La Patrulla de Bares Retro: Bocas con sabor exótico

Especial para Cambio Político Misión: Marisquería Alta Mar Dónde: Avenida 10, costado oeste del almacén Yamuni (ver mapa) Fecha: Agosto 2009

En una de tantas plácidas libaciones promovidas por la Patrulla, una noche el grupo de sacrificados integrantes degustaba viandas y elíxires en la marisquería Alta Mar, ubicada en las inmediaciones de La Sabana, para ser más exactos y disculpando el comercial, al costado oeste del almacén Yamuni. Como es común en estas sacrificadas sesiones, una y otra vez los patrulleros ojeaban el menú y salivaban imaginándose la próxima boca que iban a pedir.

Pero en esa aciaga ocasión la mano maldita del neoliberalismo se iba a sentir, era la época de los apagones que tuvimos que soportar por la falta de planificación de nuestros excelsos gobernantes y la Patrulla en pleno quedóse a oscuras. Peor aún a los dueños del negocio el imprevisto los tomó “con los pantalones abajo” para usar la frase hecha pública recientemente por una de las competentes autoridades que administra nuestras futuras pensiones; y apenas tenían una luz de emergencia, que escasamente sirvió para pagar la cuenta y hacer mutis.

 
Hace meses de aquella triste experiencia, pero hémonos armado de ánimo y nuevamente nos apersonamos a hacer nuestra rigurosa inspección al lugar, que se caracteriza por ser restaurante de comida peruana y ergo, las boquitas están inspiradas en la cocina de aquel país.

El lugar es un poco raro a medio camino entre una soda de mercado y un restaurante fino, físicamente el local parece una bodega habilitada a la carrera para comedor, hay una parte que parece un bar pero que nadie se anima a utilizar, ni siquiera hay un verdadero mostrador y una mesa hace las veces de caja, los baños parecen los de un barco, el mobiliario hasta tiene sillas de plástico, pero las mesitas tienen sus manteles y el lugar en general tiene un ambiente tranquilo, nada de tele encendido con el radio a todo volumen a la vez.

La que sí está de verdad buena es la cocina, pero la del menú del restaurante, para esos efectos es altamente recomendada en relación precio/calidad, en cuanto al menú de bocas, nos produjo sentimientos encontrados. Hay ceviche tico, nos pareció pasado de ácido. También hay ceviche peruano, ese que supuestamente es sólo el pescado con limón y cebolla morada, pero aquí está un poco contaminado con la receta tica, le ponen algo de culantro, jodarrias aparte el pescado estaba muy bueno, fresco de verdad. Hay sopa de mariscos, que se ve que tiene su cruce con el chupe peruano, o sea es una crema con un caldo espeso, y obviamente la abundancia de bichitos en su interior le da un sabor muy bueno. La que se ganó el premio de la noche fue la mariscadita, además de estar muy bien en tamaño y cantidad de bichos, el sabor era exquisito. Hay tres tipos de chicharrón, pero ninguno de chancho, tienen de pollo, calamar y pulpo, en los dos primeros casos sirven la carne empanizada y acompañada con papitas, la Patrulla recomienda particularmente el de calamar, el de pollo más bien salió con la carne algo chiclosa. Hay también unas fajitas de lomito que en realidad es una boquita de lomo saltado, el plato típico peruano que tiene una gran influencia china, rico pero par ser honestos la carne no estaba muy allá. También hay un arroz con mariscos, que también es al estilo peruano, muy cerca de los arroces que hacen los chinos, bueno de tamaño y de sabor. Y para cerrar, pedimos unos patacones con frijoles, los frijoles molidos muy buenos y los platanitos también.

La Patrulla se autosacrificó circunscribiéndose a ordenar del menú de bocas, pero dentro del amplio (de verdad amplio) menú del restaurante, hay muchos platos que por su precio y tamaño califican como boquitas, para los que no los han probado particularmente recomendamos los anticuchos y las papas a la huancaína. No los describimos para que se antojen y los prueben. Pera terminar, advertimos que el lugar cierra temprano a eso de las 9, no lo hacen echado a uno como en Garro’s pero igual se van las cocineras.

Hemos de anunciar con gran pesar que “El balconcito peruano” cerró, así que la única opción para comer bocas con sabor inca en Chepe es la marisquería Alta Mar. Y afortunadamente, esta vez no se nos fue la luz y salimos felizmente henchidos y satisfechos.