La Patrulla Internacional de Bares: Siga al burro (Baja Brewing Co.)

Especial para Cambio Político

Misión: Baja Brewing Co. Dónde: San José del Cabo, Baja California Sur (ver mapa)

En nuestra visita a los Cabos en Baja California Sur en México, fuimos a patrullar a San José del Cabo, una ciudad turística del extremo sur de la península, a unos 30 minutos al este de Cabo San Lucas. De hecho todo el turismo extranjero a Los Cabos, llega por el aeropuerto internacional de esa ciudad. Hay dos autopistas muy modernas que comunican a las dos ciudades, una costera (libre) y otra un poco más hacia el interior (de pago).

La ciudad es conocida por sus playas de arena, sus edificios coloniales y su gran cantidad de bares y restaurantes. El centro histórico de la ciudad es precioso, con una gran vida noctura, pero a diferencia de San Lucas es muy tranquila. La iglesia misionera de San José, reconstruida en 1940, se ubica frente a la Plaza Mijares, en el corazón del barrio histórico. Las galerías de arte cercanas exhiben obras de artistas locales. Al este de la ciudad, se encuentra el Estuario de San José, una reserva de la naturaleza con especies de aves, como colibríes, ibis y garzas.

En la actualidad, San José del Cabo y Cabo San Lucas conforman un corredor turístico en una franja costera de 33 km de longitud donde además de la extraordinaria belleza del paisaje, con playas de ensueño aptas para todos los deportes acuáticos, ofrece una enorme variedad de servicios turísticos, bares y restaurantes.

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En el centro histórico de la ciudad está Baja Brewing Co., una cervecería que cuenta a la par con un bonito bar-restaurante, el que por supuesto procedimos a patrullar.

Antes de iniciar propiamente con la comida, un poco de cultura culinaria:

La fradiavola es una salsa de tomate picante usualmente usada para pasta o mariscos, aunque se pude usar con otros platillos. Este preparada con con pimiento rojo triturado, ajo y hierbas frescas como perejil y albahaca. La salsa se prepara salteando cebollas picadas en aceite de oliva, luego agregando tomates, pimiento rojo triturado y ajo.

Bocatto di cardinale es una expresión en idioma italiano que se traduce al español como «bocado de Cardenal», y hace referencia a un bocado muy exquisito, muy delicioso, muy sabroso. Usualmente se usa para describir un platillo que tiene una preparación muy especial y que es de gran exquisitez.

La oferta de comida es muy variada. Al estilo gringo, hay entradas y platos principales. Empezamos con unos tacos de la baja, que son tres tacos a elegir, en este caso pedimos de carnitas, servidos con arroz a la mexicana, frijoles refritos y salsa de la casa; estaban muy buenos, y la cantidad es suficiente para una solo persona, aunque se pueden compartir, tipo boca pequeña, al estilo gallo. Una de las especialidades del lugar es la mozzarella frita, que es queso fresco fundido con salsa de tomate fradiavola (curiosamente en el menú la escriben con b y no von v), es un bocatto di cardinale, el aspecto no es espectacular, pero el sabor si. Las albóndigas de carne son de lo mejor, rellenas de queso de cabra en baño de salsa marinara, deliciosas. Las órdenes son grandes, así que solo probamos tres, pero el menú tiene mucha variedad de platillos y secciones.

Comentario aparte merece la pizza a la leña, esto porque la preparan en vivo, en un horno que está a la vista de los visitantes del bar. Son muy especiales, con orilla crujiente hecha de cabotella y granos de malta 2 row, que es el que se usa para la cerveza artesanal. Hay infinidad de sabores: de queso, margarita, capresse, vegetariana, mariachi, cuatro pata, italiana, meat lover y burro de mar. En nuestro caso ordenamos la cuatro pata, que resultó ser una pizza con la combinación de custro quesos distintos, mozzarella, parmesano, cheddar y azul con salsa blanca; que resultó bien tostadita y con un sabor muy especial, tanto de la combinación, como de la masa.

En cuanto a las cervezas, la oferta es amplia, y como ya es nuestra costumbre, tomamos una cerveza ligera, en este caso la llamada cabotella de cuerpo y color ligero con un delicado balance de lúpulos y malta, que crea un sabor complejo pero suave, con un vol. alc. de 5,5%. Una patrullera tomó la escorpión negro, una ale negra sin amargor hecha con malta especial carafa-tostada que le da el color oscuro y un gusto ligeramente maltoso, también con un vol. alc. de 5,5%. Hay otras cervezas artesanales como la baja razz, pelirroja red, peyote ipa, oatmeal stout, y la surfa. Para los que no toman vale la pena probar el kombucha, un té fermentado con probióticos, aminoácidos y más, elaborado con productos locales orgánicos.

Los precios son normales, tanto de la comida como de las bebidas.

La mascota de la cervecería es Lolo, un burro de la zona, de ahí el lema de la cervecería “siga al burro” (follow the donkey). La especie de este burro estuvo en peligro de desaparecer, pero gracias a la labor de la propia Baja Brewing, que unió fuerzas con el Rancho Carisuva, crearon un santuario, y ya hay 14 rescatados (entre ellos Lolo), viviendo libres, que son cuidados en el rancho (les encanta comer el grano gastado). En el lugar hay cinco burritos que han nacido desde 2018 y se espera que el número de burros rescatados siga aumentando.

En el local hay un interesante afiche de las diferencias entre la cerveza y el café (tomen nota patrulleros), que pueden leer en el cuadro a continuación:

Hay una bonita tienda donde se puede comprar la cerveza para llevar y algún recuerdo bonito, como camisetas y gorras, además de peluches del burro Lolo. A pesar de ser una cervecería relativamente nueva (de este siglo), se ha convertido en una de las más importantes de la región, con sitio web, Facebook, Instagram y Twitter.

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