La Patrulla de Bares: El vecindario ideal (Bar Chicago)

Especial para Cambio Político Misión: Bar Chicago Dónde: En el cruce de cinco esquinas en Vargas Araya, Montws de Oca (ver mapa)

Ningún vendedor de bienes raíces, ningún perito valuador y afortunadamente ningún inspector de hacienda toma en consideración que para un patrullero nato, el vivir cerca de lugares en donde se sirve buena boca constituye un valor inconmensurable. Para los que deseen comprar casa, tomen en cuenta que más o menos equidistante entre el Ciro’s y el Garro’s se encuentra Chicago, para más señas en el cruce de cinco esquinas en Monterrey de Montes de Oca que todo el mundo conoce como Super Sindy.

Eso sí, para el que llega desde lejos en carro la cosa no está tan fácil, porque el terreno en forma de estrecha cuña en donde se ubica el bar, está flanqueado por dos calles no muy anchas pero de mucho tránsito, en donde no se puede estacionar. Y en la calle del supermercado, de un lado es el parqueo del negocio y del otro una parada de taxis. Para peores, en la única calle libre que queda los cabrones vecinos decidieron colocar una aguja. Mejor ir en bus.

 
Este Cronista recuerda pocos lugares tan agradables en su interior como Chicago. Organizar un negocio en un estrecho triángulo es ya de por sí un reto arquitectónico y aquí está muy bien logrado, hasta se siente uno en un lugar amplio. Obviamente no podían faltar las referencias a Al Capone en su interior, pero sin abusar.

Lo mejor de Chicago es que también el menú de bocas es bien amplio. La degustación comenzó con unos garbanzos en salsa de tomate, que estaban muy buenos. Hay un mini churrasco de lomo y son tan finos que hasta piden en qué término quiere uno la carne, nada de pellejos. La sopa de mariscos está muy bien de sabor, pero peca de ser mucho caldo y pocos mariscos. Los tacos de carne estaban muy buenos, sirven tres tacos con buen repollo y pico de gallo, con carne de cecina muy bien gustosa. Los dados de queso los sirven bien tostados y en porción generosa. La sopa azteca también estaba con muy buen sabor, viene con tortillas fritas, aguacate, queso y pollo. La lengua en salsa también es servida en una buena porción y sabrosa, aunque no le quitan la raíz. Una sección del menú habla de bocas criollas, de donde se pidió un mondongo en salsa de tomate, otra boca bien calificada. Las virtudes de la casa se repitieron con el chifrijo, el cual sirven con chicharrón tostado y unos frijoles bien frescos. La chalupa aunque estaba sabrosona, como que se esperaron mucho para servirla, porque se les suavizó la tortilla.

Además del buen ambiente, los precios resultaron razonables y la atención estaba en general muy buena y prodigada por una chica de muy buen ver. En fin, uno de esos lugares para visitar sin cansarse y para buscarse una casa en las cercanías.