Desde mi perspectiva
José Francisco Bolaños Arquín
Hace unos días participé en el Congreso del Colegio en Ciencias Económicas: “La Revolución Tecnológica ¿Cómo me impacta?”
Se abordaron temas muy interesantes y actuales, impartidos por expositores experimentados y muy capacitados. Sin embargo, en este artículo me voy a referir a la urgente necesidad de implementar en Costa Rica un buen Gobierno Digital, tema que se ha convertido a través de los años en un enorme reto, con muchas trabas para su organización. Un proyecto necesario para ser más competitivos y para lograrlo, debe tener respaldo de una política gubernamental clara, con metas, objetivos y estrategias bien definidas y además de los recursos necesarios.
El mundo se encuentra en una constante revolución digital, un continuo avance tecnológico que obliga a tomar con seriedad esta tendencia, si se pretende ser un país moderno y desarrollado, donde las distancias han desaparecido y la comunicación es instantánea.
Así las cosas, existen motivos suficientes para no quedarnos rezagados, tenemos necesariamente que implementar un buen sistema que mejore los servicios que brinda el Estado a los ciudadanos y a las empresas, un máximo aprovechamiento del uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) de las entidades públicas y así poder ofrecer trámites más ágiles, con menor plazo y mejorando la recaudación de impuestos, prevención de fraudes y firma digital por nombrar algunos beneficios. Al impulsar aún más la utilización de estas tecnologías, se incrementa la eficiencia y transparencia de las instituciones públicas.
De acuerdo con el Índice de Competitividad Global, Costa Rica se encuentra en la posición 53, si lo comparamos con países de la región, República Dominicana en el 98, Panamá 99, Guatemala 102, EL Salvador 104, Nicaragua 123 y Honduras 127. Sin embargo, esa ubicación no es muy satisfactoria en un mundo tan competitivo, pero nos obliga a una mejora constante para escalar a mejores posiciones y así alcanzar un mayor crecimiento de nuestra economía.
El Gobierno Digital dio sus primeros pasos en el año 2.000 en el Gobierno de Don Miguel Ángel Rodríguez Echeverría y en los siguientes cuatro períodos presidenciales incluyendo el actual, no se ha logrado formar una estructura organizacional sólida y permanente. Han sido varios los intentos, primero con la creación de una comisión de alto nivel, luego se delegó a La Secretaría Técnica del Gobierno Digital. Años después, la Rectoría pasó a MIDEPLAN y se tomó la decisión de integrar al Instituto Costarricense de Electricidad; luego esta Institución la reubicó en su subsidiaria Radiográfica Costarricense SA, con pocos avances y finalmente tomaron la determinación de disolverla.
En la actualidad se le ha asignado al MICITT como ente rector del Gobierno Digital y al Viceministerio de Telecomunicaciones su conducción y por lo tanto, les corresponde diseñar, planificar, formular, ejecutar y supervisar el cumplimiento de las políticas en este nuevo intento. Además, se deberá estructurar un modelo de coordinación viable, efectiva y hasta obligatoria entre las instituciones públicas para lograr el éxito.
Así las cosas, este proceso no es nada sencillo de implementar, ya que se requiere de una gran decisión y apoyo del Gobierno. Se debe crear una unidad ejecutora bien organizada, visionaria e innovadora, actualizada y constantemente capacitada de llevar a cabo los proyectos encomendados. Además, debe ser una organización con un gran liderazgo, talento humano adecuado, recursos necesarios y atribuciones legales para poder guiar a las instituciones públicas en su creación.
La historia del Gobierno Digital nos permite ver que no se le ha brindado la importancia requerida para operar con éxito, su rectoría ha estado en diferentes instituciones y los logros no han sido los esperados.
“Las tecnologías de la información y comunicación avanzan a la velocidad de un rayo y si no las aplicamos con buena organización, estamos destinados a seguir siendo subdesarrollados.”
– Administrador de Negocios