La mujer más bella del Renacimiento murió a los 23 años

Por Carlos Suasnavas (Especial para Cambio Polìtico)

Simonetta Vespucci
Retrato póstumo (c. 1476-80) de Simonetta Vespucci por Sandro Botticelli

Hay muchas imágenes con las que todo el mundo identifica la época del Renacimiento, obras famosas que se han convertido en verdaderos iconos de la época. Para la mayoría de estas obras los artistas utilizaron como modelos a gente anónima, personas que poseían alguna característica que quería el autor y punto. No se sabe mucho más de ellas. Podemos poner como ejemplo la pintura de Miguel Ángel en la bóveda de la Capilla Sixtina, La creación de Adán, o su inquietante y enigmático David. No se sabe quiénes posaron de modelos para esas obras. Incluso la famosa Mona Lisa de Leonardo da Vinci, que ahora se especula sería un retrato de Lisa Gheradini, presenta más dudas que certezas sobre la verdadera identidad de la modelo. Aquí hay que notar que a pesar de los cientos de teorías y consideraciones académicas, la fascinación que ejerce la Mona Lisa tiene más que ver con la enigmática personalidad de Leonardo, que con cualquier persona retratada.

Bueno, algo muy distinto sucede con la obra de Sandro Botticelli porque en ella está plenamente identificada la modelo. Aquí vale una pequeña digreción. El verdadero nombre de Botticelli era Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi. Botticelli significa «barrilito» y es un apodo que adquirió porque a su hermano mayor lo llamaban Botte (barril) debido a su contextura física.

Volviendo al tema, Botticelli nació y fue formado en Florencia bajo la influencia de grandes maestros, y al igual que Leonardo Da Vinci, también fue patrocinado por los Médici, la más poderosa familia florentina de la época. Su historia de éxito y posterior descenso, no nos dice mucho sobre los acontecimientos históricos que moldearon su época; pero aún así, Botticelli nos dejó con algunas de las imágenes más memorables del arte occidental, entre las que sobresale su más famosa obra El Nacimiento de Venus.

El nacimiento de Venus
El nacimiento de Venus

Es aquí a donde quería llegar. ¿Quién es la mujer del famoso cuadro de Botticelli?

Pues es ni más ni menos que Simonetta Vespucci, a quien muchos llamaron la mujer nás bella de la época. En eso coincidían nobles y plebeyos, navegantes y visitantes, propios y extraños.

Simonetta Vespucci
Simonetta Vespucci

Fue una mujer que iluminó con su bello rostro la Florencia del siglo XV. Su nombre de soltera era Simonetta Cattaneo, hija de un noble genovés. Se casó muy joven a la edad de dieciséis años con un vecino de Botticelli llamado Marco Vespucci. El joven, que estaba muy enamorado de la bella, fue aceptado de buena gana por el padre de Simonetta debido a que su familia estaba bien conectada en Florencia, en especial con los Médici.

Todos los nobles de la ciudad estaban obsesionados con Simonetta. Los hermanos Giuliano y Lorenzo de Médici también sucumbieron a sus encantos y quedaron prendados de su belleza. Pública y descaradamente rivalizaron en más de una ocasión y le manifestaron su admiración (léase ganas), pero acabaron recibiendo sólo el rechazo y desdén de la bella y ajena rubia. El poeta Ángelo Poliziano reflejó la pasión prohibida de ambos hermanos en su obra «La Giostra». Y hasta el mismísimo Lorenzo de Médici, alias «El Magnífico», llegó a describirla así en sus, por cierto, muy machistas memorias: «Su cutis era extremadamente claro, pero no pálido; rosado, pero no rojo. Su porte era serio, sin ser severo; dulce y placentero, sin asomo de coquetería o vulgaridad. Sus ojos vivos, no manifestaban arrogancia ni soberbia. Su cuerpo era finamente proporcionado, y entre las demás mujeres aparecía de superior dignidad. Paseando, bailando o en cualquier otro ejercicio, se movía con elegancia y propiedad. Sólo hablaba cuando era conveniente y dando opinión tan acertada, que no se podía añadir o quitar a lo que iba diciendo. Su comprensión era superior a la que pide su sexo, pero sin aparentar darse cuenta de ello y sin caer en el error, tan común entre las mujeres, que cuando sobrepasan el nivel se hacen insoportables«. Simonetta fue descubierta como modelo por Sandro Botticelli a través de los Vespucci. Por parte del pintor fue amor a primera vista porque desde aquel primer día en que la vio, la convirtió en su musa, y por supuesto que también lo fue para los destacados pintores que pasaron por Florencia.

En la Giostra (un torneo de justas) de 1475, Giuliano de Médici entró a las listas cargando una bandera en la cual se veía pintada a Simonetta (por Botticelli, obvio) posando como Palas Atenea con yelmo, y con una leyenda en francés que decía: «La Sans Pareille», es decir «La Incomparable». Giuliano ganó el torneo y la bella Simonetta fue nombrada «Reina de la Belleza» de aquel encuentro. A partir de entonces la fama de Simonetta como la mujer más bella de Florencia recorrió por toda Europa, y con sobra de merecimientos es nombrada hasta la fecha por muchos historiadores, como la mujer más hermosa del Renacimiento.

Lastimosamente y como suele ocurrir en este tipo de historias, la bella Simonetta murió muy joven, la noche del 26 de abril de 1476 a la edad de 23 años. Se presume que había contraído tuberculosis. Botticelli nunca pudo superarlo y quedó el resto de su vida obsesionado con ella.

Autorretrato de Alessandro Botticelli
Autorretrato de Alessandro Botticelli
Venus y Marte
Venus y Marte

En su famoso cuadro «Venus y Marte» no hace falta ser muy observador para darse cuenta de que quienes representan a los dioses del Olimpo, son Simonetta junto al mismo Botticelli (fíjense en el autorretrato superior). Esta era la única forma, el único sitio donde el artista podía verla como su pareja.

Sin lugar a dudas el famoso pintor fue el hombre que más la amó, aunque a su manera, respetuosamente y en silencio. En 1485 terminó su cuadro El nacimiento de Venus como homenaje póstumo a Simonetta, nueve años después de su muerte y, aunque él nunca lo aceptó, hay que estar ciego para no darse cuenta que ella es la mujer que está retratada en casi toda su obra. Todas las mujeres de sus cuadros guardan un exacto parecido a Simonetta, aparte de los retratos póstumos que pintó de ella.

Tan grande fue el amor de Botticcelli hacia su musa, que nunca contrajo matrimonio y personalmente pidió que después de muerto fuese enterrado a los pies del sepulcro de Simonetta en la Iglesia de Ognissanti (Todos los Santos) —la iglesia de los Vespucci— en Florencia. Tras su muerte en 1510 le fue cumplido su deseo, y allí mismo, a sus pies, fueron depositados sus restos 34 años después de que muriese el amor de su vida. Botticelli sin saberlo, nos estaba legando otra maravillosa lección de amor.

Sitio en la Capilla de los Vespucci donde está enterrado Botticelli
Sitio en la Capilla de los Vespucci donde está enterrado Botticelli

Se sabe que Botticelli realizó más de 150 obras, pero muchas de ellas fueron destruidas por la Iglesia Católica acusadas de paganas y profanas. “El Nacimiento de Venus” (primera imagen de este artículo) es una de las pocas pinturas paganas de Botticelli que no fueron destruidas por la Iglesia Católica. Otra fuente da cuenta que Lorenzo de Médici protegió el cuadro de la ira de la Iglesia para dejar a su hermano un recuerdo de su amada. Continuamente se ha señalado que tanto Botticelli como Da Vinci fueron Maestres del Priorato de Sión.

Algo muy curioso es que los retratos que pintó de sus mecenas, no tienen esa belleza, esa mística ni el espíritu de sus otras composiciones. Queda claro que los retrataba por obligación, aparte que debió haberlos detestado infinitamente por dentro, al ver cuánto cortejaban a su amada.

Simonetta
Así se vería la diosa Venus del cuadro de Botticelli en la vida real según la IA
 

SIMONETTA VESPUCCI

Retrato póstumo (c. 1476-80) de Simonetta Vespucci por Sandro Botticelli
Retrato póstumo (c. 1476-80) de Simonetta Vespucci por Sandro Botticelli

Simonetta Cattaneo de Candia, llamada Simoneta Vespucci después de su matrimonio «la bella Simonetta» (1453 – 26 de abril de 1476), fue una musa italiana del renacimiento, esposa de Marco Vespucci de Florencia, familiar de Américo Vespucio. Fue retratada por Sandro Botticelli en varias ocasiones; la más célebre, en el famoso cuadro El nacimiento de Venus. También fue retratada en las pinturas de Piero di Cosimo Retrato de Simonetta Vespucci (Museo Condé de Chantilly), en la cual aparece como Cleopatra con un áspid alrededor de su cuello, y La Muerte de Procris. Varios poemas y lienzos de diversos artistas fueron también creados en su honor.

Infancia y matrimonio

Su nombre de soltera era Simonetta Cattaneo de Candia, nacida noble dama o infanta de Casa de Candia y Cattaneo en 1453 o 1454. Su padre era el noble genovés Gaspare Cattaneo Della Volta, casado con Cattocchia Spinola de Candia. Hay varias hipótesis acerca de su lugar de nacimiento, algunos dicen que nació en Portovenere, en Liguria, donde nació la diosa Venus; el poeta Poliziano escribió que su casa estaba «en ese distrito Liguriano arriba de la costa, donde el furioso Neptuno golpea las rocas. Ahí, como Venus, nació entre las olas». Otros dicen que nació en Génova. Esta discusión aún no ha podido resolverse.

A la edad de 15 o 16 años, se casó con Marco Vespucci, hijo de Piero, pariente lejano del famoso explorador y cartógrafo florentino Amerigo Vespucci. Fue precisamente a través de la familia Vespucci como ella fue descubierta por el pintor Sandro Botticelli, así como por otros pintores prominentes que visitaban Florencia. Y más temprano que tarde, todo noble en la ciudad quedó loco por ella. Entre éstos, los hermanos Lorenzo y Giuliano, de la familia de los gobernantes Médici. Lorenzo estaba ocupado con los asuntos del Estado, pero su hermano menor tenía mucho tiempo libre, el suficiente para seducirla. En La Giostra (un torneo de justas) en 1475, Giuliano entró a las listas cargando una bandera en la cual se veía una pintura de Simonetta posando como una Palas Atenea con yelmo, pintada por el propio Botticelli, bajo la cual se leía en francés «La Sans Pareille», «la sin par». Él ganó el torneo y el afecto de «la bella Simonetta», quien fue nombrada «La Reina de la Belleza» en ese encuentro.

Muerte

Simonetta murió tan solo un año después, la noche del 26 de abril de 1476, presuntamente de tisis. Era una joven de 23 años. A pesar de lo que causó dicha muerte, su esposo se volvió a casar pronto. Botticelli terminó El nacimiento de Venus en 1485, nueve años después. Y todas las mujeres de los cuadros de Botticelli se parecen a Simonetta, como se ha visto en muchos retratos póstumos que él pintó de ella. Esto sugiere que él también se enamoró de ella, y se puede reiterar por la petición que hizo de hacerse enterrar a sus pies en la Iglesia de Ognissanti —la iglesia de los Vespucci— en Florencia. Ahí fue enterrado a su muerte, en 1510, más o menos 34 años después de la muerte de esta hermosa mujer.

Bibliografía

Arciniegas, Germán. El mundo de la bella Simonetta. Planeta, Bogotá:1990

Fuente: Wikipedia

Fuente: RT

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