Lo que no se está informando sobre las políticas ultraneoliberales del Gobierno Zelensky en Ucrania y sus consecuencias
Vicenç Navarro
Una de las características de la narrativa sobre lo que ocurre en Ucrania, compartida por la mayoría de los grandes medios de comunicación españoles, es el sesgo laudatorio de sus reportajes sobre el gobierno ucraniano y, muy en particular, de su presidente, el Sr. Zelensky, a quien se presenta como gran dirigente no solo de Ucrania, sino de todo el mundo occidental, en su lucha contra Rusia y su presidente Putin, en defensa de los valores democráticos que el gobierno de Ucrania y sus aliados -los países de la OTAN-, supuestamente representan.
Esta imagen es muy fácil de sostener como consecuencia del brutal ataque e invasión de Ucrania por parte de las fuerzas militares del estado ruso, que se ha caracterizado por su hostilidad hacia la población civil ucraniana. Existe evidencia, y así ha sido publicado por la revista The Lancet entre otros medios (Ver Paul B. Spiegel, Pavlo Kovtoniuk, Katarzyna Lewtak, The War in Ukraine One Year On, February 21, 2023), de que el estado ruso dictatorial y sus fuerzas militares están violando masivamente los derechos humanos de la población civil ucraniana promovidos por las Naciones Unidas, derechos que deberían ser escrupulosamente respetados en cualquier conflicto bélico.
Los argumentos utilizados por Putin exigiendo la integración de Ucrania al estado ruso, y la brutalidad que utiliza para conseguir su objetivo, han determinado una necesaria condena por parte de la mayoría de los países de las Naciones Unidas. Ahora bien, en esta presentación de la figura de Zelensky como héroe defensor del mundo democrático, se está dejando de lado que él, y el partido que fundó, están aprovechando el estado de guerra para llevar a cabo políticas ultraliberales que ya habían sido propuestas antes de que se iniciara la invasión, -pero que no se habían aplicado debido a su enorme impopularidad-. Estas políticas se están aplicando ahora con el argumento de que la victoria de Ucrania sobre la Rusia de Putin requiere que se tomen urgentemente; y muchas agencias internacionales conocidas por su promoción de políticas neoliberales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), están también presionando para que se lleven a cabo. Fueron estas organizaciones internacionales, y muy en especial el FMI, las que ya exigieron al gobierno ucraniano una serie de medidas ultraliberales como condición para flexibilizar y retrasar el pago de la deuda externa.
Estas medidas incluían grandes privatizaciones de empresas públicas, mayores recortes del limitado estado de bienestar del país, desregulación de los mercados y gran liberalización de la actividad económica -favoreciendo la entrada de grandes empresas extranjeras en los sectores punta de la economía ucraniana, como, por ejemplo, el agrícola-. El FMI requirió que el gobierno y el parlamento aprobaran el derecho de las empresas agrícolas extranjeras a comprar tierra en Ucrania, posibilidad inexistente antes y que ha sido aprobada recientemente por el parlamento de este país. Tal propuesta -repito: sumamente impopular- también se había hecho antes de que se iniciara la guerra, pero no se había podido aprobar hasta ahora, cuando se ha aducido que era necesaria para estimular la inversión extranjera y facilitar la recuperación económica. Como reconoció la ministra de economía del gobierno ucraniano, la señora Yulia Sviridenko, se han estado aplicando medidas que el gobierno ya había propuesto en tiempos de paz; la excepcionalidad que representa la guerra ha creado la oportunidad de que se aprobaran ahora.
Las consecuencias para Ucrania y para la Unión Europea
Algunas de estas medidas ultraliberales que han sido aprobadas por el gobierno Zelensky y por el Parlamento que controla, son políticas antisindicales que reducen los derechos de la clase trabajadora ucraniana utilizando el conocido argumento neoliberal de que es necesario flexibilizar el mercado de trabajo, reduciendo los derechos laborales, a fin de facilitar la recuperación económica del país. El gobierno estuvo ya tratando, también, de llevar a cabo estas medidas ultraliberales antes de que se iniciara la guerra, y por ser, también, muy impopulares, no se llevaron a cabo.
Tales medidas son opuestas por los sindicatos ucranianos y han alarmado a sindicatos de la Unión Europea. Estos últimos han criticado y denunciado tales reformas señalando que tales medidas se distancian mucho de las prácticas, leyes, y regulaciones laborales existentes en la Unión Europea y que deberían imposibilitar la integración en tal deseada organización por parte del Sr. Zelensky y su partido. Un estudio de las normas de la Organización Internacional del Trabajo y de la legislación laboral de la Unión Europea muestran claramente que las medidas aprobadas por el parlamento ucraniano van en dirección opuesta a la de tales organizaciones. Tal como ha señalado el Sr. Jan Willem Goudriiani, Secretario General de la Federación Europea de Sindicatos de Empleados Públicos (EPSU), «Las autoridades ucranianas han atacado los derechos sindicales y excluido a los trabajadores y sindicatos en el proceso de reformas del país», distanciándose con ello de su deseada integración a la Unión Europe.
Esta opinión fue también compartida por expertos que atendieron la reciente reunión UE-Ucrania del 3 de Febrero último, en la que el gobierno ucraniano fue informado de las preocupaciones que les motivaban varias leyes aprobadas y otras consideradas por el Parlamento ucraniano (Ver EU concerned by ukranians’ controversial labor reforms de Katerina Semchuk y Thomas Rowley, Social Europe, March 2, 2023. Social Europe es la revista de política social más importante publicada en Europa). Nicolas Schmit, de la Comisión Europea para Empleo y Derechos Sociales, recibió a sindicalistas ucranianos en Bruselas y simpatizó con su protesta, la cual trasmitió a la presidenta de la comisión, Ursula von der Leyen. También les aconsejó que le trasmitieran a ella directamente sus protestas, pidiéndole que interviniera para atenderlas, pues estaban en contradicción con las leyes laborales existentes en la Unión Europea. No hay evidencia de que haya habido alguna gestión de la Presidencia de la Comisión encaminada a alertar de que tales medidas pueden imposibilitar la entrada de Ucrania a la Union Europea. Antes al contrario, la Presidenta de la Comisión ha declarado estar impresionada por los avances que está haciendo Ucrania para sumarse a los 27 miembros de la Union Europea. El Presidente Zelensky de Ucrania en una reunión con Charles Michel, el Presidente de Consejo Europeo, y la Presidenta de la Comision, indico que las negociaciones para alcanzar la Unión deberían realizarse ya este año.
La guerra es utilizada para aprobar medidas antisindicales que el Gobierno de Zelensky deseaba aplicar ya en tiempos de paz que no pudieron ser llevadas a cabo cabo de la impopularidad de tales medidas
El argumento constantemente utilizado por el gobierno Zelensky es que la guerra exige tomar tales medidas, ignorando que estas mismas medidas se habían ya propuesto por el gobierno en tiempos de paz. Ni que decir tiene que la situación de guerra puede requerir medidas excepcionales que puedan afectar el ejercicio de los derechos de la ciudadanía, incluyendo de sus organizaciones como sindicatos. Pero un estado que aspira ser aceptado como democrático no puede actuar como lo ha hecho el gobierno ucraniano, tomando tales medidas sin siquiera consultar con los sindicatos que, según testimonios creíbles, han estado excluidos del proceso de decisión sobre tales cambios. En contraste, las organizaciones empresariales, máximas beneficiadas por tales medidas antisindicales, sí fueron consultadas en el proceso de decisión. Según los autores del artículo citado en la sección anterior , el presidente de la Comisión de Política Social del Parlamento Ucraniano, miembro del partido fundado por Zelensky, respondió a las peticiones de sindicatos ucranianos y europeo de que el parlamento y el gobierno ucraniano respetaran las normativas de la Organización Internacional del Trabajo, con el comentario despectivo de que tal organización internacional estaba en realidad promoviendo el comunismo, tal como las ultraderechas neoliberales a nivel internacional han definido tal organización.
Es frustrante, aunque predecible, que los grandes medios de información en España han silenciado esta situación en Ucrania, brevemente mostrada en este artículo, y sobre cuya existencia hay clara evidencia. La aplicación de tales medidas ultraliberales y el comportamiento mostrado por el gobierno de Ucrania hasta ahora puede tener un enorme impacto no solo para el futuro de Ucrania sino también para el futuro de Europa, en caso de que Ucrania se integrara en la Unión Europea. En este momento, los pasos que se están tomando en la Unión Europea son para acelerar la integración de Ucrania en tal Unión, que en el caso de las medidas ultraliberales aprobadas y/o propuestas por su gobierno no cambiaran su orientación, tal integración reforzaría todavía más a las derechas europeas (cada día más parecidas a las ultraderechas de la UE). No es por casualidad que uno de los mayores aliados de la Unión Europea es Polonia, cuyo estado ha mostrado tener muy poca vocación democrática y que ha sido sancionado por la propia Unión Europea en múltiples ocasiones.
En realidad, muchos de los países del Este de Europea que habían sido parte de la Unión Soviética, recientemente integrados en la Unión Europea, toman como referencia el modelo neoliberal estadounidense y no el modelo socialdemócrata que había sido dominante en varios países de la Europa Occidental después de la II Guerra Mundial. El liderazgo que el gobierno federal de EEUU está ejerciendo en la OTAN está favoreciendo esta orientación neoliberal de tales países. Es frustrante pero previsible que la Comisión Europea no este presionando para que se desarrolle un modelo alternativo al actual neoliberal que responda mucho mejor a las necesidades del pueblo ucraniano. Centrarse solo en lo militar es olvidarse que lo militar debiera ser solo un medio para alcanzar un fin. Y este fin no puede ser favorecer intereses económicos y financieros (ya sean particulares o internacionales) sino alcanzar el bienestar de la población, hoy enormemente dañado por la brutal invasión rusa, dirigida por Putin, pero también perjudicado por las políticas neoliberales del gobierno ucraniano. Tales medidas afectan primordialmente a las clases populares del país, que constituyen la mayoría de su población. El enfoque exclusivamente centrado en el tema militar está ocultando una realidad que debe cambiarse para el beneficio de las poblaciones ucranianas y europeas. La evidencia de que el modelo neoliberal afecta muy negativamente la calidad de vida y bienestar de los países que lo siguen, es abrumadora.