Especial para Cambio Político Misión: Bar El Patio Dónde: Barrio Escalante, San José. Del antiguo Bagelmen’s 300 metros al norte (ver mapa) |
A fin de cuentas hay que admitir que El Patio no es tan pipis y más bien tiene pretensiones de bar universitario con un ambiente informal. Donde no son tan informales es con los precios, pero también hay que concederles que son mucho más decentes que algunos de sus vecinos. La ubicación exacta del local, para aquellos que son veteranos, es en la famosa calle de La Luz, para los güilas el punto de referencia es Bagelmen’s, de ahí son 300 metros al norte.
El menú es pretencioso, por un lado con comida original y por el otro con versiones reinventadas de platos tradicionales, hasta menú para niños tiene. Por ejemplo, hay chifrijo, pero lo hacen con chuleta ahumada en lugar de chicharrón, el tamaño es medianón, como que no justifica el precio de 4500 colones. Hay ceviche peruano, el cual estuvo buenísimo, lo sirven sobre una base de patacones, la presentación impresionante. La sopa azteca también la sirven muy bien presentada y con un sabor exquisito. Lo más sofis del menú es la brocheta de carne de búfalo, la carne estaba bien madura y suave, en su punto de cocción, el sabor excelente, vale la pena, lo único es que la sirven con una gran cantidad de ensalada, que por supuesto, para los hábitos nutricionales de un buen patrullero, sale sobrando. En cuanto a la quesadilla, era como lo más baratico del menú, a 2500 colones, viene con guarnición de frijoles, guacamole y pico de gallo (¡que no es chimichurri!, polos) estaba buena pero hemos probado mejores en otros lugares. Como buen bar pipis, tiene alitas de pollo en salsa búfalo, estaban excelentes, el picante en su punto para no salir mariqueando, la sirven con dip de queso azul. Hay fish and chips, estuvo más o menos, el pescado estaba muy seco y las papas muy delgadas, bueno, no se le puede pedir mucho a un plato que se hizo famoso por lo barato y no por lo rico.
Pero lo mejor del local son las cervezas artesanales, que están a un precio muchos más razonable que el pretencioso local que se encuentra una cuadra más al norte, en donde no tienen asco de cobrar 4500 colones por una Segua, ni en Tokio cobran tanto por una birra. Aquí tienen producción de varias fábricas, en donde destaca la Cervecería Treinta y Cinco con sus marcas Maldita Vida, Majadera, Lora, Japi Ending y Mamá Candela, esta última altamente recomendada. Algunos patrulleros ya conocíian algunas marcas y recomendaron Segua y Libertas. Eso sí los inventarios son limitados y no es raro que no tengan la que uno quiere.
La atención estuvo muy buena, a pesar de que se tuvieron que aguantar un montón de necedades de algunos de los patrulleros que ese día venían un poco graciositos. El ambiente como en buen bar pipis es de música escandalosa, además seleccionada con un gusto medio dudoso, pero en consideración a la apariencia venerable de los patrulleros, nos desconectaron el parlante que teníamos encima. En resumen, valió la pena darse el lujo y comer y beber algo diferente.
Y como ese día le dieron permiso al Coplero, cerramos con sus inefables versos advirtiendo que se han modificado los nombres originales para proteger a los inocentes y cualquier semejanza con personajes reales es pura coincidencia…
No he comido la puta cena,
Y leo que está que aúlla,
La convocatoria de la patrulla.
Citan a un raro agasajo,
A tomar comida con ajo,
Birras de flor de Jamaica,
Pa’ que todo el mundo caiga.
Un tal Patio en Escalante,
Donde venden aguardiente,
Era para el día siguiente,
O sea Lunes anocheciente.
Preside el amigo Lico,
Que se la tira bien rico,
Pa’ hablar del Gabinete,
Del que usó el Chonete.
Ya estaba en su propia silla,
El verdiblanco de Castilla,
Casi le damos una masilla,
Por amar a Johnny y Chinchilla.
Contó unos chiles bien malos,
Justo pa’ darle duro a palos,
Pero claro que comía quesadilla,
Pues sigue viviendo la pesadilla.
Vestida de blanco elegante,
Como champán espumante,
Un ceviche la bichilla se pidió,
Pero solo al coplero le dio.
Echadote pero sin machete,
Eso sí inflados los cachetes,
Estaba el Editor despotricando,
Y a todo político salpicando.
Salieron chistes del sapo,
Y saltó toda la Gestapo,
Pero no le gana el embate,
Como el marino sin bate.
Algo tarde pero seguro,
Claro que sin apuro,
Apareció la amiga Zita,
Y se comió la papa frita.
Como siempre un torbellín,
No paró de hablar Joselín,
Se cagó en todos los políticos,
Los dejó como paralíticos.
Buena la sopa azteca,
No llevaba manteca,
Las alitas si picaban,
Y las jetas hinchaban.
Trajeron pincho de búfala,
Ni que fuera esdrújula,
La carne bien apetecida,
Y la panza super agradecida.
Birras de colores y sabores,
Se subieron los albores,
Ya era media noche,
Y sóplese en el coche.
Yo me quedé hasta el final,
No vaya a parecer tamal,
Apenas como un desayuno,
Y pa’ que no hablen de uno.
Queríamos arreglar el mundo,
Pero igual quedó inmundo,
Ahora nos queda esperar,
Que Solís nos haga prosperar.
En fin todo muy bonito,
En el bendito agasajito,
Del Editor nos despedimos,
Hasta la próxima le dijimos.
PATRULLA DE BARES
SEMPER COMPOTATIUM
Al rescate de la más noble de las tradiciones culinarias costarricenses: la boca
Enemigo mortal del karaoke y los bares de pipicillos
LLOREMOS POR SIEMPRE POR LA EXTINTA SAINT FRANCIS
¡LA BIRRA EN VASO SIN HIELO! ¡NI A PICO DE BOTELLA!
Combatiente declarado contra los sports bar
Los aborrecibles Pancho’s, Millenium, Yugo de Oro Cinco Esquinas y el Valle de las Tejas dichosamente de Dios gozan
VALETE ET INEBRIAMINI