Especial para Cambio Político
Misión: Taberna de La Daniela Dónde: Calle del General Pardiñas número 21, Barrio de Salamanca, Madrid, España (ver mapa) |
La idea era ir a un sitio lo más representativo posible del ambiente y la cocina de los bares españoles. El lugar escogido fue Taberna de La Daniela, en la calle del General Pardiñas número 21, Barrio de Salamanca. Como en Madrid es mejor moverse en metro, es muy fácil llegar, pues toma uno la línea roja (una de las que pasa por la Puerta del Sol), se baja en la estación de Goya, camina dos cuadras al oeste por la calle de Goya y luego una cuadra y media al norte por la calle del General Pardiñas. Aunque el camino, sobre todo si se recorre un sábado por la noche, está lleno de grandes tentaciones, pues es una zona de bastante “marcha” y se ven muchos locales muy animados de los que salen olores exquisitos, se arriesga no llegar al destino.
La Daniela parece vieja, pero no lo es tanto, aunque sí es famosa sobre todo por su cocido madrileño y sus croquetas de cocido, tanto que el lugar se ha convertido en franquicia y existen tres locales más en la zona central de Madrid. Sin embargo, la del barrio de Salamanca es la original.
El localito no es muy amplio y por ello siempre pasa lleno a reventar, tiene dos zonas, una con una barra y la otra con unas cuantas mesas, la decoración lo transporta a uno al Madrid de inicios del siglo XX: la barra con su tradicional mostrador en donde se colocan distintos tipos de tapas, jamones colgando, una apreciable colección de botellas de vino, un toro por aquí y otro toro por allá y las paredes decoradas con recortes de las innumerables crónicas periodísticas hechas a la casa.
En España todavía conservan la sana costumbre de servir un aperitivo gratis con la bebida, aquí nos trajeron unas patatas alioli, muy parecidas a nuestra ensalada de papa, sólo que la mayonesa está cargada de ajo y en lugar de hacerla con huevo, le ponen leche y en lugar del aceite vegetal que se usa acá, allá le ponen aceite de oliva, se sirve también con unas hojitas de perejil fresco, en fin, algo simple pero delicioso, también trajeron unos garbanzos, una pequeña muestra de su famoso cocido madrileño, el equivalente a nuestra vernácula olla de carne y por supuesto, abundantes aceitunas verdes y negras, complemento ideal de un buen vinito. Pero como la visita pretendía abarcar un elenco de algunas de las tapas más tradicionales de los bares españoles, se pidió una abundante dosis de raciones, platos un poco más grandes que se pueden compartir entre varias personas. Los boquerones en vinagre son unos pececitos parientes de las sardinas y como su nombre lo dice son pequeños filetes marinados en vinagre, una verdadera delicadeza para comer y comer, aquí para terminar de acentuar su sabor castellano, los acompañan con aceitunas. La morcilla de Burgos con pimientos de Guernica combina dos ingredientes tradicionales del norte de España, la morcilla burgalesa es famosa porque la hacen con granos de arroz tostado y los pimientos vascos son parientes de nuestro chile dulce, aunque más delgados. No podía faltar una tortilla española, la tradicional tortilla hecha con papas y cebolla y envuelta en huevo batido. El revuelto de setas con gambas se hace con huevo pateado, hongos y camaroncitos, además huele a gloria. Las patatas bravas son papas fritas en cuadritos con una salsa de tomate picante, cada bar en Madrid se precia de tener su receta secreta y basta decir que la de ellos es la mejor. Otro infaltable es el pulpo a la gallega, que son rodajitas de pulpo hervido, acompañado de papas también hervidas y bañados en pimentón dulce o paprika. Los callos a la madrileña, se hacen con mondongo, morcilla, chorizo, tomate y un montón de condimentos. Infaltables también eran los calamares a la andaluza, que son aros de calamar empanizados Para terminar el festín se pidió un chorizo a la riojana, que como es de suponer por su nombre son rodajas de chorizo cocinadas con abundante vino tinto, el chorizo es hecho a base de lomo de cerdo con bastante pimentón y ajo.
Terminamos acordándonos de una frase de un amigo: “qué lástima que uno no es vaca para tener cuatro panzas”. A pesar de los refuerzos, faltó por degustar mucho del menú, nada de quesitos ni de jamones y ni pensar en un cocido, pero no se puede ser malagradecido con esta vida, qué bueno es comer esta comida tan castiza en un lugar tan típico.
Página oficial
http://www.tabernadeladaniela.com
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