Especial para Cambio Político
Y LLEGO LA PATRULLA DE BARES
Al rescate de la más noble de las tradiciones culinarias costarricenses: la boca
Enemigo mortal del karaoke y los bares de pipicillos
Misión: American Bar Dónde: 100 mt oeste Escuela República de Chile, Barrio Luján, San José (ver mapa) |
La reflexión viene a lugar en vista de que la presente crónica cubre al vetusto y tradicional bar American ubicado al costado sur del play de Barrio Luján, que en consonancia con los tiempos tuvo su renovación hípster y ahora se llama American Pub.
El local es uno de esos que parece haber existido siempre (dicen que desde 1966) y siempre tuvo fama que había buenas boquitas, repetimos la idea, de cuando a uno le servían cosas como gallos y ravioles criollos en porciones pequeñas y sin cubiertos, de tal manera que en una velada sin esfuerzo se podía probar una media docena de viandas. El lugar había caído en bastante descuido pero recientemente lo había tomado en sus riendas el popular La Guaica un veterano que sabe atender muy bien a su clientela, según una buena fuente lo tuvo que dar en pago de una deuda a su actual propietaria, quien le renovó el concepto. Lo más importante para nuestros efectos, es que la nueva administración no se trajo a un boquero, sino a un chef para preparar su menú. La fórmula resultó tan exitosa que adquirieron la propiedad de al lado y ahora el local tiene el doble del área original.
El interior del American Pub es un interesante híbrido entre su pasado de cantina de barrio y su actual pretensión de convertirse en un lugar más contemporáneo. Aunque nada de pub inglés por cierto. El mobiliario es bastante sobrio sin caer en la elegancia y el ambiente muy tranquilo, es un lugar al que uno puede convidar a los amigos sin que lo vuelvan a ver feo porque no los trajeron a una chichera. Hay un intento de vender cervezas artesanales e importadas, pero la variedad no es mucha.
Ante el inesperado menú con algunas recetas foráneas este Cronista optó por probar el shawarma de pollo, éste es un plato de origen árabe, igual al popular döner turco, o sea el de las llamativas lonjas de carne cocinadas en un asador vertical, preparación que adaptaron los mexicanos para sus exquisitos tacos al pastor, la versión del American Pub se defiende bastante bien y por su tamaño es suficiente para una buena cena. Bien prevenidos ante el tamaño de las viandas, la Patrulla llegó reforzada con sacrificados voluntarios dispuestos a una extensiva cata, para pasar a algo más típico, hay picadillo de papa, que viene hermosamente presentado y para ingerir la abundante ración de un vez traen cuatro tortillas, pero el picadillo bien alcanza para ocho gallos, el sabor se correspondió con la apariencia. Hay frijoles molidos, los traen para comérselos con piquitos, como todos los productos de la cocina vienen muy bien presentados, decorados con perejil, queso y tomate, la textura estaba agradablemente cremosa y el sabor en correspondencia con su aspecto. El gallo de salchichón bien grandote, el doble de tamaño de lo esperado, hecho con cariño, no rezuma en grasa. Pasando a platos más sofis, hay cordon blue, casi lo escriben bien no es “gordon” pero azul en francés se escribe bleu, como si no hubieran visto el mundial, afortunadamente la crítica es sólo a la escritura porque de sabor estaba para babear, de lo mejor que sirvieron. La mariscada en salsa Alfredo es algo sublime, para pasarle la lengua al plato. Hay camarones empanizados, grandes, ricos y abundantes. Y torta de huevo con camarón, parece hecha con media docena de huevos y cuenta con una abundante proporción de camaroncitos, se nota hecha con cuidado sin dejar que se queme. Los súper nachos de carne en sabor no son nada del otro mundo, aunque sí de gran tamaño, el nombre no es exageración en este sentido. También se probó el taco suizo, que viene con unas papas muy buenas, la carne aunque suave pareció un poco pasadita. Y por supuesto se probaron los dados de queso, los cuales tampoco llenaron las expectativas, el sabor era indeterminado y por su presentación parecían más bien bolitas de pescado con problemas de identidad, la boca se salvó por unas deliciosas rodajas de plátano maduro. No hay que embarcarse pidiendo papas bravas, nada que ver con la popular tapa española, viendo los desafortunados intentos que comienzan a abundar en los bares ticos, tal parece que ésta es la nueva víctima de nuestra incultura culinaria.
Las bocas son caras, van de 3000 a 4500 colones, pero por su tamaño dejaron saciados hasta a los más veteranos patrulleros, nadie pudo repetir. Recientemente introdujeron un menú de platos fuertes que amerita su exploración y ampliaron el horario, ahora están abiertos todos los días. Sobre la atención, hay versiones encontradas, a veces es increíblemente atenta, otras veces distraída y en algunos casos malcriadona. Normalmente está un cubano que se ha hecho famoso por los mojitos que prepara. Y aunque nos quedamos con las cantinas tradicionales, ciertamente no nos desagradó el American Pub.
Pueden visitar su página en Facebook.
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