De una evolución positiva, hasta el Sionismo Cristiano y el Nacionalismo Cristiano (II)
Ocean Castillo Loría
VI
Como hemos podido ver, el aparato de construcción teológica del Sionismo Cristiano, es harto complejo. Y ese aparato está alejado de interpretaciones como las del catolicismo: no es el Israel étnico, el eterno y soberano; quien tiene esas características es Jesucristo, perfección de Dios (Catecismo de la Iglesia Católica, numeral 198).
La redención, no viene del Israel étnico, viene de Cristo, el nuevo Adán, nos concede la justificación y la salvación (Numerales 411, 532, 615, 623); por su parte, el ya citado Alfonso Ropero, nos dice que, los biblistas que se precian, no hablan de Israel, cumpliendo una misión esencial, en la historia de la salvación (Esto en su artículo: “Escatología y política. Israel reloj profético del fin de los tiempos”, del año 2024).
Ropero, nos recuerda que, Cristo, es el principio y fin de la creación y de la nueva creación. Del mismo modo, nos dice que Él, como segundo Adán, cubre todos los pueblos de la tierra, no únicamente a Israel.
El mismo catecismo nos dirá que la iglesia es:
- Familia de Dios.
- Pueblo de Dios.
- Cuerpo místico de Cristo.
- Sacramento de comunión.
- Esposa de Cristo.
- Necesaria para la salvación.
Del mismo modo, hay teólogos protestantes que, defienden la iglesia, como estructura en tiempo de salvación; en ambas corrientes de la Teología Bíblica, no se valora la restauración de Israel como centro salvífico, ordenado por Dios.
Respecto a la restauración del Estado de Israel, como acto divino, ya lo refutaba el teólogo protestante, William Hendriksen: al respecto, pueden verse los capítulos 32 y 33 de su libro: “La Biblia: el más allá y el fin del mundo”, del año 1984. Asimismo, este erudito, refuta interpretaciones del Apocalipsis, supuestamente, ligadas “al Israel de la carne” (Esto es claro en su obra: “Más que vencedores”, del año 2005).
De igual manera, debemos hacer constar que, ni siquiera entre los mismos dispensacionalistas, hay adhesión a la tesis del Sionismo, tal fue el caso de Arno C. Gabelein (1861 – 1945), esto porque no veía relación entre “la restauración del Estado de Israel” y la profecía.
Gabelein, llegaría a escribir que, el Sionismo es un compromiso político y filantrópico, y éste, no tiene relación con la Palabra de Dios. el Sionismo, no es creyente, no confía en Dios, está lleno de autosuficiencia.
Pues bien, al inicio de este trabajo, no quisimos entrar en detalles sobre Teología Paulina, pero ha llegado el momento: para hacerlo, iniciemos en Romanos 11: 17 – 18: este pasaje, es parte del segmento doctrinal, de la Carta del Apóstol San Pablo a los cristianos en Roma.
En este pasaje, el Apóstol de los Gentiles, nos dice que, precisamente los no – judíos, fueron “injertados en la raíz del árbol”, que es Israel. por tanto, participamos de su herencia y de sus promesas. Esto, fue fruto de la misericordia de Dios. pero, el cristianismo no es, judaísmo, espiritualizado.
El cristianismo, aunque suene redundante, está fundado en Cristo. Ese Cristo, que, a todos ofrece cobijo. En 1 Corintios 3: 11, se nos dice que, no se puede poner otro fundamento. En esta línea, hay un tema central en la Teología de San Pablo.
Él venía del judaísmo del siglo I: circuncidado, de la tribu de Benjamín, “hebreo de hebreos”, fariseo. Pero a partir de su encuentro con Jesucristo, todo cambió: la Buena Noticia es Jesucristo, de Él, viene una nueva creación.
Esto lo deja claro Pablo en su carta a los cristianos de Galacia: ya no importa la Ley de Moisés (“La circuncisión”); ni la falta de esa ley (“La incircuncisión”), sino, la nueva creación de Jesucristo (Gálatas 6: 15).
Conforme al Catecismo de la Iglesia Católica, en el bautismo, el Espíritu Santo nos renueva interiormente y nos permite participar en la vida de Dios, esto, a través, de la nueva vida en Cristo. Al final de los tiempos, toda la creación, será renovada (Numerales 493, 1214, 1265).
En suma, para Pablo el valor de la cruz de Cristo, no se compara con la Ley de Moisés, la cruz, es el final del mundo viejo y violento, de nuevo: es el comienzo de la nueva creación, en esa nueva creación, hay paz.
Por otra parte, no se puede perder de vista que, las cartas del apóstol, buscan responder a problemas pastorales de sus comunidades: véase que a Galacia, habían llegado cristianos “judaizantes”, es decir, cristianos que, decían que los gentiles, debían abrazar los mandatos de la Ley de Moisés. Lo que Pablo les dice, es que esa Ley, esos mandatos, son “parte del mundo viejo”.
Pablo, tiene claro, que, quienes así piensan, creen que son: “cristianos más serios y religiosos”. Con esto, ellos, buscaban no contender con los judíos del siglo I. Esto, les daba la condición de élite religiosa y social. No podemos dejar de notar que, actualmente, en el caso del Sionismo Cristiano, no dejan de darse este tipo de razonamientos. Los “judaizantes”, buscaban no ser perseguidos por los judíos, además, de enorgullecerse de su propaganda religiosa.
En síntesis, como lo dice Alfonso Ropero, lo que hace Pablo, es plantear un desafío: en Cristo, todo es nuevo. Se los dirá a los cristianos de Roma, en la carta que les dirige (Romanos 2: 28 – 29): la circuncisión, era un signo de la participación de Israel, en la antigua alianza, ella, les exigía guardar la Ley de Moisés (Que va más allá de los diez mandamientos e incluye, los mandatos que pueden encontrase en los libros de: Levítico, Números y Deuteronomio). Pero, la justificación, no viene de la Ley; viene de la redención de Cristo. Una vez más, en el caso del catolicismo, se recibe la justificación en el bautismo (Se borran los pecados y se nos conforma conteste a Cristo): entonces: “el bautismo es una circuncisión, pero del corazón” (Numeral 1150).
En resumen: la circuncisión en la carne, falsifica la fe en Jesús. En contrario, “la circuncisión del corazón”, lleva a la fe, que actúa por medio del amor (Esto se los dice a los cristianos Gálatas (Gálatas 5: 6); incluso a los cristianos en Roma, Pablo les dirá que, incluido Abraham, con quien se realizó la antigua alianza, fue justificado antes de ser circuncidado, lo que le justificó, fue su fe fuerte y heroica (Romanos 4: 10). De hecho, en el Antiguo Testamento, ya se hablaba de la “circuncisión del corazón” (Jeremías 4: 4; 9: 25; Deuteronomio 10: 16; 30: 6).
Por otro lado, esta actitud de los judaizantes, debe hacernos reflexionar: esto nos lleva a mencionar, cuando menos de pasada, otro tópico: ¿Cómo se presenta la fe cristiana?: ¿Cómo ortodoxia? O ¿Cómo experiencia, en donde Dios, realiza su voluntad?
Pues bien, a los cristianos de Corinto, en la línea de la tesis de “la nueva creación”, les dirá el de Tarso, que: en Cristo, somos nuevas creaturas, las cosas viejas, son propias del pasado, todo es hecho nuevo (2 Corintios 5: 17).
Una vez más, en el catolicismo, esa nueva creación, es futo del bautismo, éste nos limpia del pecado, que nos fue heredado de los inicios de la humanidad (Lo que, en la teología católica clásica, se conoce como “el pecado original”.).
Con esto, se revela una comparación entre el bautismo y la relación: “muerte – vida”, nos explicamos: al ser puestos en contacto con las aguas del bautismo, morimos sacramentalmente con Cristo y resucitamos con él al salir de las aguas bautismales: quienes pasamos por las aguas bautismales, pasamos a ser nuevas creaturas, con esto, la creación, puede compartir la redención de Cristo (Catecismo de la Iglesia Católica, numerales: 1213 – 1214; 1263 – 1265; 1999).
En otro orden de cosas, mientras desde el Sionismo Cristiano, se sigue haciendo divisiones en la humanidad, en el cristianismo veraz, ya no hay separaciones entre la gente. Y quien guía, es el Espíritu de Dios, no los deseos humanos (Deseos que son evidentes, en lógicas como las de la derecha y la extrema derecha).
Así, tal y como lo expone, Alfonso Ropero: este tema de la nueva creación, no tiene vínculos con Israel. como maestro de las Escrituras, Pablo va hacia la primera creación, repetimos: La redención, no viene del Israel étnico, viene de Cristo, el nuevo Adán, nos concede la justificación y la salvación (Numerales 411, 532, 615, 623).
En Romanos 5: 19, el Apóstol de los Gentiles, dice que, por la obediencia de Cristo, los que habían sido declarados injustos por Adán, eran reconstituidos en la justicia. Una vez más: el pecado de Adán, se trasmite a toda persona (El pecado original); en la Teología de la Salvación, Cristo, nos expía del pecado (Muere en nuestro lugar), pero muere, como si nosotros mismos muriésemos (Numerales 397, 411, 532, 615, 623).
A los Corintios, les expone que, Adán, es alma viviente y Cristo es: “espíritu vivificante” (1 Corintios 15: 45); el primero, es alma viviente, pues la vida, se la dio el creador. Cristo es el nuevo Adán, resucitó a una nueva vida, con esto, nos hace partícipes a los creyentes de esa vida (Numerales: 364, 411, 1015 – 1017).
Cristo resucita con su cuerpo glorioso, para vivir para siempre con su Padre y permanece en la comunidad eclesial (Iglesia), por medio de su Espíritu. He aquí la diferencia entre el “primer” y el “segundo” Adán.
Es decir: Jesús, nos da la vida que posee en sí mismo, véase la riqueza de la exposición de Pablo, para explicar el misterio de la resurrección (En teología católica, se entiende por misterio, algo que no está oculto, sino, que, por mero intelecto, no se puede alcanzar).
Ya entrados en el análisis y la reflexión teológica, es de hacer notar que, en Romanos 5, Pablo hace la comparación entre Adán y Cristo, para hablar de la justificación; en el pasaje de Corintios, que estamos analizando y reflexionando, Pablo está hablando de la resurrección.
En suma: también es clave ver lo siguiente: el cristianismo no es magia: es decir, el bautismo no anula la naturaleza del primer Adán; es decir, en la vida cristiana, hay una tensión, entre el primer y el segundo Adán.
Una vez más, Alfonso Ropero, nos presenta un buen resumen: Cristo, el segundo Adán, es el redentor y recapitulador, él abraza la creación caída, él es la cabeza y fuente de la nueva creación, en esta lógica, los primeros cristianos, entendieron la salvación, como un regreso, “al paraíso de antes del pecado”.
Véase que, Cristo no es solo el reconciliador de Israel, sino, de toda la creación. En Cristo son reconciliadas todas las cosas. Esto, lo expresa Pablo, a los cristianos de Colosas (Colosenses 1: 20): esa reconciliación, es fruto de la muerte de Cristo.
Véase que esta reconciliación, no es solo terrena, es un acontecimiento de orden cósmico. Pablo, lo que nos está diciendo es, que la obra llevada a cabo por el Hijo, muerto en Palestina en el siglo I, lleva a su pináculo, el orden del universo.
Y si regresamos al Antiguo Testamento, veremos que, los profetas previeron el Nuevo Pacto, la Nueva Alianza, esta que, supera la que intenta defender el Sionismo Cristiano: centrémonos ahora, en Jeremías 31: 31 – 33.
En este pasaje, se nos dice que: la nueva alianza prometida por Dios, no estaría escrita en tablas de piedra, sino, en el corazón humano. Se inaugura así, la vida de gracia. Para el catolicismo, esto permite que, por medio de la ley natural, se conozca básicamente, la existencia de Dios y los fundamentos de la ley moral.
En el catolicismo es claro: la nueva y eterna alianza establecida por Cristo, reemplaza la antigua alianza de la Ley Mosaica. Si vamos a la historia como herramienta auxiliar de la Teología Bíblica, nos daremos cuenta que, la alianza hecha con Moisés, fue renovada en diversas ocasiones: con Josué, con David, con Josías, con Nehemías.
Pero de nuevo: Jeremías, está anunciando una nueva alianza grabada en el corazón, sellada por el perdón de Dios, fortificada para proyectar su amor, a través del nuestro. Nótese que, la debilidad de la Ley de Moisés, es que no era capaz de transformar a los seres humanos. Como lo dijeran otros profetas (Ezequiel), Dios transformará los corazones de piedra, en corazones de carne, capaces de compadecerse con los pobres y sentir, como Dios siente. Por otra parte, es de hacer notar que, la Ley, no falla por culpa de Dios, falla por las constantes rupturas de Israel.
Jesús cumple la profecía de Jeremías, con su muerte y resurrección. Para el catolicismo, Cristo celebra anticipadamente la nueva alianza, en lo que conocemos como “la Última Cena” con sus discípulos. Los católicos, la hacemos presente en las Eucaristías o Misas.
Esto nos lleva a una de las ideas centrales de la Teología Bíblica Cristiana, de la que ya hemos hablado: el Israel étnico, no es el Pueblo de Dios, la alianza mosaica, que se interpreta de manera nacionalista, está caduca.
Así, acabamos de decir que: Jesús cumple la profecía de Jeremías, con su muerte y resurrección, para el catolicismo, Cristo celebra anticipadamente la nueva alianza, en lo que conocemos como “la Última Cena” con sus discípulos.
En el caso del protestantismo, sin la misma fuerza sacramental, se sabe que, la Nueva Alianza, está sellada con la sangre de Cristo (Marcos 14: 24; Lucas 22: 20; 1 Corintios 11: 25; Hebreos 8: 8; 10: 16). Estas corrientes protestantes, no dejan de compartir con el catolicismo, que, por esa Nueva Alianza, estamos y vivimos (Entre los prefacios de la Misa, hay una que dice: “en Él vivimos, nos movemos y existimos”. Estas frases, a su vez, vienen de Hechos 17: 28).
Veamos este tema de la Nueva Alianza, con una Teología, que viene de finales del siglo I: la teología de San Juan, el Evangelio de San Juan, tiene un prólogo, parte de ese prólogo, son los versículos del 14 al 17, del capítulo 1 de ese libro.
El versículo 14, nos dice que el Verbo se hizo carne: ¿Quién es el Verbo?: es Cristo, Cristo es Dios, el Verbo es Dios – Hijo; Él es consustancial al Padre, pero no es el Padre He aquí, una parte del Misterio de la Santísima Trinidad (Catecismo de la Iglesia Católica, numerales: 102, 240 – 242; 454).
Pues ese Verbo, se hace carne, lo que nos coloca ante otro Misterio Teológico: la Encarnación (Que es lo que celebramos en la Navidad); Jesucristo, es Dios – Hijo que se ha hecho carne, se ha hecho hombre.
En la Encarnación y por la Encarnación, decimos que: “Jesucristo es Dios y Hombre verdadero”: es decir, en Jesucristo, hay dos naturalezas y dos voluntades: la divina y la humana. El versículo 14, dice que ese Verbo Encarnado, “habitó entre nosotros”, en una traducción literal del griego, lo que dice es: “plantó su tienda entre nosotros” (El Nuevo Testamento, fue escrito en “griego común”).
Así las cosas, Dios buscó habitar con su pueblo, por dos formas:
- Por el Tabernáculo, que luego tendrá su sede en el Templo.
- Por Jesús, el Cristo, el Hijo – Encarnado.
Entonces: el Hijo – Encarnado, trae la presencia de Dios a la humanidad. Juan dice que, “hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre”: esto nos lleva a lo que dice el Concilio de Nicea (Que este año está cumpliendo su 1 700 aniversario), este credo nos dice de Jesucristo: “… engendrado no creado, consustancial con el Padre…” (Numerales 423, 445, 461, 466 – 469 y 2466, del Catecismo de la Iglesia Católica).
El versículo 16, nos dice: “…de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia”: Cristo, posee la plenitud del Espíritu Santo, por eso, Él, puede derramar las gracias necesarias para la santificación y la salvación sobre los que le reciben (Numeral 504).
El versículo 17, es esencial para el tema que estamos tratando en el presente ensayo: dice el versículo: “Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo”: véase que, la gracia y la verdad, nos han llegado por medio de Jesucristo: es Jesucristo, el que da plenitud a la ley de Moisés, ya hemos visto que, esto fue anunciado por los profetas (Numeral 2787).
Sigamos profundizando: hemos dicho que: Pablo, lo que nos está diciendo es, que la obra llevada a cabo por el Hijo, muerto en Palestina en el siglo I, lleva a su pináculo, el orden del universo. Si vemos estos versículos del Evangelio de San Juan, vemos que, en el fondo, el autor, está hablando de un “Cristo cósmico”.
Vean que, lo que estamos advirtiendo, es el pórtico, la puerta de la gloria en honor a Jesús. Él es el “decir y el hacer de Dios”, para Juan, es Jesús, el que crea el universo entero, esto, se liga con la tesis de Pablo: por eso, puede llevar al pináculo, el orden del universo.
Regresamos al concepto del “Misterio”: en sencillo: “Dios se ha hecho hombre”: esto es inaceptable para la razón humana, de hecho, el ateísmo, parece ser la tesis más aceptada en las Ciencias Sociales, por cierto, que, “lo inteligente, es no creer”.
Pero, la Teología Cristiana, nos presenta una verdad superior: la naturaleza humana es divina (Recordemos o sepamos que, fuimos hechos a imagen de Dios); pero para poder ser elevados a la naturaleza de Dios, requerimos de su ayuda: ¿Cómo nos ayuda Dios?: haciéndose carne, Encarnándose, haciéndose hombre.
Y de nuevo: esa Encarnación, es vía de salvación para toda la humanidad, no solo para el Israel presuntamente “bíblico – étnico”; de este modo, como diría el recientemente fallecido, Papa Francisco: “todos, todos, todos”, estamos invitados a compartir la gloria divina (Romanos 3: 23).
De lo dicho, queda prueba que, desde los primeros tiempos del cristianismo, era claro que: si el Hijo de Dios, no hubiera asumido la naturaleza humana, la humanidad no hubiera sido salvada realmente.
Por otro lado, ya hemos dicho que: Isaías 49: 6, habla de Israel, como “luz de las naciones”: será Jesús, el que cumpla este mandato: es decir, Jesús, verdadero hombre, nace en una situación particular (En Gálatas 4: 4, Pablo dice que, Jesús nace de mujer (María), nacido bajo la ley (De Moisés)); este Jesús es formado en una cultura (Los estudios básicos del judaísmo del siglo I), hablando la lengua de un determinado pueblo (El hebreo, se había convertido en lengua litúrgica y la lengua común, era el arameo).
Pero, es fundamental ver, que la divinización del ser humano, implica: que ese plan, se extendiera a toda la humanidad. esto nos lleva de nuevo, al tema del mesianismo: Sigmund Mowinckel, en su libro: “El que ha de venir: Mesianismo y Mesías”, de 1975, nos explica lo siguiente:
- En la supremacía del rey David, sobre los pequeños Estados, a lo interno y alrededor de palestina, los círculos religiosos nacionalistas de Israel, lo verían, como figura de la futura dominación universal sobre los pueblos.
- Luego, los representantes de la religión nacionalista, entre los discípulos del profeta Isaías (Hoy, gracias a los avances de la teología Bíblica, sabemos que, este profeta, funda toda una escuela profética); pues, los discípulos mencionados de Isaías: Habacuc, Nahúm y otros, confiaban en que las tribulaciones del pueblo bajo los dominios de los imperios asirio y babilonio, acabarían con la victoria de Dios, lo que equivalía al triunfo de Israel. lo cual alimenta un optimismo nacional.
- Desde la época de los profetas, se puede ver, una tensión entre el concepto nacionalista de la religión, y de la salvación, y el concepto universalista de Dios.
- En algún momento, las clases altas del pueblo, alimentarán más su fe, en el Mesías nacionalista. Lo mismo sucederá en la literatura rabínica, donde el judaísmo normativo, será de espíritu más nacionalista y mundano.
Por su parte, el teólogo, Seán Freyne, en su trabajo: “El cristianismo primitivo y las ideas mesiánicas judías” (Revista Concilium 245: “El Mesianismo en la historia”. 1993), nos dice que, Pablo pasará por alto, las asociaciones típicamente nacionalistas de la idea mesiánica, construyendo una esfera de carácter cósmico, cosa que ya hemos visto. Pablo, se separa de la normatividad que incidirá en el judaísmo rabínico, abrazará más bien, las características del género literario apocalíptico: Dios triunfa por Jesucristo contra los poderes del mal y el resurgir de una nueva era (Ya lo hemos visto). Esto alimenta la tesis del mesianismo universalista de Jesús.
En el caso del teólogo de la liberación, Jon Sobrino, en su artículo: “Mesias y Mesianismos: Reflexiones desde El Salvador” (En la revista Concilium, ya citada), expone: Jesús anuncia la verdad, esa verdad es el Reino de Dios. ese Reino, lo concreta por medio del amor, sintetizado en justicia y misericordia, además por el poder de su testimonio (La cruz); una vez más, el mesianismo que Jesús abraza, es un mesianismo pacífico y universal.
Sobrino, nos sigue diciendo que: Jesús expresa las esperanzas mesiánicas universales, que también se encuentran en el Antiguo Testamento, propiamente en los pobres, eso sí, con cambios respecto a teocracia, nacionalismo, exclusivismo, militarismo: esto es lo que se presenta en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. Eso es de singular importancia en el Nuevo Testamento: lo central es la relación de Jesús con el Reino de Dios.
En esta misma línea, los teólogos de la liberación, José Ignacio y María López Vigil, nos explican que: la esperanza del Mesías, que durante siglos había alentado al pueblo de Israel, fue concretándose de distintas maneras con el tiempo (Esto ya lo hemos visto).
Después de la resurrección de Jesús, los discípulos reconocieron en Él al Mesías, esto, porque su Pasión, muerte y resurrección, les mostró que, Él se identificaba con el siervo de la justicia, del que ya había hablado el profeta Isaías (Isaías 42: 1 – 4; 49: 1 – 6; 50: 4 – 9; 53: 1 – 12).
Es decir, en el cristianismo, el mesianismo de Jesús es: universal, pero también es el que está desligado de: el rey triunfador, el personaje celestial, misterioso o el profeta vengativo, propio de la visión nacionalista. Cuando las primeras comunidades cristianas, reconocieron en Jesús al Mesías, comenzaron a llamarlo también: “Cristo” (“Ungido en griego), su enviado, su bendito. (“Un Tal Jesús. S.f.).
Pues bien, hemos dicho muchas cosas en este acápite, por lo que, pasamos a resumirlas, para continuar:
- La redención, no viene del Israel étnico, viene de Cristo, el nuevo Adán, nos concede la justificación y la salvación.
- Él, como segundo Adán, cubre todos los pueblos de la tierra, no únicamente a Israel.
- En ambas corrientes de la Teología Bíblica (católica y protestante no Sionista), no se valora la restauración de Israel como centro salvífico, ordenado por Dios.
- De igual manera, debemos hacer constar que, ni siquiera entre los mismos dispensacionalistas, hay adhesión a la tesis del Sionismo, tal fue el caso de Arno C. Gabelein.
- Dicho esto, entramos en detalle, en la Teología Paulina:
a) El Apóstol de los Gentiles, nos dice que, precisamente los no – judíos, fueron “injertados en la raíz del árbol”, que es Israel. por tanto, participamos de su herencia y de sus promesas. Esto, fue fruto de la misericordia de Dios. pero, el cristianismo no es, judaísmo, espiritualizado.
b) A partir del encuentro de Pablo con Jesucristo, todo cambió: la Buena Noticia es Jesucristo, de Él, viene una nueva creación.
c) Ya no importa la Ley de Moisés (“La circuncisión”); ni la falta de esa ley (“La incircuncisión”), sino, la nueva creación de Jesucristo.
d) Para Pablo, el valor de la cruz de Cristo, no se compara con la Ley de Moisés, la cruz, es el final del mundo viejo y violento, de nuevo: es el comienzo de la nueva creación, en esa nueva creación, hay paz.
e) En síntesis, como lo dice Alfonso Ropero, lo que hace Pablo, es plantear un desafío: en Cristo, todo es nuevo.
f) A los cristianos de Corinto, en la línea de la tesis de “la nueva creación”, les dirá el de Tarso, que: en Cristo, somos nuevas creaturas, las cosas viejas, son propias del pasado, todo es hecho nuevo (2 Corintios 5: 17).
g) Tal y como lo expone, Alfonso Ropero: este tema de la nueva creación, no tiene vínculos con Israel.
h) Cristo no es solo el reconciliador de Israel, sino, de toda la creación. En Cristo son reconciliadas todas las cosas. Esto, lo expresa Pablo, a los cristianos de Colosas (Colosenses 1: 20): esa reconciliación, es fruto de la muerte de Cristo.
i) Si regresamos al Antiguo Testamento, veremos que, los profetas previeron el Nuevo Pacto, la Nueva Alianza, esta que, supera la que intenta defender el Sionismo Cristiano: por eso nos centramos en Jeremías 31: 31 – 33.
j) Jesús cumple la profecía de Jeremías, con su muerte y resurrección.
k) Esto nos lleva a una de las ideas centrales de la Teología Bíblica Cristiana, de la que ya hemos hablado: el Israel étnico, no es el Pueblo de Dios, la alianza mosaica, que se interpreta de manera nacionalista, está caduca.
l) La Teología Cristiana, nos presenta una verdad superior: la naturaleza humana es divina (Recordemos o sepamos que, fuimos hechos a imagen de Dios); pero para poder ser elevados a la naturaleza de Dios, requerimos de su ayuda: ¿Cómo nos ayuda Dios?: haciéndose carne, Encarnándose, haciéndose hombre. No en balde, en el Evangelio de Mateo, se dice que Jesús es: “Dios con Nosotros”.
m) Esa Encarnación, es vía de salvación, para toda la humanidad, no solo para el Israel presuntamente “bíblico – étnico”; de este modo, como diría el recientemente fallecido, Papa Francisco: “todos, todos, todos”, estamos invitados a compartir la gloria divina (Romanos 3: 23).
n) La divinización del ser humano, implica: que ese plan, se extendiera a toda la humanidad.
o) El mesianismo que Jesús abraza, es un mesianismo pacífico y universal.
p) Después de la resurrección de Jesús, los discípulos reconocieron en Él al mesías, esto, porque su Pasión, muerte y resurrección, les mostró que, Él se identificaba con el siervo de la justicia, del que ya había hablado el profeta Isaías (Isaías 42: 1 – 4; 49: 1 – 6; 50: 4 – 9; 53: 1 – 12).
Un ejemplo de ello, es la dimensión teológica del Evangelio según San Marcos: este autor, presenta el bautismo de Jesús, como unción mesiánica, en la línea del “Siervo de Dios”, presentado por Isaías. Jesús, es presentado en Marcos, como: hijo – siervo – profeta.
Entonces: el mesianismo de Jesús, no es el propio del nacionalismo, es una misión de servicio solidario, en la debilidad: de ahí la entrega de la vida; “y el fracaso de la cruz”, algo semejante, se presenta en la construcción del Evangelio según San Mateo.
En el caso del Evangelio según San Lucas, conforme Israel hace cada vez más evidente su falta de fe en Jesús, el camino cristiano se va dirigiendo a los gentiles, designado con la expresión: “confín de la tierra”, expresión que es tomada precisamente, del tercer poema del “Siervo de Dios”, del libro del profeta Isaías (Estas tesis son claramente presentadas por los teólogos: Rafael Aguirre Monasterio y Antonio Rodríguez Carmona, en su libro: “Evangelios Sinópticos y Hechos de los Apóstoles”, del año 1992).
Regresando al Evangelio de San Juan, la ley de Moisés palidece, ante la gloria de la revelación de Jesús: ese Jesús, Mesías universalista, pacífico, “Siervo sufriente de Dios”. Estas características, son parte, de la revelación de su amor de manera insospechada a los creyentes (Comentario al Evangelio de San Juan, en “La Biblia de Nuestro Pueblo: Luis Alonso Schokel: Biblia del Peregrino. América Latina”. II edición. 2006).
En ese Cristo, nos dice Pablo, están encerrados todos los tesoros de la sabiduría, y del conocimiento (Colosenses 2: 3); por ello, el múltiplemente citado Alfonso Ropero, dice que muchos andan como ciegos, buscando secretos hebraicos que no llevan a ninguna parte, sino llevan a construir la Nueva Creación, que es “Cristo en nosotros, la esperanza de gloria” (Colosenses 1: 27).
VII
Estamos observando otra visión del cristianismo en el tópico del tema de Israel: el teólogo de la Liberación, Juan José Tamayo, nos dice que, existe una “Teología Palestina de la Liberación”, que es poco conocida en Occidente.
Esta teología, viene denunciando la colonización de la que está siendo objeto Palestina, esto desde 1948, con la colaboración de los Estados Unidos. Ya hemos visto que, en el marco del Sionismo Cristiano, hay una mezcla de las categorías: “Pueblo Elegido” y “Tierra Prometida”, esto unido a la doctrina del “Destino Manifiesto” de los Estados Unidos (Como refutación a esta tesis, el teólogo estadounidense, Burge, dice que, la posesión de la tierra, no es una promesa incondicional, sino, que está supeditada a que Israel sea fiel a la alianza, y a la práctica de la justicia. El don de la tierra, se le retira a Israel, por desobedecer a Dios. Por otra parte, también se ha cuestionado, el concepto de “Pueblo Elegido”: en la línea de Burge, esa condición se perdería, cuando ya instalados en la tierra prometida, institucionaliza la opresión, con lo que se desprotege a los marginados: extranjeros, huérfanos y viudas).
Nos dice Tamayo que, uno de los principales cultivadores de la “Teología Palestina de la Liberación”, es el teólogo cristiano – palestino, Naim Stifan Ateek, él nació en el pueblo palestino Beisan, destruido por los judíos en 1948. Ateek, fue ordenado sacerdote Anglicano, en 1967, en 1985, tiene su doctorado en Teología.
En 1991, fundó en Jerusalén, el “Centro de Teología de la Liberación Ecuménica de Sabeed”, en su definición dice: que es un movimiento ecuménico popular, entre cristianos y palestinos, llamando a las comunidades cristianas de todo el mundo, a solidarizarse con el pueblo palestino y trabajar por la justicia.
En esta lógica, expresa que debe unirse el significado de la vida cristiana, con la vida cotidiana de todos los que viven bajo la ocupación israelí; pues ella implica: violencia, discriminación y crímenes contra los derechos humanos.
Entre sus libros principales, se encuentran (Traducción libre al español):
- “Justicia y solamente justicia: una Teología Palestina de la Liberación” (1989. Prologada por la teóloga de la liberación feminista, Rosemary Radford Ruether).
- “Un Palestino Cristiano: llanto por reconciliación” (2008. Prologada por el arzobispo anglicano, sudafricano, Desmond Tutu.)
Precisamente en 2008, en un discurso pronunciado por Ateek, en Oregón, Estados Unidos, definió la Teología Palestina de la Liberación, con las siguientes características:
- Contextual: es una praxis y reflexión, que surgen en el contexto de la opresión de Israel a Palestina.
- Liberadora: busca la libertad ante el colonialismo y la injusticia estructural, vividas por los palestinos.
- Ligada a la No Violencia Activa: por ella, defiende la justicia y la paz (Valga decir, que esto es importante para las escuelas de la paz, en el marco de las Ciencias Políticas y las Relaciones Internacionales).
- Ecuménica: convoca a todos los cristianos de Palestina, para construir una iglesia autóctona.
- Interreligiosa: reúne a creyentes en el Judaísmo, el Cristianismo y el Islamismo, en el trabajo por la justicia y la paz. Con esto, deja claro, que el tema del componente religioso, es fundamental para alimentar o resolver el conflicto (Lamentablemente, hay posiciones politológicas, que minusvaloran este componente).
- No se identifica con ningún partido político: es apartidista.
- Sustentada en la Biblia: ella señala el camino de la justicia y la liberación (Esta visión implica, que este modelo utiliza las herramientas de la Teología Histórico – Crítica y de la Liberación, con lo que se opone al literalismo, al fundamentalismo y a la visión del Sionismo Cristiano).
- Profética: en la línea de los profetas denuncia lo incorrecto (Desenmascara la injusticia).
- Crítica del Sionismo Cristiano: se opone a las visiones racistas y violentas que se justifican equivocadamente en la Biblia.
- Anti imperialista: se opone a los modelos teológicos que, sustentan visiones de tipo imperial (Ya hemos visto, que hay ópticas evangélicas, pentecostales y neo pentecostales, en esta línea).
- Política: se ubica entre las teologías políticas (Esta categoría merecería un trabajo aparte); pues cuestiona los sistemas políticos y sociales que, impiden la justicia y la reconciliación, entre israelíes y palestinos, proponiendo modelos políticos y sociales, basados en la igualdad.
Ahora bien, debe decirse que, en la Teología Latinoamericana de la Liberación, hay una visión “desde los crucificados de la historia”, eruditos como Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino, han profundizado en esta óptica.
Pues bien, la Teología Palestina de la Liberación, señala que, la visión exclusivista y violenta de Dios, no es completa, eso le permite avanzar hacia una “Cristología del Siervo Sufriente” (Algo de eso, ya hemos visto aquí, al hablar del “Siervo de justicia” y el “Siervo sufriente de Dios”. y como ya hemos visto, esa Cristología, se opone a la visión nacionalista dentro del Judaísmo y el Sionismo Cristiano).
De nuevo: como en el postulado del Concilio de Nicea, se confiesa que Jesucristo es Dios, pero no se olvida que es “hombre verdadero”: Jesús fue un judío, que vivió bajo la ocupación del imperio romano (recuérdese los inicios del Evangelio según San Lucas); los palestinos, viven bajo la ocupación israelí; los cristianos – palestinos, ofrecen resistencia No – Violenta a esa ocupación.
En el mensaje de Pascua del 2001, Ateek, mira en los palestinos oprimidos, a “Jesús, que vuelve a caminar por la vía dolorosa”: Jesús no tenía poder mundano, ante el imperio de su tiempo; los palestinos no tienen poder ante el binomio Israel – Estados Unidos; Jesús fue humillado (Hasta fue crucificado desnudo); los palestinos, son humillados en los puestos de control; Jesús fue profundamente herido en su carne; así es herida la madre Palestina que, no puede llegar a un hospital, así es herido el joven que no puede ir a estudiar, así es herido el padre y la madre de familia, que no pueden conseguir trabajo.
Con esto dicho: ¿De qué lado está Jesús, el siervo de justicia, el siervo sufriente?: de lado de los marginados, de los oprimidos, de los pobres, de las víctimas. Así como él sufrió la represión de las tropas romanas, así los habitantes de Palestina, sufren los bombardeos de helicópteros y tanques: para decirlo en lenguaje eminentemente cristiano: Jesús es de nuevo crucificado, con miles de palestinos.
Valga decir que, en América Latina, el teólogo de la liberación brasileño, Leonardo Boff, realizó un ejercicio semejante, mediante su obra: “Vía Crucis de la justicia”, publicada en 1986. Tanto Ateek como Boff, nos demuestran que, se requiere el discernimiento cristiano, para ver la gran cantidad de crucificados en toda la tierra.
Hombres, mujeres y niños, son crucificados, esto es evidente en los cinco continentes. El mundo, es un gran Gólgota. Las crucifixiones del sistema de dominación, lamentablemente, son eficientes (Los teólogos histórico – críticos, Marcus Borg y John Dominic Crossan, dicen que hay un sistema de dominación, basado en una política y economía egoístas; y una cultura opresiva). Referido al tema de Israel, ha quedado claro de qué lado está el sistema de dominación.
Ya lo hemos dicho, que la Teología Palestina de la Liberación, sigue la metodología de modelos liberadores con los que se emparenta:
- Análisis de la realidad sufriente del pueblo palestino.
- Juicio ético.
- Hermenéutica crítico – liberadora de los textos bíblicos.
- Estrategias de acción No – Violenta, en favor de la paz, en el marco de la ocupación de Palestina por Israel.
- La Teología Palestina de la liberación, critica de la Teología de la Liberación, digamos “clásica”, el que exalte el Éxodo, como experiencia de libertad, pero sin valorar la invasión violenta de Canaán.
- Rechazo a la interpretación Sionista de la Biblia: esto, porque hemos visto que, esa interpretación, alimenta las acciones discriminatorias, así como las políticas de expansión y militarización. En oposición, hay que recuperar la tradición profética de denunciar lo incorrecto y anunciar la esperanza. Esa esperanza, implica una relación: a mayor conocimiento de Dios, mayor práctica de la justicia. Entonces: ¿Se puede rescatar algo de la Ley de Moisés?: sí, la solidaridad con los grupos sociales más desfavorecidos de la humanidad.
- Si se observa el Antiguo Testamento, Dios reprocha constantemente a Israel, por sus prácticas opresoras e injustas, de esto, no habla el Sionismo Cristiano. En el libro del Éxodo, es claro que Dios está favor de los oprimidos: en la coyuntura del momento presente, los oprimidos, son los palestinos.
En este punto, vale la pena decir que, así como hay una Teología Palestina de la Liberación, hay una Teología Judía de la Liberación: basado en la introducción del libro: “Hacia una Teología Judía de la Liberación”, de Marc H. Ellis (DEI, 1988), podemos decir lo siguiente:
- La comunidad judía, ha estado marcada por el exilio, el nomadismo forzado y el lamento.
- >Ella ha heredado cosas al mundo:
a) Un monoteísmo desarrollado.
b) Una crítica social profética.
c) La conciencia de la presencia de Dios en la historia.
d) La creación de dos nuevas religiones en el mundo: el cristianismo y el islamismo.
Otra de las grandes herencias de los judíos, es la lucha contra la esclavitud, a partir de la experiencia del Éxodo. Solo como ejemplo, los cantos de los esclavos africanos en América, son ecos de esa experiencia. De igual modo, en el modelo “clásico” de la Teología de la Liberación Latinoamericana, se sabe que, esa experiencia del Éxodo es fundamental.
Ellis, dice que es contradictorio, que un pueblo que diera tan grandes herencias, recibiera en muchas ocasiones, un trato desdeñoso, este autor dice que, la valoración judía, debería pasar por ser considerada, como contribuyente de occidente (Conste, que, el Sionismo Cristiano, hace un énfasis en este tema, como ya lo hemos visto).
Eso sí, este teólogo, ya decía, a finales de los ochentas, que, por ejemplo, en la comunidad judía y de Israel en los Estados Unidos, en sus alianzas, cada vez se parecen más, a las estrategias que, en su momento se usaron para oprimir a Israel (Esto, también, ya lo hemos visto).
Ante esta disyuntiva (Fidelidad a la experiencia del Éxodo o su traición), escritores e intelectuales, como Walter Benjamín, insistían en que se debía ser fiel a la experiencia de la liberación de la esclavitud en Egipto. A ella, se une la experiencia del Holocausto.
En este ámbito, tanto los judíos expansionistas, como los Sionistas, traicionan el verdadero judaísmo. Ellis, dice que, frente a la fuerza que ellos adquieren, la comunidad judía dentro y fuera de Estados Unidos, vacila.
En su obra, Ellis, trata los siguientes tópicos:
- Comienza a reflexionar sobre el Holocausto: dice que, de esa etapa, surge una teología, de la cual, se puede derivar una ruta de futuro.
- Pese a ello, los teólogos del Holocausto, prestaron poca atención al tema de cómo la teología, tiene relación con el tópico de acceso al poder.
- Por ello, habla Ellis del tema ético, donde descubre que, la ética profética, sigue siendo escuchada, pero de manera exiliada.
- En este contexto, estudia el tema de las Teologías de la Liberación. En esto, Ellis, es crítico al decir que, el cristianismo tiene una larga historia de abusos y opresión hacia la comunidad judía. Pero, esas teologías, son las que portan la herencia judía del Éxodo, los profetas, el rechazo a la idolatría. El autor, plantea el desafío: ¿Se optará por esa herencia para recuperar la propia historia y el testimonio de Israel?
- Se retoma el tópico del Holocausto, pero junto a otras experiencias de sufrimiento en el mundo.
- A partir de allí, estudia a algunos de los que llama “judíos disidentes” (Etty Hillesum y Martin Buber), pues ellos hablan de la presencia de Dios en la terrible etapa del Holocausto, así como los vínculos entre los judíos y los palestinos, en el territorio de los segundos.
- Con esto, el teólogo, puede hablar de la construcción de una Teología Judía de la Liberación.
Ahora, ¿Por qué hemos hablado de la Teología Judía de la Liberación, cuando estamos exponiendo sobre el modelo liberador de teología palestina?: porque el ya citado, Juan José Tamayo, dice que Ellis, hace un paralelismo, entre la etapa del “Constantinismo cristiano” (Representó una alianza entre la iglesia y el imperio romano que cambió la dinámica política y religiosa, estableciendo una relación estrecha entre poder espiritual y secular) y, lo que el autor en análisis y reflexión, llamará el “Constantinismo judío”, esto como fruto del sionismo político: esto fue un colapso de la herencia profética: ¿El resultado?: la opresión del pueblo palestino.
Como puede verse, la Teología de la Liberación Palestina y la Teología de la Liberación Judía, tienen puntos en común: la primera, sigue levantando la voz, contra el genocidio en Gaza. Un ejemplo es el del teólogo luterano palestino, Munther Isaac, quien, la víspera de Navidad, pronunció un impactante e interpelante sermón, titulado “Cristo bajo los escombros”, allí dice que, la Navidad del 2024, fue de luto. Esto, como consecuencia de la aniquilación, del genocidio.
Isaac, dirá que, si lo que está sucediendo en Gaza, no nos sacude en lo más profundo de nuestro ser, nuestra humanidad, está en entredicho. “Si no lo llaman genocidio es un pecado”, dijo el luterano. De igual modo, prácticamente dice que, si se legitima el Sionismo Cristiano, el testimonio y la credibilidad del mensaje evangélico, están en duda. Además, habla de iglesias, que ni siquiera, refieren de un alto al fuego.
En esta denuncia, tampoco libró a los occidentales, les (nos), lanza la pregunta: “¿Dónde estaban cuando Gaza estaba pasando por un genocidio?; incluso, Isaac, dijo que: “…no queremos más sermones, sobre derechos humanos o derechos internacionales”.
Expresó su indignación por la complicidad de la iglesia, incluso desde antes de la actual coyuntura del conflicto: desde antes: “…el mundo miraba en silencio”. Si vemos este sermón, en su dimensión profética, notamos que el tópico de denuncia es claro y hasta descarnado.
Pero también anuncia la esperanza (La otra parte de la profecía, como escuela socio – religiosa): “Nosotros, los palestinos, estaremos bien, nos recuperaremos, nos levantaremos de nuevo en medio de la destrucción, como lo hemos hecho siempre”. Frente a esta esperanza, retoma la denuncia: a los cómplices de lo que está sucediendo, les dijo: “Siento pena por ustedes. ¿Se recuperarán de esto?”.
Isaac, finalizará pidiendo a la feligresía, repetir: “Detengamos este genocidio ya”; también pidió repetir: “Exijamos la liberación de los rehenes”; en este contexto, el pastor luterano, dirá que hoy: “Gaza se ha convertido en la brújula moral del mundo” (Lo cual, podemos contrastar con el concepto del Sionismo Cristiano, de “Israel como reloj profético”, que ya hemos expuesto).
VIII
Pues bien: estamos viendo que hay “otro cristianismo”, un cristianismo liberador, un cristianismo, opuesto a la mercantilización de modelos como el de la Teología de la prosperidad. Este cristianismo, está tratando de recuperar la radicalidad ética de Jesús.
Como hemos visto a lo largo de este trabajo, para hacer un análisis y reflexión teológica a profundidad, se debe abordar el tema mitológico, y, en el caso de ciertos modelos teológicos, hasta combatir las manipulaciones históricas.
En ese contexto, se debe recuperar la historicidad del cristianismo: una vez más, los teólogos histórico – críticos, Marcus Borg y John Dominic Crossan, dicen que hay un sistema de dominación, basado en una política y economía egoístas y una cultura opresiva. Frente a éste, el cristianismo, es un movimiento igualitario, que aparece en los márgenes de la sociedad antiimperial.
Pero, también hemos hablado del “Constantinismo”, con lo que, ese movimiento, pasó a ser una religión clerical, patriarcal y jerárquica. Es el momento de la unión del imperio con el cristianismo. La religión cristiana, que había empezado en las casas de los creyentes, pasa a los templos, con lo que, las mujeres pierden sus puestos de liderazgo.
Y como ya hemos visto mucho más adelante en el tiempo, actualmente hay una especie de secuestro, de ciertos sectores del cristianismo, por parte del fascismo, con lo que ideológicamente, implanta antivalores de: odio, venganza, la intolerancia y la dialéctica: amigo / enemigo.
Por si fuera poco, el conflicto de Oriente Medio, se desarrolla en medio de un ambiente de violencia estructural (Pobreza); la crisis de la democracia, que, en muchos países (Es el caso costarricense), está sometida a la dictadura de mercado y el militarismo, que convierte al mundo “en un gran incendio”.
Súmese, la depredación ecológica, la violencia de género, la colonización (De la que hemos visto características en el tema que estamos tratando, donde por momentos, hombres y mujeres, tanto judíos como palestinos, dejan “de ser”).
En el marco de la globalización, hay tensiones a favor y en contra, dentro de las cuales, se encuentra el “choque de civilizaciones”, la mercantilización de la vida, el racismo, la xenofobia, los fundamentalismos y dogmatismos políticos, económicos y religiosos.
Dentro de esos dogmatismos económicos y políticos, se nos dice que, por la vía de la competencia, sobreviven los más fuertes (El “Darwinismo social”), lo que está llevando a un capitalismo sustentado en la muerte (Necro capitalismo).
Además, como ya lo hemos visto, el neo populismo de derecha, subraya el supremacismo blanco, la injusticia global, la negación del valor de las culturas; y el fascismo unido a estos sectores del cristianismo como: “verdadera religión”.
Frente a esto, las teologías de la liberación, buscan y presentan la radicalidad del cristianismo. Esa radicalidad, no navega por “el estado líquido” de las actuales actitudes políticas, económicas, sociales y culturales (Sygmunt Bauman).
Para entender esa radicalidad, solo mencionamos algunos ejemplos:
- Jesús de Nazaret: modelo de cómo puede vivirse una religión desde la libertad, desde el enfrentamiento al sistema de dominación de su tiempo.
- Francisco de Asís: ejemplo del pacifismo, la eco – fraternidad y el desprendimiento.
- Las místicas y los místicos (Tema que merecería un trabajo aparte).
- Bartolomé de las Casas: defensor de las comunidades indígenas (Y, por cierto, del que prácticamente no se habla desde las Ciencias Sociales, quizás, salvo en ciertos enfoques históricos).
- Juan de la Cruz, quien, por su misticismo, sufrió cárcel.
- Teresa de Jesús: Mística y reformadora dentro del catolicismo.
- Sor Juana Inés de la Cruz: cuya obra se opone al patriarcalismo.
- Simone Weil: Mística dentro de la clase trabajadora.
- Dietrich Bonhoeffer: Místico martirizado por los nazis.
- Martin Luther King: defensor de los derechos civiles de la comunidad negra.
- Monseñor Oscar Arnulfo Romero: mártir por la defensa de los derechos de las mayorías populares, crítico de la unión entre los poderes hegemónicos opositores contra el pueblo.
- Leónidas Proaño: defensor de la ecología y de los pueblos indígenas.
- Pedro Casaldáliga: obispo, poeta, místico, revolucionario, internacionalista. Defensor de los peones, de los indígenas, de los mártires, de las mujeres, de los negros, de los sistemas ecológicos.
- Ignacio Ellacuría: filósofo y teólogo de la liberación, quien como ya hemos visto, presenta a los pobres como “lugar teológico”, y planea alternativas, frente al capitalismo salvaje.
- Berta Cáceres: defensora de los derechos de la tierra, violados por el extractivismo.
- El Papa Francisco: del que fue evidente su visión contra el actual sistema de dominación y, por su defensa de la ecología. En esa defensa, dirá que, el Norte, tiene una deuda ecológica con el Sur, que se niega a pagar, mientras que obliga a los pueblos empobrecidos a pagar su deuda externa, que se ha convertido en deuda eterna.
Con estos ejemplos, es claro que, desde el cristianismo liberador, se puede ir a las raíces antropológicas del: convivir, del vivir, del ser (He aquí la esencia de la radicalidad de la que venimos hablando).
Pero podemos ir más allá: recatar las raíces del sentir y del sentir común, recuperando el fondo ético de “las Bienaventuranzas” (No se olvide que, Gandhi, las consideraba el mejor programa social); véase que, más que las visiones “evangelicalistas” o de “Sionismo Cristiano”, lo que hay que hacer, es ir a las raíces de “la Buena Noticia” (Evangelio) de Jesús, e insertarla en nuevos ambientes culturales.
¿Y cuáles son las raíces evangélicas de las que estamos hablando?: regresamos en mucho aquí a las tesis de Borg y Crossan, así como del ya citado, Juan José Tamayo:
- Una economía para la solidaridad: incluso, los Padres de la Iglesia (Teólogos desde el cierre del Nuevo Testamento, hasta los Concilios de Calcedonia o el segundo de Nicea), dicen que: “el rico es ladrón o hijo de ladrón”. En la Encíclica: “Evangelii Gaudium”, el Papa Francisco decía que, el neoliberalismo, es injusto en su raíz, y llegó a aseverar que, la economía de la exclusión e inequidad mata.
- El Evangelio como buena noticia de liberación: a los empobrecidos, a los oprimidos, a los vulnerables en el sistema de dominación. Obviamente, esto es mala noticia para los empobrecedores, los opresores, los abusadores. De ahí los mártires.
- La denuncia profética del poder: económico, político, social, cultural y de quienes lo detentan; así como la negativa a aliarse con ellos.
- La sensibilidad hacia el sufrimiento: la compasión con las víctimas y lucha contra las causas que generan el sufrimiento eco – humano.
- La memoria subversiva de la Pasión de Cristo, es el tema de los crucificados del que ya hemos hablado.
- El principio misericordia (Expuesto magistralmente, por el teólogo de la Liberación, Jon Sobrino): a los crucificados de la tierra, hay que bajarlos de sus cruces.
- La gratuidad y la generosidad frente al egoísmo y el mercantilismo, así como el agradecimiento, por lo recibido.
- La experiencia mística, la apertura, la contemplación, el respeto al Misterio que nos circunda.
- El encuentro gozoso con la naturaleza de la que formamos parte, practicando la ética del cuidado (Papa Francisco).
- La esperanza resilente: se asume el lado negativo de la existencia humana, incluido el fracaso, pero no se deja vencer por el miedo.
- La utopía del Reino de Dios, como proyecto de sociedad alternativa (Borg y Crossan, hablarán de una política de servicio, una economía para la solidaridad y una cultura, que, basada en el servicio, lleva a la verdadera libertad).
- La resistencia frente a las injusticias, y no la sumisión.
- El trabajo por la paz, inseparable de la lucha por la justicia; y la no violencia activa, en la resolución de conflictos.
- La vulnerabilidad, la fragilidad y la interdependencia como dimensiones fundamentales del ser humano.
- La austeridad compartida, frente a la acumulación de los bienes, y su disfrute egoísta.
- La comunidad de iguales sin discriminación de género, identidad sexual, etnia, cultura, clase social y religión.
Repetimos: en el marco de la globalización hay tensiones a favor y en contra, dentro de las cuales, se encuentra el “choque de civilizaciones”, la mercantilización de la vida, el racismo, la xenofobia; los fundamentalismos y dogmatismos políticos, económicos y religiosos.
Los discursos de odio, toman como objetivo, a los desplazados, inmigrantes y refugiados. En lo que se consideran países desarrollados, imperan el racismo y la xenofobia, en donde juegan un papel, los gobiernos neo – populistas de derecha. Los migrantes, solo valen como fuerza de trabajo, pero nada más. Esto, incluso, alimenta la violencia.
Una vez más, en las características del neo – populismo de derechas, se insiste otra vez, que, los migrantes causan crisis en los mercados de trabajo, el ser actores de la inseguridad ciudadana, de los conflictos sociales. En suma, de ser desestabilizadores de las relaciones sociales.
En esta lógica, regresamos al círculo de apoyo, entre los partidos políticos de derecha y extrema derecha, con movimientos religiosos integristas y fundamentalistas. Frente a esto, el cristianismo liberador (Por lo menos algunos teólogos), hablan hasta de un cristianismo hospitalario. Y quien encarnó estas acciones, fue el Papa Francisco.
Valga decir que, en esto, también hay un retomar de la legislación que se encuentra en el judaísmo, incluso, en el discurso escatológico de Jesús, éste llegará a decir: “Era inmigrante y me acogiste” (Mateo 25: 35). El teólogo brasileño, Luis Carlos Susin, ha llegado a expresar que: “la hospitalidad debe ser el alma de la comunidad cristiana”.
Entonces, una vez más: ya hemos visto el rol de Trump en todo esto, tanto en sus críticas al Sionismo Cristiano, como en el posterior apoyo que ha recibido. Tamayo, ha dicho que, Trump hoy, es el gran referente del teísmo político que: está manipulando a Dios, la Biblia, el cristianismo, la falsificación de la religión, en pro de los intereses aislacionistas de Estados Unidos; y de los tecnócratas que gobiernan con él.
Por su parte, la Unión Europea, no ha sido firme frente a Trump, sino, que ha sido dominada por el miedo, la tibieza, y en algunos miembros, hasta la sumisión. Europa hoy, dice Tamayo, “es un continente sonámbulo, sin norte.”.
La respuesta a todo esto, viene del cristianismo liberador, frente a Trump, se han plantado: líderes, colectivos y organizaciones cristianas. Ellos, han denunciado la inhumanidad de sus políticas económicas, tanto a nivel interno como externo. Además, proponen alternativas desde las teologías histórico – críticas o de la liberación, sin olvidar que, Papas como Francisco o León XIV, hablaron y hablan, desde la Doctrina Social de la Iglesia.
Veamos ejemplos en esta línea:
- Marian Budde: Obispa Episcopal de Washington: en su sermón de inicio de gobierno, no legitimó a Trump, por el contrario, señaló la visión del Presidente, sobre los migrantes y los grupos de la diversidad sexual. Budde, le exigió al gobernante, compasión hacia los migrantes, aquellos que pagan impuestos, aquellos que generan buena convivencia, aquellos que trabajan fortaleciendo la economía.
- El Papa Francisco: quien le enviara una carta al Episcopado Católico de Estados Unidos, calificando las deportaciones masivas de migrantes, de atentado contra la dignidad de hombres y mujeres, a quienes debilita y hace vulnerables. Con esto, el recién fallecido pontífice, llama a “evitar muros de ignominia”, que son los que tanto gustan a los neo – populistas de derecha.
- El Cardenal McElroy: quien desafía a Trump, al decir que, sus políticas migratorias: son “guerra de miedo y terror, que no pueden tolerarse”. El Cardenal levanta la voz, contra la miseria y el sufrimiento, que esas políticas fomentan.
- La política de Trump, apoyada por el Sionismo Cristiano, ha sido señalada por el colectivo: Kairós Palestina.
- Papa León XIV: desde la escogencia de su nombre, el Papa Prevost, ha enviado el mensaje de su interés por la justicia social; y en ese interés, su predecesor, León XIII, hablaba del derecho de las personas a migrar, en busca de seguridad y una vida digna. Punto aparte, de que, en mucha de su agenda, está siguiendo los pasos de Francisco. Ya León XIV, ha hablado de: “construir puentes”. El hermano carnal del Papa, John Prevost, ha dicho a la prensa que, León XIV, no está conforme, con lo que está sucediendo en Estados Unidos. Los asesores de Trump, tienen claro que, León, no es partidario del Presidente, así lo ha dicho, por ejemplo, Laura Loomer (“Influencer” y activista pro Trump). Ella, ha expresado que, el Papa “es un marxista total”. Por su parte, Steve Bannon, ha dicho que es chocante que se haya electo Papa, a un opositor del gobierno.
Aprovechemos este momento, para hablar de los Papas Francisco y León XIV, en el actual escenario geopolítico: para ello, debemos retomar un concepto, que, por lo general, olvidan las Ciencias Políticas, a saber, que, el catolicismo no es solo parte de la religión cristiana, ese catolicismo tiene un Estado: el Papa es jefe de Estado. Por tanto, juega un papel importante en la política internacional. Esto lo dejó claro Francisco, en sus distintas intervenciones.
En ellas, se ubicaba una metáfora del sufrimiento sistémico de la injusticia estructural de las clases sociales; y de los pueblos oprimidos, provocados por los distintos sistemas de dominación, que actúan en alianza y complicidad: capitalismo, colonialismo, fundamentalismo, imperialismo, patriarcado, racismo, supremacismo blanco y xenofobia.
Esa metáfora era: “el sur global” (Recuérdese que ese “Sur”, partía del área geográfica de donde venía el Papa. El significado metafórico, lo ha explicado muy bien, el científico social portugués, Boaventura de Sousa Santos). Será en el sur geográfico y metafórico, donde están las periferias humanas, a las que se dirigió Francisco.
Una vez más: desde allí, habló de las desigualdades producidas por el neoliberalismo, éste ha colaborado con la producción de empobrecimiento y subdesarrollo. Y Francisco, fue más allá: ese sistema económico mata y ese sistema viene geográficamente, del Norte global.
Del mismo modo, criticó el colonialismo cultural de Occidente. Por ejemplo, al tratar de imponer la democracia en estructuras tribales como las de Irak (Sobre esta coyuntura, no debe olvidarse que, el entonces presidente, GW Bush, buscó versículos bíblicos, para justificar su guerra) y Libia.
Pero, además, Francisco, relacionaba ese colonialismo, con el terrorismo. Es el colonialismo el que genera la violencia. De ahí que, poniéndose de lado del Tribunal Penal Internacional y de las organizaciones internacionales de los Derechos Humanos, calificó los ataques de Israel contra Gaza, de genocidio (Valga decir que, por esa condena, muchos sionistas cristianos, dicen que, Dios castigó al Papa, con la muerte).
El camino queda pues, bien marcado para León XIV. Por ello, ha defendido la paz desarmada y desarmante, la que unió con la justicia. He aquí la tesis principal de León; ante Netayanhu, Putin, Trump o la Unión Europea. Esta es la tesis de León, ante los 56 conflictos armados que hay en el mundo, en el que hay involucrados 92 países.
En esta misma línea, es su defensa de los inmigrantes y los refugiados. Por esto, León XIV, habla de la hospitalidad. Otro punto en común, es la iglesia, como constructora de puentes y el diálogo siempre abierto. Así se combate la polarización neo – populista.
IX
Ahora bien, en este trabajo, hemos visto la interpretación errónea del testimonio bíblico, con lo que, se eliminan miles de años de cultura e historia palestinas. En oposición, una recta interpretación, de ese testimonio, reivindica el inalienable derecho del pueblo palestino a vivir libremente y con dignidad en su patria.
Por otra parte, veamos este tema clave: desde la izquierda materialista, se insiste constantemente, en que, “la religión es el opio del pueblo”, esta cita, permite posiciones acríticas sobre la relación: socialismo científico – religión: es muy triste, que quienes hablan así, desconocen el impacto de la Teología de la Liberación. Las corrientes y modelos, que se ubican en la esfera de este modelo, no son, no pueden ser “opio del pueblo”.
Por su parte, las posiciones “evangélicas, pro Sionismo Cristiano”, entran en el riesgo de caer en la irrelevancia cultural y social; en la pérdida de sentido. Esa pérdida, que se observa en el apoyo a los asesinatos del ejército israelí en Gaza, esto, en escuelas, lugares de culto, hospitales, campos de refugiados, en casas. Asesinatos, de niños y adultos.
El evangelicalismo pro Sionismo Cristiano, está aliado a la destrucción, la humillación, el dolor, el sufrimiento, la desolación y la impotencia. Pero conste, en las guerras no hay buenos ni malos (así hemos visto que lo ha dejado claro, Munther Isaac): no es cuestión de números, pero, el 7 de octubre del 2024, Hamás, asesinó a 1200 israelíes; y como respuesta (Cifras a marzo de este año, publicadas por el Ministerio de Salud de Gaza): al menos 50 021 palestinos, han muerto y, 113 274, han sido heridos.
Por su parte, en el “Informe Mundial 2025”, de Human Rights Watch, se expone que: casi 6 200 personas, incluidos 2700 niños, han sido desplazados de sus hogares en Cisjordania desde el 7 de octubre, debido a demoliciones de viviendas o ataques por parte de fuerzas militares israelíes, que destruyeron sus moradas, por no hablar de otras formas de violencia.
En suma: ¿Es que hay distintos valores de vidas?: ¿Valen más las ucranianas y las israelíes, que las palestinas?: ¿Es que el Derecho internacional es selectivo a la hora de ser aplicado?; y de nuevo: en medio de la matanza, Netanyahu, estuvo en Estados Unidos, y estrechó las manos de católicos, como Joe Biden y de judíos como Blinken.
En justicia: los rehenes israelíes deben ser liberados (El pasado 5 de junio, se informaba que, cadáveres de dos de ellos, habían sido recuperados y trasladados a Israel); de igual manera, el pasado 27 de mayo, 300 escritores francófonos, exigen llamar “genocidio”, los ataques israelíes en Gaza.
Genocidio, masacre, crímenes de guerra, un nuevo “Apartheid”: de esto no hablará el cristianismo evangelicalista pro Sionista Cristiano. Frente a esto, el cristianismo de corte liberador, no es equidistante, no es neutral, no es silencioso.
Asimismo, cuando se leen obras como: “La idea de Israel: una historia de poder y conocimiento” (Del año 2015), y “Los palestinos olvidados: historia de los palestinos de Israel” (del año 2017), del historiador israelí, Ilán Pappé, se puede concluir que, hay que reconocer dos eventos inseparables:
- El coloniaje al que viene siendo sometido Palestina, esto, desde hace décadas, por medio del sionismo religioso, que es la base ideológica de las sucesivas masacres; y la consideración de la resistencia palestina en el marco de la lucha anticolonial. No se está ante un conflicto del tipo “guerra”, sino, ante un conflicto entre: “colonizadores y colonizados”: para el autor, la salida es poner fin, al proyecto colonial de Israel sobre Palestina.
- La violencia solo puede eliminarse, cuando se elimine la ideología y la práctica del Estado colonialista israelí, que cuenta con el apoyo del Sionismo Cristiano, esto para vergüenza de comunidades de fe, que deben distanciarse de estas posiciones. Para terminar esa ideología y práctica, debe construirse (Dice Pappé), un movimiento de solidaridad internacional, para con Palestina.
En esta línea, el Consejo Mundial de Iglesias (CMI, es la mayor y más representativa, de las muchas expresiones organizadas del moderno Movimiento Ecuménico, cuyo objetivo es la unidad de los cristianos). Hablará de un alto al fuego permanente en Gaza, permitiendo un acceso humanitario permanente en la zona (Esto, por medio de un pronunciamiento publicado en junio del 2024).
Valga decir que, ese pronunciamiento, es equilibrado, tanto en la solicitud de la libertad de los rehenes capturados por Hamás, como en el resguardo de los derechos humanos a la población palestina.
Del mismo modo, comparte la tesis de Francisco, en el sentido de las características genocidas del conflicto. Para el juicio de ese genocidio, el Consejo Mundial de Iglesias, confía en la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional.
Además, el documento del CMI, habla del mismo valor de las vidas de las víctimas israelíes y palestinas. En este marco, el Consejo, habla del rol profético de las comunidades de fe en la zona, para promover los derechos humanos, la justicia, la dignidad, la autodeterminación, la democracia y la paz en toda la región.
También dice el CMI: “Instamos a nuestras iglesias miembros a abordar el desafío del sionismo cristiano en sus propias comunidades, que absuelve al Estado de Israel de sus responsabilidades legales y morales, y victimiza al pueblo palestino, incluidos los ciudadanos cristianos palestinos de Tierra Santa”.
Pese a estos llamados, Netanyahu, en marzo de este año, insistía en que los bombardeos iban a continuar. En esto, cuenta con el apoyo del sionismo político de su país y el Sionismo Cristiano. Pero, ya hemos visto que, para el cristianismo liberador, ese Sionismo, defiende una teología herética, que fomenta el desarraigo violento de familias y comunidades enteras, de las tierras que han cultivado y en las que han vivido durante siglos.
Por su parte, Trump, ha nombrado para su segunda administración, a Paula White, al frente de la creada recientemente: “Oficina de la Casa Blanca para la Fe”, una agencia creada bajo el argumento de “fortalecer a las familias estadounidenses”.
Ya, con el mencionado sector de la derecha cristiana de su partido, Trump, olvidó aquello de que: la derecha cristiana promovía sus propias causas, bajo el manto de: “salvar a los judíos”: para 2024 y 2025, el entonces candidato y hoy presidente, habla de: “mis hermosos cristianos”.
Y ellos, creen que, Trump, es una especie de medio, para lograr “un nacionalismo cristiano” (Un movimiento político – religioso, que surge con la intención de crear una nación cristiana y perpetuar la narrativa de que Estados Unidos, fue alguna vez una nación cristiana, pero ya no lo es, por las acciones de las izquierdas culturales y políticas. Incluso, históricamente, hay sectores estadounidenses, que dicen que ese país, es “una nueva Sión”.).
Muchos de los defensores de ese nacionalismo, piensan que, los Estados Unidos, se alejaron de Dios, desde la década de los sesentas (El ya citado Pat Robertson, insistía en esto. Es interesante que, en el catolicismo, el Papa Benedicto XVI, llegó a decir, que la iglesia, vivió un proceso de liberalización, a partir de esa misma época).
Ahora, como hemos podido ver, ante lo que estamos es: una nueva derecha que:
- Busca ideologizar por medio de la educación (En signo contrario del marxismo cultural).
- Trata de reprimir a la comunidad LGTBIQ+, pero dejar en libertad, la tenencia de armas de fuego.
- Protege de la diversidad sexual, pero no de tiroteos en escuelas, colegios y universidades.
- Esconden los abusos sexuales en manos de dirigentes religiosos o familiares.
- Busca el aumento en el gasto militar, pero no, la atención médica universal.
- Fortalece una policía represiva, pero tiene un presidente, condenado por múltiples delitos.
Esa Nueva Derecha, fue en mucho (O del todo), la responsable de la toma del capitolio, donde muchos manifestantes, tenían pancartas que mencionaban a Jesucristo, son los que insisten que: sus opositores son comunistas.
En otro orden de cosas, actuales miembros de la Cámara de Representantes, como Laureen Boebert y Mary Taylor Grenne, están a favor de un Estado Confesional, de corte “evangelicalista – conservador”.
Los defensores de ese cristianismo conservador, son:
- Miembros del Congreso.
- Fiscales generales.
- Miembros del gabinete.
- Candidatos a gobernaciones.
- Personas con influencia en políticas públicas.
Gente como Taylor Grenne, basada en interpretaciones literales de la biblia, ha llegado a decir que, fenómenos como terremotos o eclipses, son señales de que, Dios llama a la gente, para que se arrepienta: ¿Arrepentirse de qué?: sobre todo, de la inmoralidad sexual.
Esto, nos hace volver al papel de los partidos políticos, que se denominan evangélicos, en América Latina y Europa. No podemos olvidar que, en Costa Rica, fue Renovación Costarricense, el primero o uno de los primeros partidos, que usó el lema: “Dios, Patria y Familia”.
En el caso argentino, por ejemplo, los cristianos conservadores, que apoyan al actual presidente Javier Milei, usan las redes de troles, para atacar a sus adversarios. En el caso de Trump, no se trata ya, de las conocidas relaciones con redes rusas, sino también, redes como: Breibart, Fox News, Nexstar, Sinclair y la ya citada TBN (Esta última, de acuerdo a cifras de marzo de este año, cubre 2000 millones de espectadores).
En este contexto, Trump es visto como un actor en la lucha entre el bien y el mal, con características apocalípticas: el bien es el “Trumpismo”, el “mal la izquierda comunista, la del Partido Demócrata, la visión ‘Woke”. Con esta óptica: el Capitolio, era una especie de templo, que debía ser purificado, de ahí, la ya citada invasión.
Como puede verse, hay una retroalimentación: las organizaciones de derecha religiosa, ven una “figura bíblica” en Trump, con lo que posicionan sus agendas políticas y religiosas. Entre tanto, él, poco interesado en cristianismo, pero sí, “en sumar bases de poder”, capitaliza esos apoyos.
Un ejemplo de esta visión, la encontramos en organizaciones como: “New Apostolic Reformation” (NAR): para ellos, Trump es: “un soldado de Dios, peleando contra las fuerzas de Satán”. Incluso, para la politóloga, Antonella Marty (En su análisis: “Dios, Patria y Poder: el nacionalismo cristiano que busca conquistar Estados Unidos”, del presente año); hasta el Opus Dei, juega un papel en esta dinámica.
Esta organización católica, es de tipo conservador y, para muchos autores, exige una obediencia ciega a los mandatos de su fundador, José María Escrivá de Balaguer; esta estructura, dice que su misión, es “evangelizar a las élites”, pero no en un marco de democracia política, el objetivo, implicaría la restauración de un catolicismo conservador.
Durante el Pontificado de Francisco, el mismo Opus Dei, se sintió cercado por las medidas que el Papa había tomado con ella: por ejemplo, la exigencia de la redacción de nuevos estatutos. Estas medidas, generaban la idea entre sus miembros y simpatizantes, que: “ya nadie respeta al Opus Dei”.
Para el pasado mes de abril, el Prelado de la organización, Fernando Ocáriz, anunciaba que, la Obra celebraría un congreso general ordinario, en Roma, para dar forma definitiva, a la nueva propuesta de estatutos.
Pero como se sabe, con el fallecimiento del Papa Francisco, se presentaban nuevos hechos: en el pre cónclave, se hacía presente el Cardenal peruano, Juan Luis Cipriani, quien fuera arzobispo de Lima, primer Cardenal del Opus Dei, y acusado de haber abusado de un adolescente, esto pese a las sanciones impuestas por Francisco.
Por su parte, poco antes de mediados de mayo, el ya electo Papa León XIV, recibía al ya citado Ocáriz: el Papa le preguntó por la situación de los nuevos estatutos. Esta realidad, demuestra la prioridad que da el nuevo Papa a este tema, esto, a pesar de las resistencias, de la cúpula del Opus, para las reformas.
Como puede verse, todos los temas que hemos tocado, tienen una estrecha relación, a pesar de las diferencias que también hemos anotado, donde las derechas, tienen como uno de sus pilares, el tema religioso, lo que, a su vez, incide en su visión dela palestra internacional, incluido el conflicto en Oriente Medio.
Dicho esto, entremos en un balance final de lo expuesto…
X
Como puede verse, a través de una dinámica inductiva – deductiva, hemos expuesto, como han evolucionado las posiciones de las comunidades de fe cristianas, sobre el tema de Israel. En algunos casos, desde la intolerancia hasta su opuesto.
En otros casos, las posiciones, han pasado por mayor complejidad. Por su parte, ya desde el Calvinismo, se encuentran ideas, en el sentido de que, los judíos, debían regresar a su tierra ancestral.
Por otra parte, en el cristianismo, hay sectores que apoyan a Israel y otros la critican (Es el caso del Anglicanismo), pero por lo general, quienes apoyan a los israelitas, tienen características de tipo estructura – evangélica.
Entonces: para esos sectores, la fundación del Estado de Israel, en 1948, implicó el cumplimiento de muchas de las profecías del Antiguo Testamento. A esto se une, una corriente de interpretación bíblica: el dispensacionalismo.
Dentro del dispensacionalismo, hay a su vez, varias corrientes: en el caso de los Milenaristas, ven en la existencia de Israel y en su prosperidad, señales de que los eventos proféticos mencionados, están cercanos (De ahí, la tesis de “Israel como reloj profético”); entonces: “si se apoya a Israel”, se aceleran los eventos proféticos; es decir: “si se apoya a Israel, se acelera la segunda venida de Cristo”.
En otro orden de cosas, autores como Ricardo de la Cierva, hablan del tema del Sionismo, como una respuesta profunda del antisemitismo del siglo XIX. Éste, es la forma secularizada del anti judaísmo cristiano y su ideología. A su vez, vimos que, ese anti judaísmo cristiano y su ideología, fueron perdiendo espacio, por ejemplo, en el catolicismo y el luteranismo. Y en el caso de los Estados Unidos, ya los puritanos ingleses, simpatizaban con los judíos como “pueblo elegido”.
Ahora bien, si queremos una síntesis de lo que aquí categorizamos como “Sionismo Cristiano”, cabe decir lo siguiente: esta corriente, se basa en el literalismo en la interpretación bíblica, lo que, indudablemente, lleva a un claro fundamentalismo. Aquí, no debe perderse de vista que, ese fundamentalismo, era fruto de una reacción de muchos cristianos evangélicos en Canadá, Estados Unidos y Reino Unido, a finales del siglo XIX y principios del XX, respecto al liberalismo o modernismo teológico (Corrientes que hacen uso del instrumental histórico – crítico, para abordar la Biblia y que, combaten el literalismo y fundamentalismo bíblico).
De igual manera hemos hablado de:
- El apoyo político y económico a Israel.
- La evangelización de los judíos.
En esta línea, ya hemos citado al mismo Donald Trump, hablando de cómo el tal sionismo cristiano, disfraza sus intereses con la defensa a Israel, pero para especialistas como Mahgub Daniel Saffa Pernett, los sionistas cristianos, son fundamentales para el Estado de Israel.
En este trabajo, es claro que, hay una mezcla entre sionismo judío y elementos de teología cristiana (Evangélica – fundamentalista), lo que también lleva al Sionismo Cristiano, cosa que, unía políticamente a actores como Jair Bolsonaro y Donald Trump.
Por otro lado, en el neopentecostalismo (Movimiento derivado del pentecostalismo clásico, que tiene como características el sobredimensionamiento de posturas milagrosas y proféticas, desarrollando como elemento creativo, la Teología de la Prosperidad y la Guerra Espiritual), se da sustento profético al reconocimiento de Jerusalén, como capital espiritual y política de Israel.
Pero, además, el neopentecostalismo, tiene como uno de sus elementos, la Teología de la Prosperidad, ella es una creencia de que la prosperidad financiera y el bienestar físico, son siempre la voluntad de Dios, esto ligado a “sembrar” (Diezmar, ofrendar); como forma de tener riqueza material. Estas ideas, las basarían en la Biblia, vista como un contrato entre Dios y los seres humanos; si los segundos tienen fe, Dios les dará prosperidad y seguridad; así, el poder personal, es parte de la voluntad de Dios, el teólogo de la liberación, Enrique Dussel, dirá que: la Teología de la prosperidad, sería la teoría de una práctica sionista, dentro del cristianismo.
El Primer Ministro de Israel, sabe que, cuenta con el apoyo de los Sionistas Cristianos; en suma: hay base electoral estadounidense, y, un conjunto de funcionarios gubernamentales, que le ejercen presión a los que practican el poder político en la potencia del norte.
Inclusive, entre los Demócratas, el tema del cristianismo conservador, tiene su impacto: Jimmy Carter, fue apoyado por ellos, pero Carter, no cumplió su agenda. De esto, se aprovechó Ronald Reagan. Estos antecedentes son los que permiten observar, el auge de la derecha cristiana, auge del que se alimentará el mismo Trump.
Pero, también hemos visto, que hay otro cristianismo: el Dr. Juan Stam, nos dice, que, en el Nuevo Testamento, no hay un solo texto, que muestre que Israel es “el reloj profético de Dios”. Desde la arqueología, está demostrado, fuera de toda duda razonable que: los israelitas, no se diferenciaban, ni cultural, ni genética, ni religiosamente, de los palestinos.
Es de hacer notar, que, desde la teología histórico – crítica, que es uno de los alimentos de la teología bíblica católica, se ha tenido claro que: libros veterotestamentarios, como: Josué, Jueces, Samuel, Reyes, y que, en general, en la teología bíblica cristiana se denominan “históricos”, en realidad, no lo son. Es decir, no tratan de reconstruir los hechos con exactitud.
Esto explica el por qué, el catolicismo, no cae en la “trampa del Sionismo Cristiano”, al igual que, teólogos protestantes, que siguen el ya mencionado modelo de la teología histórico – crítica, pero, además, permite unir otro principio de teología bíblica, a saber: para entender el Antiguo Testamento, debe ser interpretado desde el Nuevo (Una vez más: el descubrimiento del Dios verdadero es evolutivo: en el cristianismo, la revelación última de Dios, la da Jesucristo y esa revelación es el amor).
Por su parte, el ya citado Alfonso Ropero, nos dice que, los biblistas que se precian, no hablan de Israel, cumpliendo una misión esencial en la historia de la salvación. Del mismo modo, hay teólogos protestantes que defienden la iglesia, como estructura en tiempo de salvación; en ambas corrientes de la Teología Bíblica, no se valora la restauración de Israel como centro salvífico, ordenado por Dios.
De igual manera, debemos hacer constar que, ni siquiera entre los mismos dispensacionalistas, hay adhesión a la tesis del Sionismo. Tal fue el caso de Arno C. Gabelein (1861 – 1945), esto porque no veía relación entre “la restauración del Estado de Israel” y la profecía.
El teólogo de la Liberación, Juan José Tamayo, nos dice que, existe una “Teología Palestina de la Liberación”, que es poco conocida en Occidente. En este trabajo, hemos visto sus principales características.
De seguido, dentro de ese “otro cristianismo”, hablamos de su radicalidad. Finalmente, retornamos al cristianismo conservador, que, a su vez, será base del nacionalismo cristiano en los Estados Unidos, del que hablamos como parte de los actores de apoyo a Israel.
PD: al momento de terminar este trabajo, el Parlamento Israelí, estaría votando una propuesta, de disolución de su parlamento, que llevaría a elecciones anticipadas y derrumbar el gobierno de Benjamín Netanyahu. Los partidos judíos ultra ortodoxos, que forman parte de la coalición gobernante, amenazan con votar a favor si no se les exime de forma permanente del servicio militar. Paralelamente, se informa de la aparición de un nuevo cadáver, de un rehén israelí, secuestrado por Hamás.