parque nacional más grande de Canadá en las montañas rocallosas y ofrece un paisaje escarpado y un ambiente menos turístico. Cuenta con varios senderos que serpentean a través del estrecho cañón Maligne y también se puede practicar rafting en los ríos Athabasca y Sunwapta. Los aficionados a la pesca con caña se lo pasan en grande en el lago Malign (el más grande de los lagos alimentados por glaciares de las Rocallosas), mientras que las fuentes termales Miett le permitirán bañarse en piscinas naturales al aire libre, con bosques y montañas como telón de fondo.
Al oeste de Banff y Jasper se encuentra el Parque Nacional Yoho, cuyo nombre procede de una expresión de sorpresa y respeto del idioma cree. Con 815 kilómetros cuadrados aproximadamente, es más pequeño que los otros dos parques, aunque cuenta con 400 kilómetros de senderos magníficamente cuidados. Su historia está unida a la de Canadian Pacific Railway, que en 1909 abrió un par de túneles a través de las montañas. En la actualidad, se puede ver cómo los trenes entran y salen de los túneles desde el mirador Lower Spiral Tunnels, situado a 15 kilómetros al este de la ciudad de Field, que está situada en el centro del parque. En el centro de visitantes del parque se puede obtener información sobre el yacimiento de fósiles Burgess Shale, en cuyas cumbres se han descubierto criaturas de cuando el mar Cámbrico cubría esta región. Hay excursiones organizadas que salen desde la ciudad.
El lago Emerald está a 10 kilómetros al noroeste de Field y es el lugar más visitado de Yoho. Está bordeado de montañas, por lo que es perfecto para practicar senderismo y equitación y para montar en canoa. Los 24 chalés de dos plantas del refugio Emerald Lake son el mejor alojamiento del Parque. A unos cinco kilómetros más están las cataratas Takakkaw, que con una caída de 380 metros, son las segundas más altas de Canadá.
Las mejores épocas para visitar los parques son: de enero a marzo que se da la mejor temporada para esquiar en Banff; de finales de enero a principios de febrero por el festival Winterfest; de mediados de julio a mediados de agosto por el Festival de las Artes de Banff y septiembre y octubre por el follaje otoñal. Los meses de más turismo son julio y agosto. Nosotros visitamos los parques a principios de octubre.
El tren ha sido una muy importante en esta región, así que le dedicaré una columna completa, reseñando la estación de Banff, recientemente restaurada.
Preparé dos galerías: una local, de resolución media, con las principales lugares mencionados, y una con muchas imágenes en alta definición que subí a una álbum de Facebook.
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Con ayuda del libro 1.000 sitios que ver antes de morir, Patricia Schultz, mr ediciones.
