La ultraderecha asciende en el mundo

Con el séquito de Musk, Trump, Silicon Valley y la oscura ideología que hay tras ellos

Trump

Por Chema Molina* – Público.es

Figuras como Donald Trump, Elon Musk, Santiago Abascal, Javier Milei o Viktor Orbán configuran una entente internacional de la ultraderecha. Sus objetivos trascienden la mera conquista del poder, un hito que varios de ellos ya han logrado en sus respectivos contextos nacionales. Lo que está en juego es nada menos que el futuro de los sistemas democráticos occidentales.

La estrategia de estos líderes se centra en dinamitar las bases de los Estados de derecho, debilitando las instituciones democráticas para implementar una agenda autoritaria. Entre sus prioridades destacan los ataques directos contra el movimiento feminista y el colectivo LGTBIQ+, además de intensificar la hostilidad hacia la migración, especialmente la procedente de países de mayoría musulmana, a la que han convertido en su principal chivo expiatorio.

Mientras esta red de la ultraderecha sigue expandiendo su influencia a nivel global, los gobiernos democráticos de Occidente enfrentan un reto crucial: encontrar respuestas efectivas para frenar su avance sin comprometer los principios que defienden.

La red oscura de Musk y Trump

El pasado 4 de enero, Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, se reunió con Donald Trump en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida. El expresidente estadounidense no escatimó elogios, calificándola como una líder «fantástica» que ha «sacudido» Europa. Desde el entorno de Trump, aseguran que Meloni es «una gran aliada», subrayando la sintonía que ambos líderes comparten en su visión política.

Elon Musk, el magnate detrás de SpaceX, también ha forjado una relación cercana con Meloni. De hecho, tras su encuentro con Trump, el Gobierno italiano confirmó que negocia con SpaceX un acuerdo valorado en 1.500 millones de euros para utilizar el sistema de satélites Starlink en comunicaciones seguras. Este potencial convenio subraya la conexión entre los intereses tecnológicos y la nueva agenda política de la ultraderecha.

Viktor Orbán es el principal referente europeo de las políticas iliberales

En el ámbito europeo, el presidente húngaro, Viktor Orbán, emerge como el principal referente de las políticas iliberales que inspiran esta ola reaccionaria. Bajo su liderazgo, Hungría se ha convertido en un laboratorio de ideas antidemocráticas, con políticas dirigidas contra los derechos del colectivo LGTBIQ+, el feminismo, la pluralidad informativa y la migración. Estas medidas han provocado sanciones económicas de la Comisión Europea, incluida la retención de fondos millonarios como respuesta a los ataques de Orbán al Estado de derecho.

La reciente victoria de Trump fue celebrada con entusiasmo por Meloni y Orbán, pero también por otros líderes de la ultraderecha internacional, como el holandés Geert Wilders, el español Santiago Abascal y la alemana Alice Weidel, quien se perfila como una figura clave en los próximos comicios alemanes.

Esta red de líderes y alianzas no solo redefine las estrategias de la ultraderecha, sino que proyecta interrogantes sobre el futuro de las democracias occidentales y la capacidad de sus instituciones para enfrentar esta amenaza.

Batalla abierta entre la UE y Elon Musk

Alice Weidel, líder del partido populista y antiinmigración Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán), afronta las elecciones federales del próximo 23 de febrero con un notable ascenso en las encuestas. La formación, que ocupa el segundo lugar en intención de voto, ha sido señalada por sostener ideas abiertamente nazis.

En este contexto, Musk ha dado un respaldo contundente a Weidel y su partido. El magnate organizó el 9 de enero un directo con la líder ultraderechista, brindándole un altavoz global que podría traducirse en un impulso significativo para sus aspiraciones electorales. Musk ya había expresado que «solo AfD puede salvar Alemania». Mientras, dirigió duros descalificativos al actual canciller Olaf Scholz, al que calificó de «tonto» e «idiota incompetente».

La Comisión Europea ya advirtió que X no cumple con el Reglamento de Servicios Digitales

El apoyo explícito de Musk y las políticas de moderación de X han encendido las alarmas en la Unión Europea. La Comisión Europea ya había señalado que la plataforma no cumple con el Reglamento de Servicios Digitales, especialmente en lo referente a la moderación de contenidos y la publicidad. Esta situación se agrava ante las denuncias de manipulación algorítmica que, según la eurodiputada alemana de Los Verdes Alexandra Geese, favorecen las publicaciones de extrema derecha mientras «ahogan el contenido progresista».

Los Verdes han instado al Ejecutivo comunitario a investigar la falta de neutralidad del algoritmo de X, que, aseguran, opera «en beneficio de Musk y sus intereses políticos». La preocupación por el impacto de estas dinámicas en el proceso electoral alemán pone de manifiesto la creciente influencia de las plataformas tecnológicas en el tablero político global y las dificultades para regularlas eficazmente.

El papel de Macron y Starmer

El presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Keir Starmer, han lanzado duras críticas contra Elon Musk, a quien acusan de fomentar una «internacional de reaccionarios» utilizando la desinformación como principal herramienta. Estas declaraciones surgen tras las controversias protagonizadas por el propietario de X, que refuerzan su alineación con figuras de la ultraderecha global.

Musk intensificó las tensiones al acusar, sin pruebas, al líder británico Keir Starmer de ser «cómplice» en un escándalo de violaciones ocurrido hace una década en Reino Unido. Esta afirmación llega en un momento en el que Musk también ha solicitado libertad para Tommy Robinson, un ultraderechista británico condenado por difamar a un menor refugiado sirio, víctima de bullying.

Sin embargo, no todas las figuras de la derecha británica respaldan esta postura. Nigel Farage, líder del partido Reform UK y uno de los principales promotores del brexit, ha expresado su desacuerdo con Musk en relación a Robinson, negándose incluso a admitirlo en su formación política. Esta decisión ha provocado un ataque directo del magnate, quien declaró: «El Partido Reform UK necesita un nuevo líder. Farage no tiene lo que hace falta».

Hasta hace poco, Farage buscaba apoyo financiero de Musk, que había prometido hasta 100.000 dólares para Reform UK. No obstante, parece que el empresario ha cambiado de estrategia. Este giro ha generado suspicacias sobre las intenciones de Musk y su creciente injerencia en la política internacional.

Las oscuras ideas que hay detrás

Detrás de figuras como Elon Musk, Donald Trump, Viktor Orbán y otros líderes de la ultraderecha global subyace una filosofía que rechaza los principios fundamentales de la democracia liberal y la igualdad. Se trata de la llamada «ilustración oscura», un movimiento ideológico que ha cobrado fuerza en los últimos años, especialmente en círculos tecnológicos y empresariales como Silicon Valley.

Curtis Yarvin y Nick Land son los ideólogos de la ilustración oscura

Los impulsores de esta corriente son Curtis Yarvin y Nick Land, pensadores que consideran a la democracia liberal un sistema «decadente», incapaz de afrontar los retos económicos. Según ellos, este modelo debería ser sustituido por un «feudalismo tecnológico moderno», donde los Estados funcionarían como corporaciones y los líderes actuarían como directores ejecutivos soberanos. En este sistema, las decisiones estarían orientadas exclusivamente por criterios de rentabilidad, libres de las «cadenas» de la democrática.

El Centro Europeo de Estudios sobre el Populismo apunta que esta ideología ha sido etiquetada como neofascista debido a su enfoque elitista y autoritario, que busca desmantelar el Estado de derecho y las instituciones representativas. La propuesta de un orden político controlado por una élite tecnocrática, que gobierne sin la intervención de la ciudadanía, ha encontrado eco en personalidades influyentes del ámbito político y tecnológico.

En el entorno de Trump, la «ilustración oscura» ha tenido un impacto notable. Uno de sus principales exponentes es JD Vance, el vicepresidente electo de Estados Unidos, quien ha adoptado abiertamente ideas asociadas a esta corriente. Su influencia en las decisiones futuras de la Administración estadounidense puede marcar un giro hacia políticas que prioricen el autoritarismo y la eficiencia empresarial sobre los valores democráticos tradicionales.

El ascenso de esta filosofía no solo formula preguntas sobre el futuro de las democracias occidentales, sino que también resalta cómo Silicon Valley y otros sectores tecnológicos se están convirtiendo en epicentros de nuevas ideologías que alteran los cimientos del orden político democrático.

¿Antídotos contra la ultraderecha?

El auge de las ideologías neorreaccionarias, como la «ilustración oscura» y otras corrientes afines, plantea, por tanto, un desafío creciente para las democracias de todo el mundo. Año tras año, estas ideas ganan influencia en los ámbitos institucional, político y social, dejando una pregunta en el aire: ¿cómo detener su avance?

Un informe del Centro de Investigación sobre el Extremismo (C-REX) ofrece una hoja de ruta con posibles soluciones. Algunas de ellas están en sintonía con las expuestas por el politólogo neerlandés y experto en derechas radicales y populistas Cas Mudde. Entre las propuestas destaca el fortalecimiento de los valores democráticos y la protección de los derechos de las minorías, como pilares fundamentales para contrarrestar la agenda autoritaria.

El C-REX subraya la necesidad de abordar la desinformación

El documento subraya también la necesidad de abordar la desinformación, un arma clave en la estrategia de la ultraderecha. Combatir las fake news, educar sobre los riesgos del extremismo y fomentar el pensamiento crítico en la población son medidas imprescindibles para evitar que estas ideas calen aún más en la sociedad. Además, el informe propone crear coaliciones sociales antiultraderechistas, que involucren a diferentes sectores de la sociedad civil.

Por último, el estudio enfatiza la importancia de abordar las desigualdades económicas, que suelen ser terreno fértil para el crecimiento de las ideologías extremas. Promover políticas inclusivas y garantizar una distribución más equitativa de los recursos podría reducir significativamente el apoyo a estos movimientos.

Sin embargo, el desafío no radica solo en identificar las soluciones, sino en encontrar la voluntad política y social para implementarlas. En un momento crítico para las democracias occidentales, la pregunta es si se actuará a tiempo para frenar esta amenaza.

* Graduado en Periodismo por la UCM y Máster de Análisis Político y Electoral de la UC3M. Empezó en la radio de la universidad y en la televisión local de Socuéllamos. Actualmente, es redactor de vídeo en Público, donde combina sus dos grandes intereses: la información política y el mundo audiovisual.

Fuente: Other News

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