Especial para Cambio Político
Misión: First Down Sports Bar & Grill |
Entre los fastuos de palacios y oropeles yérguese de manera aislada un pequeño localito que de inmediato mueve a los sentimientos afectivos, helo aquí:
Acerca de la pregunta de rigor de cómo llegar, al solución más fácil es utilizar el guiador de tontos de esta época, o sea un GPS, y poner la dirección 4213 N. Fairfax Drive, Arlington, VA 22203. Aunque también se puede llegar en el metro de Washington, es muy fácil porque cuando lo planearon decidieron que la salida de la estación de Ballston en la línea naranja justo tenía que quedar al frente del negocio.
Una advertencia, el lugar está en Estados Unidos y obviamente un bar allí va a estar lleno de televisores. Y con el nombre de First Down, no se podía esperar menos, de hecho las paredes están tapizadas de televisores, hay 20 en total. Pero también hay 20 tipos de cerveza de barril, por lo que aquí como en ningún lado se puede aplicar el dicho “el que peca y reza empata”. Y para seguir con las estadísticas lo que nos llevó a la taberna en cuestión es que hay 40 tipos de alitas de pollo distintos sabores, una invitación a darse un pantagruélico festín.
Además de eso, el ambiente del lugar es buenísimo. En primer lugar, porque hay una universidad cercana y son característicos los ruidosos grupos de estudiantes con algunas estudiantas de muy buen ver. Pero aparte de eso, llega mucho latino, y la cultura cantinesca de los hispanoparlantes es insuperable, obviamente agregando mucho más ruido al ambiente. Es más, llega gente de todos los colores y sabores, el dueño es un chavalazo natural de India (a veces hasta invita a los clientes frecuentes) y en la barra se pueden ver tanto gente con pinta de obreros como lo que llaman “gente de negocios”, o sea, plateros platudos. Al haber tantos parroquianos asiduos, a pesar de su entorno de gran ciudad, se conserva el saborcito de barrio y se puede llegar solo porque algún conocido habrá. Hay una barrita de ticos asiduos al lugar que se refieren a él como “la cantina del pueblo”, dicen que hasta ya les tienen listas las cajitas de Kleenex cuando pasan los partidos de la sele, hay un chavalo tan fiebre que viaja una hora en el metro para llegar allí.
El lugar tiene además algunos ganchos para atraer clientela, el que más sedujo a este Cronista, fue la promoción de los jueves: todas las alitas que uno pueda comer por sólo 14,99 (unos 7500 colones, ¿dónde se ha visto eso por acá?), lástima que no estaba vigente el día de nuestro patrullaje. Pero en todo caso las alas fluyen al por mayor y se pueden pedir desde la orden pequeñita de 10 por el equivalente a 4000 colones hasta la grandotota de 50 por el equivalente a 20.000 colones. Entre los 40 sabores citados hay con distintos grados de picante, el más alto lo llaman “fuego” y requiere la firma de un documento de descargo de responsabilidad para la casa.
El resto del menú es el típico de lo que se puede encontrar en un bar gringo, o sea, lo que hay en los bares de Escazú y Santa Ana. En honor a la verdad, la carta de First Down bien puede hacer huir a un nutricionista a varios estados de distancia. Una recomendación son los “curly fires” descritas en el menú como “papas fritas cargadas” porque vienen acompañadas con la salsa del chili con carne, queso, tocineta y natilla, apenas para que le de un cardíaco al nutricionista, por supuesto esta es una de las comidas favoritas de los compatriotas. También los hartones piden mucho los “sliders”, que son bandejas con tres hamburguesas pequeñas también se pueden pedir con tres pechugas de pollo, en ambos casos con distintos sabores. Y las quesadillas resultan ser un monstruo que hacen que uno dude si se lo puede comer todo. Los precios de estas comidas oscilan entre 6 y 8 dólares, con garantía de que no queda hambre para más, bueno esto en el caso de la gente normal, no aplica para este Cronista.
Las promociones se extienden a las birras, todos los días el “happy hour” se prolonga hasta las 8 p.m., lo que significa que las cervezas locales salen equivalente de mil colones la botella, aunque las marcas gringas a nosotros nos saben a agua, es altamente recomendada la cerveza Yuengling, que no tiene nada de chino, la hacen en la zona de Baltimore y resulta que es la marca de cerveza más antigua de Estados Unidos. Y de las birras más finitas, como la Samuel Adams, que en todo lado se la cobran a uno a 5 dólares, aquí sale a 3, como si fuera una Pilsen! Con estos precios, la cuenta que nos llegó se parecía más a la de una chichera de por la U que a un bar ubicado en el corazón del poder militar del planeta. Larga vida al First Down.
Internet:
http://www.firstdownsportsbar.com/
https://www.facebook.com/pages/First-Down-Sports-Bar-Grill/70082064829
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